viernes, 27 de diciembre de 2013

¡RESEÑAS! ¡RESEÑAS! ¡RESEÑAS!

GEOFFREY PARKER, El siglo maldito. Clima, guerra y catástrofe en el siglo XVII. Editorial Planeta, 2013, 1485 págs.
 
 
 
Género: historietas.
 
El siglo diecisiete fue muy malo porque hizo mucho frío, los veranos eran cortos, llovía de más y eso. Debido a que el clima era muy malo, la gente lo pasaba muy mal. Por ejemplo, se moría de hambre porque las cosechas se retrasaban o se malograban. Y también hubo muchas epidemias, guerras, revueltas, cismas y actividad preocupante de manchas solares. Salen chinos y japoneses e indios pequot e ingleses y portugueses. Se hace corto. Cuatrocientas páginas de Notas. Uno de los índices de materias más extensos jamás recopilados. Referencias a cascoporro. Si lanzas este libro a la cabeza de alguien puedes producirle un traumatismo craneoencefálico.
 
Puntuación: seis copos de nieve.
 
JAMES GRAHAM BALLARD, Cuentos completos. Editorial RBA, 2013, 1275 págs.
 
 
 
Género: nueva ola.
 
Recopilación de todos los cuentos que escribió el tal Ballard. Se hace largo. En su mayoría son cuentos fantásticos (vg. una enfermedad extraña que vuelve las cosas de cristal en la selva amazónica) con referencias al Espacio Interior y a la Guerra del Pacífico. Un montón de analogías ballardianas para llevarse a la boca. Incluye sexo y mujeres misteriosas y obras de arte hechas con hierro que crecen y emiten sonidos y monolitos alienígenas y accidentes de coche y otras cosas raras.
 
Puntuación: cuatro rascacielos.
 
A. G. CAIRNS-SMITH, Siete pistas sobre el origen de la vida. Una historia científica en clave detectivesca. Alianza Editorial, 2013, 247 páginas.
 
 
 
Género: ateo materialista mecanicista.
 
Una historia de enorme aburrimiento erudición bioquímica en la que un científico con nombre de marqués nos intenta convencer ALERTA SPOILER de que la Vida en la Tierra surgió de moléculas químicas de nombres largos apilándose en arcillas. O algo así, lo cierto es que no lo sigo. Por otra parte, todos saben que la Vida en la Tierra fue originada ALERTA SPOILER gracias a los experimentos genético-recreativos de los Primordiales de cabeza de crinoideo de la Antártida. ¿De qué cojones vas, Cairns-Smith?
 
Puntuación: tres ribosomas.
 
DAVID ICKE, Hijos de Matrix. Cómo una raza interdimensional controla el mundo desde hace miles de años. Ediciones Obelisco, 2010, 658 páginas.
 
 
 
Género: no ficción.
 
Aquí un comentarista deportivo que tuvo una revelación y sabe muy bien de lo que habla nos muestra la cara oculta de la realidad, y la cara oculta de la realidad tiene escamas. Los lagartos de la dimensión inferior se cruzaron con los habitantes de la Atlántida creando un linaje híbrido que domina el mundo en nuestros días. Y también: lemurianos, el culto a la serpiente, muchos pedófilos, bases subterráneas de lagartos intedimensionales, ojos dentro de triángulos, ojos dentro de triángulos en billetes, ojos dentro de triángulos en logos corporativos, pirámides, judíos, judíos con ojos triangulares, etcétera. El libro que debería sustituir a la Biblia en las mesillas de noche de todos los hogares libres.
 
Puntuación: diez ojos dentro de triángulos.
 
JOTA ERRE ERRE TOLKIEN, El Hobbit, Editorial Minotauro, 1993, 310 págs.
 
 
 
Género: erótica.
 
