miércoles, 25 de diciembre de 2013

¡REGALOS PANDÉMICOS DE PAPÁ NOEL PARA EL DOS MIL CATORCE!

1. VIRUS DE LA INFLUENZA/GRIPE AVIAR H5N1. Una aclaración pedante se impone acerca de la nomenclatura de estos virus, pertenecientes a la amplia familia Orthomyxoviridae o en otras palabras Virus de Influenza tipo A: son cápsulas más o menos redondas que contienen hebras de ADN en su interior, y tienen dos proteínas en la cápside o membrana exterior que se llaman hemaglutinina (H) y neuroamidasa (N). Estas dos proteínas, además de ser las que permiten al virus romper la membrana de las células del anfitrión para permitir que el ADN vírico se cuele, son las dos principales dianas de la respuesta inmune. Dado que las H se presentan en catorce variedades conocidas y las N en nueve, es útil nombrar cada tipo según qué clase de H y N presenten en los tests de antígenos. Aclarada esta importantísima cuestión, digamos que todos los virus de influenza tipo A suelen infectar pajarillos, pájaros y pajarracos, aunque no se les da mal infectar también mamíferos: lo que pasa es que las aves son los reservorios originales. En concreto, el H5N1 es propio de aves salvajes (se cree que patos, chochas de agua y similares) de la parte del mundo donde vive gente amarilla y de ojos pequeñitos. De vez en cuando, el virus pasa de aves libres como el viento a aves estabuladas (sobre todo pollos), y en el transcurso de ese salto la patogenicidad del virus aumenta. ¿Por qué aumenta? Bueno, se piensa que porque los virus de influenza A son muy proclives a la mutación, y cuando pasan de una especie animal a otra captan nuevos elementos de ADN con suma facilidad (elementos que recoge de otros virus de la misma especie que ya infectan al huésped que ahora infectan ellos), lo que a menudo se traduce en una aumento de la letalidad del virus, alabado sea el Señor. El problema con nuestro H5N1 es que este aumento de letalidad es preocupante: no hay muchos datos claros, pero la OMS dice que en los últimos brotes de aves de jaula la mortalidad ha sido del sesenta por ciento. Caramba, estamos hablando todo el rato de pollos, entonces ¿por qué preocuparse? La cosa es que en varias ocasiones el virus ha saltado a mamíferos, incluyendo zorros, gatos, perros, hombres y en una ocasión un tigre de un zoo de Hong Kong también pilló la gripe de los pájaros: y en estos casos siempre cabe la posibilidad de que el maldito cabrón adquiera la capacidad de transmitirse horizontalmente. ¿Transmitirse horizontalmente? Sí: estamos hablando de que una mutación podría conseguir que el pequeño cabrón pasara de persona a persona, de zorro a zorro, de tigre a tigre, etcétera.  Por lo que sabemos, con el H5N1 no ha ocurrido o ha ocurrido en poquísimos casos (documentados): en la mayoría de las transmisiones verticales (esto es, cuando el pequeño cabrón pasa de un ser emplumado a un ser peludo) el virus no se adapta bien al huésped peludo y se debilita o se muere. Pero eso no pasa siempre: ¿os acordáis de la gripe A? Vale, en realidad todo el asunto de la gripe A (o virus de la influenza A H1N1) no fue para tanto. Pero este H5N1 es i) más letal ii) más proclive a dar saltos entre especies iii) más susceptible de transmitirse horizontalmente en mamíferos y iv) más feo y malo. ¿Nos tenemos que preocupar o no? Expertos de la OMS o del Centro de Control de Enfermedades de EEUU están preocupados, muy preocupados, cagados de miedo, próximos a la histeria, rezando a dioses en los que no creen, pero eso no significa que todo esto no sea una excusa para gastar dinero en vacunas y luego vender vacunas y ganar dinero a puñados. ¿Verdad?
2. VIRUS DE LA INFLUENZA/GRIPE AVIAR H7N9. Al contrario que el H5N1, este virus es nuevo, nuevo como el Samsung Galaxy S4: los primeros brotes datan de mediados de 2013, también en Asia (concretamente, Shanghái), también procede de aves salvajes, también infecta pollos, también causa un cuadro de neumonía severa, también puede matar humanos, pero hay diferencias. La más importante es que no es tan mortal como el H7N9. Lo que ocurre es que se sabe relativamente poco de este nuevo invitado al baile de las pandemias probables apocalípticas, y que durante el brote de Sanghái sí que se produjeron transmisiones horizontales en humanos. Además, y esto va para todos los putos virus de la gripe que proceden de aves salvajes, el gran problema es que muy difícil seguirles la pista. Piensen que los patos y las chochas de agua asiáticas son una población de organismos muy extendida geográficamente, que cuenta con un gran número de individuos y que posee una alta movilidad (ostras, van volando por ahí, ¿saben?). En otras palabras, no hay quien los controle, y solamente sabemos de estos virus cuando hacen presa en pollos estabulados. Entonces, se queman los pollos y se reza para que los virus no hayan mutado y sean capaces de infectar a personas humanas, porque aunque estemos en China no es correcto quemar personas humanas. Otro aspecto que nos debería provocar un repeluzno es que encontrar una vacuna cien por cien efectiva contra los ortomyxovirus es una empresa tan vana como intentar vaciar el Atlántico con cucharillas para el café: mutan demasiado rápido. Si tenemos la vacuna para el HxNy voilá, de repente aparece el HyNx y se nos jode el tinglado. ¡Muchas gracias, Papá Peste!
 