Sinopsis: Bilbo Bolsón, un hombrecillo enano con los pies peludos y habitante de la Comarca, que es como Inglaterra pero con más árboles y sin cabezas rapadas, conoce a un misterioso y atractivo hombre maduro de larga barba blanca con cuya guía se internará en el territorio prohibido y excitante del sexo homosexual BDSM. Poco a poco, el hombre maduro y sus díscolos acompañantes enanos le mostrarán la delicia secreta que esconde se embarca en una aventura trepidante para recuperar el tesoro de los enanos de la Tierra Media, ahora en posesión de un dragón que habla. Con poemas y arañas y elfos y poemas élficos y teriántropos. Violencia extrema, no se recomienda su lectura a menores y lectores de Dostoievski.
 

Puntuación: cuatro anillos y 1/2.

DONNA ALWARD, Inesperada luna de miel, Editorial Harlequín, Colección Jazmín, Línea Orquídea, Serie Crisantemo, 2012, 287 págs.



Género: realismo social.

¿Quién le iba a decir a Nathalia Penbroke, una exitosa abogada especializada en patentes de aparatos de ortodoncia, que iba a irrumpir en su vida el multimillonario Graham Masterson III, junior, misterioso multimillonario tratante de caballos de pura raza de fascinadores ojos verdigrises (los ojos de él, no los de los caballos), pectorales impactantes, deltoides sobresalientes, camisas de cuadros luminosas, sombrero vaquero ladeado, labios plenos, pómulos afilados, un hombre que muestra al exterior un comportamiento duro y paranoico, pero que esconde en su corazón una sensibilidad capaz de hacer llorar a las Harpías y cuyo pasado esconde un terrible secreto que nadie jamás ha conocido? ¿Quién? Pero el caso es que ha ocurrido, y pese a que en los primeros cuatro párrafos Nathalia Penbroke está convencida de que Graham Masterson III, junior, es un asqueroso e insoportable hijo de la gran puta, de pronto surge la chispa entre ambos y estalla el amor. ¿Terminarán Nathalia y Graham follando como chinches? ¿Se casarán? ¿Lleva sombreros raros el Papa? Obra maestra de la literatura de todos los tiempos con caballos (animales nobles y bellos), amplias extensiones de bosque (porque la naturaleza es nuestra hermosa Madre), amigas dicharacheras y un profundo trasfondo social trostkista.

Puntuación: setenta y ocho corazones palpitantes.
 
 


miércoles, 25 de diciembre de 2013

EL AMANECER DE LOS ZOMBIS FILOSÓFICOS

Por una vez, una entrada corta.
 
Hay dos maneras básicas de enfrentarse al problema de la Mente y el Cuerpo. Mírense: sin duda se refieren a sí mismos como seres que constan, por un lado, de un cuerpo (con sus células, sus piernas, sus brazos y sus dedos de los pies y pelusilla en el ombligo); y por otro lado observan que poseen una especie de instancia interna, no física ni celular ni atómica, a la que llaman Mente, o Alma, o Espíritu, o Voluntad, o Ego, o Esa Cosa. En ese caso, son ustedes dualistas: conciben esa instancia interior como algo separado del cuerpo físico.
 
O quizá piensen en ustedes mismos como máquinas que actúan según un programa o plantilla. Incluso es posible que sean de esa clase de gafapastas sofisticados que opinan que cosas como el libre albedrío, la consciencia o los qualia son efectos materiales producidos por la estructura y las actividad eléctrica de sus neuronas en sus cerebros. Si piensan así, son ustedes materialistas. Si son ustedes de esta cuerda, no existe nada más que la materia y la energía; la mente es una manifestación más de la materia y la energía, no un vapor irreductible y misterioso.
 
Es probable que si son materialistas sean agnósticos e incluso ateos. Es muy posible que, en el caso de que sean dualistas, crean en algo superior a ustedes, hecho de algo que no se puede reducir a átomos, algo que bien podría ser Dios o Durga.
 
La doctrina del zombi filosófico fue inventada por René Descartes en la era mesozoica de la filosofía, aunque por supuesto René no hizo referencia alguna a vudú o cadáveres ambulantes comedores de sesos en sus diversos escritos. Simplemente hizo una serie de analogías de un ser humano con las máquinas para llegar a la conclusión de que los seres humanos no son máquinas, sino algo más. También dijo que el alma reside en la glándula pineal, lo que es raro ya que actualmente sabemos que la glándula pineal se encarga de la economía de la melatonina y de regular la actividad sexual y que a veces se calcifica y deja de ser operativa, pero, hey, eso Descartes no lo sabía.
 
Descartes quería demostrar que, si bien las ranas, los paramecios e incluso los cuerpos de los seres humanos funcionan como si fueran mecanismos, la mente de los seres humanos no. La mente, la consciencia humana, está aparte. Es otro tipo de cosa, una cosa bastante maravillosa. Si hablamos en términos de película de serie B, imaginen un mundo en el que existieran zombis exactamente como nosotros pero con la particularidad de que tales zombis carecen de consciencia de sí mismos. Es decir, actúan como si la tuvieran, pero no la tienen: son meras máquinas. He aquí a los zombis filosóficos. Bien, si podemos concebir tales zombis, nosotros poseemos esa capacidad, tenemos consciencia, y por lo tanto no podemos acudir al materialismo para explicarlo. Por lo tanto, el dualismo es cierto. Ergo existe una sustancia que no es materia ni energía y por lo tanto esos materialistas de mierda ya se pueden ir a tomar por culo.
 
Ya se habrán dado cuenta de que el argumento no se sostiene porque contiene una petición de principio: todo el tinglado no tiene sentido a no ser que aceptemos el dualismo en primer lugar. Además, el hecho de que podamos imaginar cosas no tiene por qué significar que esas cosas deban existir (existirán si quieren, caramba). Puedo imaginar que hay pepinos parlantes en la  Luna o que el tres es en realidad el cuatro, y me quedo igual, porque no hay pepinos parlantes en la Luna y el tres es el tres y no el cuatro, por mucho que me empeñe. Y una cosa que todo el mundo sabe es que ninguna experiencia mental tiene lugar sin cerebro, hasta donde sabemos, de forma que, ¿qué es lo más jodidamente probable, amigos? (Piénselo: usted quiere tomarse un destornillador, y su sustancia mental o consciencia o alma de alguna forma se las apaña para que su cuerpo mecánico vaya al mueble bar y coja el vodka y el zumo de naranja. De golpe y porrazo esa instancia suya que no es materia ni energía se ha manifestado en el bajo mundo de los vasos y las botellas de alcohol, en el mundo aburrido de la materia y la energía).
 
Nosotros los dualistas lo tenemos cada vez más difícil: ni siquiera los zombis nos pueden ayudar ya.

¡REGALOS PANDÉMICOS DE PAPÁ NOEL PARA EL DOS MIL CATORCE!