3. VIRUS NIPAH. Palabras mayores, amigos. El Nipah pertenece al selecto grupo de los henipavirus (familia Paramyxoviridae, orden Mononegavirales), que junto a otros muchachos tan majos como el Hendra y el Cedar vive de forma natural en esos maravillosas criaturas (jodidas ratas voladoras) llamadas murciélagos. Otros virus extremadamente letales como el Ébola y el Marburg también son transmitidos por murciélagos: ¿qué les hemos hecho a esos hijoputas? Bueno:  como los mencionados virus aviares, también hace de las suyas en la parte amarilla del globo terráqueo, aunque su mecanismo de transmisión, aun siendo también una zoonosis, es bastante diferente. Se trata de que un murciélago (por lo general el Zorro Volador de la Fruta o pterópido, que es su reservorio preferido) lama y llene de babas un fruto o bien se mee en él (lo siento, pero los hechos de la naturaleza a veces son desagradables) y entonces hace falta que un cerdito se coma ese fruto lleno de putos virus. Es el cerdo, nuestro amigable y aprovechable primo rosado, el que se encarga de transmitir el Nipah a los humanos. El Nipah es el henipavirus más versátil: puede mutar con cierta rapidez, y si bien comienza provocando una encefalitis no transmisible, puede acabar convirtiéndose en causante de un  cuadro respiratorio que sí puede contagiar a otros humanos desprevenidos. Dos cosas: durante el brote de 1999 en Malasia el Nipah mostró una mortalidad del ¡noventa por ciento! y provocó la muerte de veintiséis niños y diverso personal hospitalario (y obligó a las autoridades malayas a pegar fuego a un millón de cerdos); y últimamente la OMS viene advirtiendo de que ya no es necesario que los cerdos intervengan en la cadena infecciosa. Si esto es así, preparen las fosas comunes por si aca.
 