1. VIRUS DE LA INFLUENZA/GRIPE AVIAR H5N1. Una aclaración pedante se impone acerca de la nomenclatura de estos virus, pertenecientes a la amplia familia Orthomyxoviridae o en otras palabras Virus de Influenza tipo A: son cápsulas más o menos redondas que contienen hebras de ADN en su interior, y tienen dos proteínas en la cápside o membrana exterior que se llaman hemaglutinina (H) y neuroamidasa (N). Estas dos proteínas, además de ser las que permiten al virus romper la membrana de las células del anfitrión para permitir que el ADN vírico se cuele, son las dos principales dianas de la respuesta inmune. Dado que las H se presentan en catorce variedades conocidas y las N en nueve, es útil nombrar cada tipo según qué clase de H y N presenten en los tests de antígenos. Aclarada esta importantísima cuestión, digamos que todos los virus de influenza tipo A suelen infectar pajarillos, pájaros y pajarracos, aunque no se les da mal infectar también mamíferos: lo que pasa es que las aves son los reservorios originales. En concreto, el H5N1 es propio de aves salvajes (se cree que patos, chochas de agua y similares) de la parte del mundo donde vive gente amarilla y de ojos pequeñitos. De vez en cuando, el virus pasa de aves libres como el viento a aves estabuladas (sobre todo pollos), y en el transcurso de ese salto la patogenicidad del virus aumenta. ¿Por qué aumenta? Bueno, se piensa que porque los virus de influenza A son muy proclives a la mutación, y cuando pasan de una especie animal a otra captan nuevos elementos de ADN con suma facilidad (elementos que recoge de otros virus de la misma especie que ya infectan al huésped que ahora infectan ellos), lo que a menudo se traduce en una aumento de la letalidad del virus, alabado sea el Señor. El problema con nuestro H5N1 es que este aumento de letalidad es preocupante: no hay muchos datos claros, pero la OMS dice que en los últimos brotes de aves de jaula la mortalidad ha sido del sesenta por ciento. Caramba, estamos hablando todo el rato de pollos, entonces ¿por qué preocuparse? La cosa es que en varias ocasiones el virus ha saltado a mamíferos, incluyendo zorros, gatos, perros, hombres y en una ocasión un tigre de un zoo de Hong Kong también pilló la gripe de los pájaros: y en estos casos siempre cabe la posibilidad de que el maldito cabrón adquiera la capacidad de transmitirse horizontalmente. ¿Transmitirse horizontalmente? Sí: estamos hablando de que una mutación podría conseguir que el pequeño cabrón pasara de persona a persona, de zorro a zorro, de tigre a tigre, etcétera.  Por lo que sabemos, con el H5N1 no ha ocurrido o ha ocurrido en poquísimos casos (documentados): en la mayoría de las transmisiones verticales (esto es, cuando el pequeño cabrón pasa de un ser emplumado a un ser peludo) el virus no se adapta bien al huésped peludo y se debilita o se muere. Pero eso no pasa siempre: ¿os acordáis de la gripe A? Vale, en realidad todo el asunto de la gripe A (o virus de la influenza A H1N1) no fue para tanto. Pero este H5N1 es i) más letal ii) más proclive a dar saltos entre especies iii) más susceptible de transmitirse horizontalmente en mamíferos y iv) más feo y malo. ¿Nos tenemos que preocupar o no? Expertos de la OMS o del Centro de Control de Enfermedades de EEUU están preocupados, muy preocupados, cagados de miedo, próximos a la histeria, rezando a dioses en los que no creen, pero eso no significa que todo esto no sea una excusa para gastar dinero en vacunas y luego vender vacunas y ganar dinero a puñados. ¿Verdad?
2. VIRUS DE LA INFLUENZA/GRIPE AVIAR H7N9. Al contrario que el H5N1, este virus es nuevo, nuevo como el Samsung Galaxy S4: los primeros brotes datan de mediados de 2013, también en Asia (concretamente, Shanghái), también procede de aves salvajes, también infecta pollos, también causa un cuadro de neumonía severa, también puede matar humanos, pero hay diferencias. La más importante es que no es tan mortal como el H7N9. Lo que ocurre es que se sabe relativamente poco de este nuevo invitado al baile de las pandemias probables apocalípticas, y que durante el brote de Sanghái sí que se produjeron transmisiones horizontales en humanos. Además, y esto va para todos los putos virus de la gripe que proceden de aves salvajes, el gran problema es que muy difícil seguirles la pista. Piensen que los patos y las chochas de agua asiáticas son una población de organismos muy extendida geográficamente, que cuenta con un gran número de individuos y que posee una alta movilidad (ostras, van volando por ahí, ¿saben?). En otras palabras, no hay quien los controle, y solamente sabemos de estos virus cuando hacen presa en pollos estabulados. Entonces, se queman los pollos y se reza para que los virus no hayan mutado y sean capaces de infectar a personas humanas, porque aunque estemos en China no es correcto quemar personas humanas. Otro aspecto que nos debería provocar un repeluzno es que encontrar una vacuna cien por cien efectiva contra los ortomyxovirus es una empresa tan vana como intentar vaciar el Atlántico con cucharillas para el café: mutan demasiado rápido. Si tenemos la vacuna para el HxNy voilá, de repente aparece el HyNx y se nos jode el tinglado. ¡Muchas gracias, Papá Peste!
 

3. VIRUS NIPAH. Palabras mayores, amigos. El Nipah pertenece al selecto grupo de los henipavirus (familia Paramyxoviridae, orden Mononegavirales), que junto a otros muchachos tan majos como el Hendra y el Cedar vive de forma natural en esos maravillosas criaturas (jodidas ratas voladoras) llamadas murciélagos. Otros virus extremadamente letales como el Ébola y el Marburg también son transmitidos por murciélagos: ¿qué les hemos hecho a esos hijoputas? Bueno:  como los mencionados virus aviares, también hace de las suyas en la parte amarilla del globo terráqueo, aunque su mecanismo de transmisión, aun siendo también una zoonosis, es bastante diferente. Se trata de que un murciélago (por lo general el Zorro Volador de la Fruta o pterópido, que es su reservorio preferido) lama y llene de babas un fruto o bien se mee en él (lo siento, pero los hechos de la naturaleza a veces son desagradables) y entonces hace falta que un cerdito se coma ese fruto lleno de putos virus. Es el cerdo, nuestro amigable y aprovechable primo rosado, el que se encarga de transmitir el Nipah a los humanos. El Nipah es el henipavirus más versátil: puede mutar con cierta rapidez, y si bien comienza provocando una encefalitis no transmisible, puede acabar convirtiéndose en causante de un  cuadro respiratorio que sí puede contagiar a otros humanos desprevenidos. Dos cosas: durante el brote de 1999 en Malasia el Nipah mostró una mortalidad del ¡noventa por ciento! y provocó la muerte de veintiséis niños y diverso personal hospitalario (y obligó a las autoridades malayas a pegar fuego a un millón de cerdos); y últimamente la OMS viene advirtiendo de que ya no es necesario que los cerdos intervengan en la cadena infecciosa. Si esto es así, preparen las fosas comunes por si aca.
 

4. VIRUS CAUSANTE DEL SÍNDROME RESPIRATORIO SEVERO DEL ORIENTE MEDIO. Se trata, como ya saben, de un coronavirus estrechamente relacionado con el que en 2002-2003 originó el Síndrome Respiratorio Agudo Severo en China y otras localidades (vg. Toronto, Canadá), afección que provocó abundante pánico y un aumento significativo en la venta de mascarillas respiratorias. Los coronavirus se especializan en provocar el mal funcionamiento de nuestras vías respiratorias (y sí, pueden matar y matan), y éste del que hablamos empezó su andadura en un puñado de países de Oriente Medio, especialmente Arabia Saudita; saltó a los medios debido a que infectó a algunos turistas europeos; y por lo que se sabe, también en este caso el bicho duerme en los murciélagos. Aunque en las postrimerías de este año que ahora agoniza saltó la noticia de que probablemente los camellos eran reservorios temporales del virus, lo que la convierte en una zoonosis con un claro sabor navideño. Sí, los camellos de los Reyes Magos acuden infectados con mierda vírica letal. De todas formas, dado que el coronavirus de Oriente Medio ha llegado a Europa y que ya hay casos de transmisión horizontal, la designación de "virus de Oriente Medio" se ha quedado un poco anticuada. Es posible que sea la hora de llamarlo Puta Amenaza Global a la Salud y si no han sonado las sirenas de alarma es porque todavía no ha matado a mucha gente. ¡Ojalá siga siendo igual de tímido!
 