4. VIRUS CAUSANTE DEL SÍNDROME RESPIRATORIO SEVERO DEL ORIENTE MEDIO. Se trata, como ya saben, de un coronavirus estrechamente relacionado con el que en 2002-2003 originó el Síndrome Respiratorio Agudo Severo en China y otras localidades (vg. Toronto, Canadá), afección que provocó abundante pánico y un aumento significativo en la venta de mascarillas respiratorias. Los coronavirus se especializan en provocar el mal funcionamiento de nuestras vías respiratorias (y sí, pueden matar y matan), y éste del que hablamos empezó su andadura en un puñado de países de Oriente Medio, especialmente Arabia Saudita; saltó a los medios debido a que infectó a algunos turistas europeos; y por lo que se sabe, también en este caso el bicho duerme en los murciélagos. Aunque en las postrimerías de este año que ahora agoniza saltó la noticia de que probablemente los camellos eran reservorios temporales del virus, lo que la convierte en una zoonosis con un claro sabor navideño. Sí, los camellos de los Reyes Magos acuden infectados con mierda vírica letal. De todas formas, dado que el coronavirus de Oriente Medio ha llegado a Europa y que ya hay casos de transmisión horizontal, la designación de "virus de Oriente Medio" se ha quedado un poco anticuada. Es posible que sea la hora de llamarlo Puta Amenaza Global a la Salud y si no han sonado las sirenas de alarma es porque todavía no ha matado a mucha gente. ¡Ojalá siga siendo igual de tímido!
 
 5. CEPAS DE BACTERIAS RESISTENTES A LOS ANTIBIÓTICOS. Hablamos ahora de un dramatis personae un tanto alejado del mundo de los virus. Desde que se inventaron (o se descubrieron por pura chiripa, tanto monta, monta tanto) los antibióticos, los seres humanos nos hemos vuelto comodones. Ya que teníamos la capacidad de aniquilar con relativa facilidad cualquier amenaza bacteriana a nuestra salud, siempre que hablemos de bacterias infecciosas corrientes y molientes. Pero esta situación edénica tiene visos de acabar, porque nuestra desidia e irracionalidad, combinada con la presión de la selección natural de la que hablaba el abuelo Darwin (ese capullo), ha conseguido que bacterias que hasta ahora podíamos doblegar con la punta del cipote se hayan vuelto malas. Malísimas. En el fondo, es simple: dada una población de bacterias en constante variación por causa de mutaciones, siempre existirá un pequeño número de individuos capaz de resistirse a la acción bactericida de los antibióticos. Como esa resistencia otorga una ventaja reproductiva, esos individuos se reproducirán más abundantemente que los no resistentes. Si eliminamos a los no resistentes a base de una lluvia de antibióticos, tanto mejor para las cepas mutantes que pueden resistir. Y dado que tragamos antibióticos a mansalva, muchas veces incluso cuando no son necesarios, las bacterias en su conjunto han padecido una presión selectiva brutal en lo que se refiere a resistirse a los antibióticos. Y debido a todo esto ahora resulta, por ejemplo, que el estafilococo aúreo, que antes era una mierdecilla de bacteria usualmente benigna y ocasionalmente un poco molesta, ha desarrollado cepas capaces de resistir la acción de un antibiótico tan potente como la meticilina; y ya hay casos documentados de bacterias que pueden hacer frente a cualquier antibiótico sintetizado por los seres humanos. Tanto el caso del estafilococo como muchos otros hacen que algunos toquen a rebato: puede que estemos entrando en la Era Postantibiótica. Y no parece una cosa agradable: imaginen un mundo en el que hacerse un piercing o dar a luz un bebé o herirse el codo con un clavo oxidado se convierta en una lucha a brazo partido con la infección, con el dolor, el sufrimiento y la muerte. Las bacterias están en todos lados, y en los hospitales abundan aunque no lo parezca o no nos apetezca pensar en ello. Y eso sin contar todo el microbioma que arrastramos con nosotros en nuestro deambular por el mundo: los estafilococos que hemos mencionado viven en nuestra piel y en nuestras narices, literalmente. Si estos amiguitos se vuelven malignos, apaga y vámonos. ¿Suena bien para una peli de terror? Pues claro que sí, siempre que sea una jodida película.
 