 5. CEPAS DE BACTERIAS RESISTENTES A LOS ANTIBIÓTICOS. Hablamos ahora de un dramatis personae un tanto alejado del mundo de los virus. Desde que se inventaron (o se descubrieron por pura chiripa, tanto monta, monta tanto) los antibióticos, los seres humanos nos hemos vuelto comodones. Ya que teníamos la capacidad de aniquilar con relativa facilidad cualquier amenaza bacteriana a nuestra salud, siempre que hablemos de bacterias infecciosas corrientes y molientes. Pero esta situación edénica tiene visos de acabar, porque nuestra desidia e irracionalidad, combinada con la presión de la selección natural de la que hablaba el abuelo Darwin (ese capullo), ha conseguido que bacterias que hasta ahora podíamos doblegar con la punta del cipote se hayan vuelto malas. Malísimas. En el fondo, es simple: dada una población de bacterias en constante variación por causa de mutaciones, siempre existirá un pequeño número de individuos capaz de resistirse a la acción bactericida de los antibióticos. Como esa resistencia otorga una ventaja reproductiva, esos individuos se reproducirán más abundantemente que los no resistentes. Si eliminamos a los no resistentes a base de una lluvia de antibióticos, tanto mejor para las cepas mutantes que pueden resistir. Y dado que tragamos antibióticos a mansalva, muchas veces incluso cuando no son necesarios, las bacterias en su conjunto han padecido una presión selectiva brutal en lo que se refiere a resistirse a los antibióticos. Y debido a todo esto ahora resulta, por ejemplo, que el estafilococo aúreo, que antes era una mierdecilla de bacteria usualmente benigna y ocasionalmente un poco molesta, ha desarrollado cepas capaces de resistir la acción de un antibiótico tan potente como la meticilina; y ya hay casos documentados de bacterias que pueden hacer frente a cualquier antibiótico sintetizado por los seres humanos. Tanto el caso del estafilococo como muchos otros hacen que algunos toquen a rebato: puede que estemos entrando en la Era Postantibiótica. Y no parece una cosa agradable: imaginen un mundo en el que hacerse un piercing o dar a luz un bebé o herirse el codo con un clavo oxidado se convierta en una lucha a brazo partido con la infección, con el dolor, el sufrimiento y la muerte. Las bacterias están en todos lados, y en los hospitales abundan aunque no lo parezca o no nos apetezca pensar en ello. Y eso sin contar todo el microbioma que arrastramos con nosotros en nuestro deambular por el mundo: los estafilococos que hemos mencionado viven en nuestra piel y en nuestras narices, literalmente. Si estos amiguitos se vuelven malignos, apaga y vámonos. ¿Suena bien para una peli de terror? Pues claro que sí, siempre que sea una jodida película.
 
Arded, arded
 
 


martes, 3 de diciembre de 2013

HOMO PUERCO

Esta misma mañana he escuchado en un programa de radio lo siguiente: un genetista de la Universidad de Georgia ha propuesto que los seres humanos son el resultado de la hibridación entre un mono y un cerdo. Lo pongo en cursivas para que destaque como lo que es: una potencialmente revolucionaria nueva interpretación de la evolución de los seres humanos. Porque lo que propone el genetista de la Universidad de Georgia es lo siguiente: hace quizá siete millones de años o a lo mejor antes, o después, un primate desconocido y muy valiente se cepilló a un jabalí primitivo, o quizá fuera al revés, y de esa unión nació un híbrido mono-cerdo o cerdo-mono, híbrido del que venimos nosotros. Lo pongo en negrita para destaque.
 
El hombre-cerdo zombi del Minecraft:
posible cúspide la evolución.
 