Arded, arded
 
 


martes, 3 de diciembre de 2013

HOMO PUERCO

Esta misma mañana he escuchado en un programa de radio lo siguiente: un genetista de la Universidad de Georgia ha propuesto que los seres humanos son el resultado de la hibridación entre un mono y un cerdo. Lo pongo en cursivas para que destaque como lo que es: una potencialmente revolucionaria nueva interpretación de la evolución de los seres humanos. Porque lo que propone el genetista de la Universidad de Georgia es lo siguiente: hace quizá siete millones de años o a lo mejor antes, o después, un primate desconocido y muy valiente se cepilló a un jabalí primitivo, o quizá fuera al revés, y de esa unión nació un híbrido mono-cerdo o cerdo-mono, híbrido del que venimos nosotros. Lo pongo en negrita para destaque.
 
El hombre-cerdo zombi del Minecraft:
posible cúspide la evolución.
 
 
1. Hay un montón de cosas a debatir aquí, pero empecemos por la más inmediata: ¿es una puta broma? La respuesta es no: realmente existe el genetista de la Universidad de Georgia, su nombre es Eugene McCarthy; y realmente ha propuesto que los seres humanos proceden de un híbrido entre un cerdo y un mono. De hecho, y para ser fieles a la verdad, ya lo propuso en julio de este año, a través de una página web que administra y que se llama macroevolution.net. ¿Y quién es él, a qué dedica el tiempo libre? No es un aficionado ni un loco ni un bromista: es BS (Bachelor of Science, un título de grado que se otorga en países anglosajones para carreras de tres o más años) en Matemáticas por la Universidad de Georgia, y PhD (o sea, que tiene el título de doctor) en Genética por la misma Universidad. Como es natural, es un experto en híbridos, y escribió un libro al respecto (aves híbridas para afinar) que fue publicado por la Oxford University Press. Por lo visto, a su libro sobre hibridación de aves debía seguirle un libro sobre hibridación de mamíferos, pero por lo visto ni la OUP ni ninguna otra editorial científica lo ha publicado. Quizá por eso montó su página web, que rula desde el año 2009.
 
2. Otra cuestión: si la hipótesis del mono-cerdo se propuso en julio, ¿por qué se habla de ello ahora? Pues porque un periódico británico, el Daily Mail, decidió tocar el tema hace tres días. ¿Y por qué? No tengo explicación para esto, pero quizá un titular del estilo LOS SERES HUMANOS VIENEN DEL CERDO POR PARTE DE PADRE llame la atención y consiga que más lectores curiosos se detengan a leer el Daily Mail en vez de hacer cualquier otra cosa.
 
3. Sigamos: ¿cuál ha sido la reacción de la comunidad científica a la hipótesis de McCarthy? Básicamente, de pitorreo infinito.
 
4. Pero, ¿qué es exactamente lo que propone McCarthy? Podemos resumir su argumento (que está muy bien expuesto en su página web) de la siguiente forma:
 
PREMISA 1: La evolución es saltacional: las nuevas especies se originan a partir de la hibridación de otras dos especies (o a consecuencia de una macromutación afortunada según las viejas versiones de ese mecanismo). La mezcla de componentes de ambas especies permite que el híbrido prospere al dotarle de características positivamente seleccionadas.
 
PREMISA 2: Los seres humanos son producto de la hibridación de otras dos especies.
 
PREMISA 3: Una de la especies que dio origen al híbrido humano ancestral es, obviamente, un primate.
 
PREMISA 4: Sin embargo, los seres humanos tienen una serie de características que no comparten con ninguna especie de primate. Hay muchas: los seres humanos tienen la piel desnuda y el resto de los primates no, por ejemplo. O los seres humanos no tienen un hueso en el pene, al contrario que los primates. Los humanos tenemos narices protuberantes y cartilaginosas, riñones multipiramidales y corazones con cuatro válvulas, y hacemos caca en privado y nos acurrucamos: los primates no. Lo cierto es que hay muchas de estas diferencias.
 
PREMISA 5: Las características no-primates de los seres humanos no pueden proceder de la hibridación entre dos especies de primates.
 
PREMISA 6: El ser humano comparte muchas de sus características no primates con otro animal: el gorrino. O cerdo. O puerco. O marrano. Los tocinos también tienen la piel desnuda y riñones multipiramidales y cagan en privado cuando están a su aire; no sé si se acurrucan, pero de todas formas las similitudes dérmicas, faciales, posturales y de comportamiento entre humanos y cerdos son abundantes y quieras que no dan que pensar.
 
PREMISA 7: Hay genes compartidos entre el genoma humano y el genoma puerco.
 
CONCLUSIÓN: El ser humano es el resultado de la hibridación entre un primate y un animal parecido al cerdo.
 
De todo ello McCarthy aventura la suposición de que en la selva africana una chimpancé tuvo relaciones sexuales con un jabalí, o mejor dicho, que una pequeña población de chimpancés hembras se encamó con jabalíes o elementos porcinos equivalentes; y que de estas uniones sexuales nacieron híbridos que fueron a su vez fértiles; y que estos híbridos, al cruzarse entre sí, dieron origen a una nueva especie; y que esa nueva especie evolucionó (quizá volviendo a hibridarse de vez en cuando con monos o con jabalíes, quién sabe) y acabó convirtiéndose en... nosotros.
 
 
En esta fotografía se aprecia la íntima semejanza
entre Charlton Heston y los puerquitos:
Observen la piel rosada y la nariz cartilaginosa.
 
 
5. ¿Por qué la comunidad científica no se ha tomado en serio la hipótesis del doctor en genética por la Universidad de Georgia McCarthy? Existen varias razones. Podemos empezar por la más evidente: es bastante complicado que de la unión entre un mono y un cerdo (o si nos ponemos a matizar, entre los cromosomas de uno y otro animal) salga algo que pueda no ya respirar, sino gestarse sin provocar un aborto espontáneo. Cerdos y monos son ambos mamíferos placentarios: pero los artiodáctilos (orden al que pertenece el cerdo) y los primates (orden al que pertenece el chimpancé) empezaron a divergir unos de otros hace unos 80 millones de años, según la evidencia fósil y genética de la que disponemos actualmente. Esto significa que monos y cerdos (o los antepasados de ambos) no se cruzaron en ningún momento desde que los dinosaurios todavía dominaban la Tierra hasta que, según McCarthy, un buen día se produjo el encuentro ardiente entre los dos órdenes. La idea de que algo así ocurriera es dudosa, por decirlo finamente.
 
El último ancestro común de artiodáctilos y primates,
señalado con una flecha. Hay mucho cacho, que no.
Fuente: Pharyangula
 
 
Por otro lado, el hecho de que existan tantas semejanzas entre humanos y cerdos es muy curioso, pero quizá no signifique que las características puercas de los humanos provengan necesaria y exclusivamente de los puercos. Desde que la biología evolutiva dio sus primeros pasos, ha sido habitual que semejanzas morfológicas se hayan tomado por relaciones de parentesco: pero aquí se esconde un peligro. Así, el hecho de que el ala de los murciélagos tenga una estructura ósea muy similar a la pata de un gran danés induce a pensar (correctamente) que murciélagos y grandes daneses comparten ascendencia. Pero del hecho de que los gorriones y los murciélagos tengan alas se puede deducir que ambos son pájaros, y esto sería una metida de pata de elefante. Es necesario ser cuidadoso con lo que se compara y acotar muy bien el alcance de la comparación. Y en el caso de una comparación cerdo-hombre, ¿cómo sabemos que la nariz cartilaginosa y los riñones multipiramidales y el acurrucamiento no son simples convergencias, como en el caso de las alas de los gorriones y las alas de los murciélagos?
 