 
1. Hay un montón de cosas a debatir aquí, pero empecemos por la más inmediata: ¿es una puta broma? La respuesta es no: realmente existe el genetista de la Universidad de Georgia, su nombre es Eugene McCarthy; y realmente ha propuesto que los seres humanos proceden de un híbrido entre un cerdo y un mono. De hecho, y para ser fieles a la verdad, ya lo propuso en julio de este año, a través de una página web que administra y que se llama macroevolution.net. ¿Y quién es él, a qué dedica el tiempo libre? No es un aficionado ni un loco ni un bromista: es BS (Bachelor of Science, un título de grado que se otorga en países anglosajones para carreras de tres o más años) en Matemáticas por la Universidad de Georgia, y PhD (o sea, que tiene el título de doctor) en Genética por la misma Universidad. Como es natural, es un experto en híbridos, y escribió un libro al respecto (aves híbridas para afinar) que fue publicado por la Oxford University Press. Por lo visto, a su libro sobre hibridación de aves debía seguirle un libro sobre hibridación de mamíferos, pero por lo visto ni la OUP ni ninguna otra editorial científica lo ha publicado. Quizá por eso montó su página web, que rula desde el año 2009.
 
2. Otra cuestión: si la hipótesis del mono-cerdo se propuso en julio, ¿por qué se habla de ello ahora? Pues porque un periódico británico, el Daily Mail, decidió tocar el tema hace tres días. ¿Y por qué? No tengo explicación para esto, pero quizá un titular del estilo LOS SERES HUMANOS VIENEN DEL CERDO POR PARTE DE PADRE llame la atención y consiga que más lectores curiosos se detengan a leer el Daily Mail en vez de hacer cualquier otra cosa.
 
3. Sigamos: ¿cuál ha sido la reacción de la comunidad científica a la hipótesis de McCarthy? Básicamente, de pitorreo infinito.
 
4. Pero, ¿qué es exactamente lo que propone McCarthy? Podemos resumir su argumento (que está muy bien expuesto en su página web) de la siguiente forma:
 
PREMISA 1: La evolución es saltacional: las nuevas especies se originan a partir de la hibridación de otras dos especies (o a consecuencia de una macromutación afortunada según las viejas versiones de ese mecanismo). La mezcla de componentes de ambas especies permite que el híbrido prospere al dotarle de características positivamente seleccionadas.
 
PREMISA 2: Los seres humanos son producto de la hibridación de otras dos especies.
 
PREMISA 3: Una de la especies que dio origen al híbrido humano ancestral es, obviamente, un primate.
 
PREMISA 4: Sin embargo, los seres humanos tienen una serie de características que no comparten con ninguna especie de primate. Hay muchas: los seres humanos tienen la piel desnuda y el resto de los primates no, por ejemplo. O los seres humanos no tienen un hueso en el pene, al contrario que los primates. Los humanos tenemos narices protuberantes y cartilaginosas, riñones multipiramidales y corazones con cuatro válvulas, y hacemos caca en privado y nos acurrucamos: los primates no. Lo cierto es que hay muchas de estas diferencias.
 
PREMISA 5: Las características no-primates de los seres humanos no pueden proceder de la hibridación entre dos especies de primates.
 
PREMISA 6: El ser humano comparte muchas de sus características no primates con otro animal: el gorrino. O cerdo. O puerco. O marrano. Los tocinos también tienen la piel desnuda y riñones multipiramidales y cagan en privado cuando están a su aire; no sé si se acurrucan, pero de todas formas las similitudes dérmicas, faciales, posturales y de comportamiento entre humanos y cerdos son abundantes y quieras que no dan que pensar.
 
PREMISA 7: Hay genes compartidos entre el genoma humano y el genoma puerco.
 
CONCLUSIÓN: El ser humano es el resultado de la hibridación entre un primate y un animal parecido al cerdo.
 