¿Y qué pasa con los genes que comparten cerdos y humanos? Bueno, los humanos y los cerdos también comparten genes con los gusanos planos y con los hongos, pero nadie está dispuesto a sugerir que los cerdos o los humanos son el resultado de un cruce entre un gusano y un champiñón. El hecho es que un gen cualquiera raramente está presente en una única especie o grupo taxonómico superior: los genes puercos del genoma humano, ¿están presentes únicamente en los puercos y en los humanos? Parece ser que la respuesta es no. Por lo tanto, esos genes puercos pueden estar ahí, en nuestro genoma, por otra serie de caminos evolutivos.
 
En resumidas cuentas, por mucho que nos guste (o no) la idea de ser un todopoderoso híbrido de cerdo y mono capaz de construir catedrales y hacer volar artefactos metálicos gigantes, va a ser que no. 
 
O quizá sí, y Eugene McCarthy (que por lo visto la verdad es que no trabaja en la Universidad de Georgia) nos haya hecho ver nuestro cerdo interior, o nos esté tomando el pelo a todos.
 
¿Hacen falta más pruebas?
 
 
 
 
 

domingo, 24 de noviembre de 2013

NIHILISTAS RUSOS DE AYER Y SIEMPRE

A finales del siglo XIX, había en la Rusia de los zares un amplio movimiento cultural, social y político relacionado con las actividades de la intelligentsia de izquierdas. Dado este inicio, vamos a terminarlo con un sombrerero de San Petersburgo que es premiado con el derecho de beber hasta matarse. Caramba, ¿cómo se casa una cosa con otra? Si tienen altas dosis de paciencia y saben perdonar la verborrea excesiva y pedante y los rollazos sobrevenidos sin venir a qué, lo descubrirán al final de este post de mierda.

La intelligentsia es una palabra rusa que es más bien difícil de definir. Se podría decir que comprende a aquellos miembros de la aristocracia de grado medio-bajo que sienten un poco de vergüenza de dormir en un colchón blando mientras los buenos mujiks lo hacen en montones de paja infestados de piojos; estudiantes radicalizados de Moscú y San Petersburgo, adictos a los panfletos de Karl Marx y Alexander Herzen y Mijaíl Bakunin; a los miembros más liberales del generalato zarista, asombrados y horrorizados por el retraso congénito y abismal del inmenso ejército de campesinos analfabetos; a la emergente clase trabajadora industrial con ciertos estudios; a terroristas; a psicópatas; a pescadores en río revuelto, etcétera.

Lo que unía a esta intelligentsia era su oposición a la autocracia y el gusto por el populismo. Lo que la separaba era todo lo demás.

Sobre más o menos la década de 1860 nació un incipiente clamor de la intelligentsia de izquierdas contra el zar Alejandro II Romanov. Este señor había comenzado su reinado poniendo en práctica una serie de medidas cuasi democráticas, entre las que destaca la abolición de la servidumbre, la relajación de la censura, el aumento del cupo en las universidades y cosas guais por el estilo. Dichas medidas fueron después contrarrestadas por otro paquete de medidas de carácter opuesto, todo un alarde de esquizofrenia autocrática que consiguió dos cosas: en primer lugar, posibilitar la existencia de una postura opuesta a él mismo y a todo lo que representaba. Y en segundo lugar, cabrear a dicha oposición.

Con lo que nació el movimiento revolucionario nihilista ruso decimonónico.


 NIHILISMORL!!!!!


 Los más jóvenes de entre la intelligentsia del estrato más bajo (hijos de funcionarios empobrecidos y terratenientes arruinados por la abolición más que otra cosa), tanto hombres como mujeres, abrazaron este principio filosófico basado al parecer en la premisa de que la existencia carece de sentido, y que los principios morales y religiosos que sostienen lo contrario han de ser rechazados. El nihilismo es un poco un postureo rebelde adolescente, algo así como los quinceemistas de tuit de hoy en día, o bien lo propio de la gente que ha leído la contraportada de una novela de Camus o ha visto un video de youtube de Richard Dawkins y se ha sentido transformado en lo más hondo por la revelación de la contraportada o el video (o de la entrada de la Wikipedia ad hoc), tras lo cual no se cansa de explicar a sus amistades del Facebook el verdadero significado de la vida (y el significado de la vida es que no lo tiene, con lo que te quedas como un poco frío). En fin, dichos nihilistas rusos abrazaban amorosamente el materialismo, el ateísmo, el slogan de que el fin justifica los medios y un positivismo pseudo científico bastante molón en el que se mezclaban verbigracia Darwin y ciertos preceptos revolucionarios. Una especie de: “dado que el hombre viene del mono todos somos iguales” y non sequiturs análogos. Desde luego, todos los nihilistas estaban fuertemente en contra (eufemismo) de la figura del zar, de su corte, de sus ministros, de sus generales y de sus queridas: cosa que no dejaban de proclamar en los ambientes de la intelligentsia, muchas veces al alcance de los oídos de oficiales de la policía secreta que también frecuentaban esos ambientes.. Deseaban el gobierno del pueblo por el pueblo, la redistribución equitativa de la riqueza y el fin de las clases privilegiadas, el exilio/asesinato/sodomización del zar y de la gente opulenta y, por qué no decirlo, pensaban que esos objetivos solamente podían llegar de la mano de la violencia y el caos. En resumen, eran gente muy radical y comprometida con la libertad, igualdad y fraternidad entre los miembros de la especie humana. Y podían debatir sobre tales asuntos una noche entera en el bar o la dacha de fin de semana.

En el plano práctico, los nihilistas rusos se caracterizaban por a) ser groseros, zafios, vestir mal adrede, dejarse el pelo largo y portar armas blancas y conseguir gracias a eso el benevolente aplauso del resto de la intelligentsia, encantada con la “espontaneidad” de esos jóvenes tan “libres” y “conscientes“, y b) haberse leído el libro ¿Qué hacer? de Nikolai Chernishevski. Esta novela es el ABC del revolucionario nihilista ruso, su protagonista el Cristiano Ronaldo de los nihilistas, y su autor el nihilista ruso más distinguido e influyente.

1. El ABC del RNR: no hay otra cosa para ti, RNR, que la consecución de la revolución. Por lo tanto, has de ser implacable, despiadado si es necesario, y estar siempre alerta. No debes amar otra cosa que la revolución. La familia, los amigos, el amor romántico, las francachelas con vodka y acordeones en el antro de la esquina, las carreras de trineos, las dachas en propiedad, las leyes, las costumbres, los deseos, las risas, tu propio nombre: todo eso debe ser desechado, ignorado, vilipendiado, aplastado. ¿Por qué? Porque la revolución es el mayor bien al estar encaminada a hacer iguales a todos los hombres y terminar con la injusticia social. Maldita sea, RNR, ¿vas a dejar que ese filete en su punto te distraiga de la consecución del paraíso terrenal anarco socialista?


 2. El protagonista de ¿Qué hacer?, un tipo llamado Rajmetov, encarna el ideal de RNR al sacrificar su vida por la revolución (y por dormir sobre una tabla y abstenerse de tener relaciones sexuales con su novia por la revolución). Un verdadero ejemplo a seguir. Las ciudades rusas de pronto se llenaron de Rajmetovs y Rajmetovas. Por lo visto, no es que fueran el alma de las fiestas, ni vestían a la moda, pero lo sabían todo sobre la superestructura económica del capitalismo y la plusvalía.

 3. Nikolai Chernishevski escribió su opus magnum en la cárcel, mientras fantaseaba con un futuro en el que los seres humanos serían felices hormigas en el palacio de acero y cristal de la igualdad absoluta. Era colegui epistolar de Bakunin, siguió a Herzen durante un tiempo, hasta que lo encontró excesivamente blando, y también estuvo envuelto en un sin número de actos revolucionarios, incluido el de prender fuego a una barriada obrera de San Petersburgo (eso fue lo que le llevó a la cárcel). Un tipo que prende fuego a la mísera casa de una extensa y famélica familia no es a primera vista muy igualitario y fraternal y defensor de los pobres, pero hay que entender que la revolución es una cosa sangrienta, que cuanto peor mejor, y que no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos. Ostras, si Vladimir (Lenin) y Nikolai se hubieran conocido habría sido amor a primera vista.