De todo ello McCarthy aventura la suposición de que en la selva africana una chimpancé tuvo relaciones sexuales con un jabalí, o mejor dicho, que una pequeña población de chimpancés hembras se encamó con jabalíes o elementos porcinos equivalentes; y que de estas uniones sexuales nacieron híbridos que fueron a su vez fértiles; y que estos híbridos, al cruzarse entre sí, dieron origen a una nueva especie; y que esa nueva especie evolucionó (quizá volviendo a hibridarse de vez en cuando con monos o con jabalíes, quién sabe) y acabó convirtiéndose en... nosotros.
 
 
En esta fotografía se aprecia la íntima semejanza
entre Charlton Heston y los puerquitos:
Observen la piel rosada y la nariz cartilaginosa.
 
 
5. ¿Por qué la comunidad científica no se ha tomado en serio la hipótesis del doctor en genética por la Universidad de Georgia McCarthy? Existen varias razones. Podemos empezar por la más evidente: es bastante complicado que de la unión entre un mono y un cerdo (o si nos ponemos a matizar, entre los cromosomas de uno y otro animal) salga algo que pueda no ya respirar, sino gestarse sin provocar un aborto espontáneo. Cerdos y monos son ambos mamíferos placentarios: pero los artiodáctilos (orden al que pertenece el cerdo) y los primates (orden al que pertenece el chimpancé) empezaron a divergir unos de otros hace unos 80 millones de años, según la evidencia fósil y genética de la que disponemos actualmente. Esto significa que monos y cerdos (o los antepasados de ambos) no se cruzaron en ningún momento desde que los dinosaurios todavía dominaban la Tierra hasta que, según McCarthy, un buen día se produjo el encuentro ardiente entre los dos órdenes. La idea de que algo así ocurriera es dudosa, por decirlo finamente.
 
El último ancestro común de artiodáctilos y primates,
señalado con una flecha. Hay mucho cacho, que no.
Fuente: Pharyangula
 
 
Por otro lado, el hecho de que existan tantas semejanzas entre humanos y cerdos es muy curioso, pero quizá no signifique que las características puercas de los humanos provengan necesaria y exclusivamente de los puercos. Desde que la biología evolutiva dio sus primeros pasos, ha sido habitual que semejanzas morfológicas se hayan tomado por relaciones de parentesco: pero aquí se esconde un peligro. Así, el hecho de que el ala de los murciélagos tenga una estructura ósea muy similar a la pata de un gran danés induce a pensar (correctamente) que murciélagos y grandes daneses comparten ascendencia. Pero del hecho de que los gorriones y los murciélagos tengan alas se puede deducir que ambos son pájaros, y esto sería una metida de pata de elefante. Es necesario ser cuidadoso con lo que se compara y acotar muy bien el alcance de la comparación. Y en el caso de una comparación cerdo-hombre, ¿cómo sabemos que la nariz cartilaginosa y los riñones multipiramidales y el acurrucamiento no son simples convergencias, como en el caso de las alas de los gorriones y las alas de los murciélagos?
 
¿Y qué pasa con los genes que comparten cerdos y humanos? Bueno, los humanos y los cerdos también comparten genes con los gusanos planos y con los hongos, pero nadie está dispuesto a sugerir que los cerdos o los humanos son el resultado de un cruce entre un gusano y un champiñón. El hecho es que un gen cualquiera raramente está presente en una única especie o grupo taxonómico superior: los genes puercos del genoma humano, ¿están presentes únicamente en los puercos y en los humanos? Parece ser que la respuesta es no. Por lo tanto, esos genes puercos pueden estar ahí, en nuestro genoma, por otra serie de caminos evolutivos.
 
En resumidas cuentas, por mucho que nos guste (o no) la idea de ser un todopoderoso híbrido de cerdo y mono capaz de construir catedrales y hacer volar artefactos metálicos gigantes, va a ser que no. 
 
O quizá sí, y Eugene McCarthy (que por lo visto la verdad es que no trabaja en la Universidad de Georgia) nos haya hecho ver nuestro cerdo interior, o nos esté tomando el pelo a todos.
 
¿Hacen falta más pruebas?