Chernishevski fundó junto con otros de su cuerda una organización clandestina contra la autocracia y por el levantamiento del pueblo en 1861. Llamaron a eso Tierra y Libertad. Sus miembros procedían de la clase estudiantil y lo que de verdad les sacaba de sus casillas era que el zar había paralizado muchas de las reformas universitarias que él mismo había formulado un poco antes, reformas que les beneficiaban enormemente en el prosaico aspecto de la promoción laboral. Hay que aclarar que Tierra y Libertad, tras un atento examen de las condiciones que imperaban en Rusia, llegó a la conclusión impepinable que un acto tan tajante como es el de asesinar al zar no tendría demasiado efecto: como dijo Chernishevski “un nuevo Romanov sustituirá al viejo Romanov”. No, era mucho mejor posibilitar la revolución llevando a cabo un ardua labor de seducción de las masas. En otras palabras, agitación y propaganda. Trabajo desde las bases. Iluminación de los obreros fabriles. Alfabetización de campesinos. Obras de teatro sarcásticas. Folletos mal imprimidos circulando por los bares. Manifestaciones vocingleras. Etcétera.

Pero cuando detuvieron a Chernishevski por conspiración, y Tierra y Libertad fue desmantelada por las “fuerzas de la reacción”, y casi todos sus cabecillas detenidos y enviados a Siberia o a la fortaleza de Pedro y Pablo o se achantaron y se escondieron, el núcleo duro de nihilistas se olvidó del agitprop y decidió mancharse las manos. En 1864 nació la Organización, formada por un reducido grupo de entusiastas de Tierra y Libertad que todavía estaban libres: su principal objetivo era utilizar todos los medios necesarios para liberar a sus camaradas detenidos, pero también emprendieron otro tipo de actividades, como por ejemplo el chantaje, las amenazas o el robo.

Ahora es cuando debemos considerar el factor biográfico, tan denostado por los historiadores marxistas, que piensan que los individuos y las individuas apenas tienen importancia dentro del complejo y hegeliano devenir de las grandes corrientes socioecónomicas que configuran el mundo. Pero es que los líderes de la Organización eran muy especiales: uno, Ivan Judiakov, era un tipo con una barba en la que se podía esconder un piano y de carácter depresivo y lánguido. De él se cuenta la siguiente anécdota: en cierta ocasión decidió suicidarse ahogándose en un lago helado, pero tuvo la mala (o buena) fortuna de ser rescatado por su perro. El otro, Nikolai Ishutin, era un auténtico truhán que siempre que podía se iba de casa (donde el tándem formado por su esposa y su suegra lo tenían acogotado) y rondaba por las tabernas reclutando almas afines a la causa nihilista. Ishutin era muy imaginativo y no tardó en dotar a la Organización de un talante que se podría definir de “terrorismo de boquilla”. Los miembros peroraban sobre lo que iban a hacer cuando tuvieran a tiro a un representante de la autocracia, estudiaban la fabricación de artefactos explosivos, ideaban formas para chantajear a los señores pudientes usando a los criados, y demás. Se dice que los miembros de la Organización llevaban en el bolsillo una ampolla de estricnina para quitarse la vida en caso de ser detenidos. A lo mejor es mentira. Ishutin en persona afirmaba que estaba dispuesto a desfigurarse la cara con ácido para no ser reconocido por la policía. Sí, claro que sí.

Eran Rajmetovs canis.

Todo era estupendo y emocionante. Pero de pronto a alguien se le ocurrió poner realmente en práctica las fantasías psicopático-revolucionarias del dúo Judiakov/Ishutin. Hablamos del primo Ishutin, un tal Dmitri Karakozov. Karakozov probablemente fuera un perturbado mental cuya asistencia a las reuniones de su querido primo le indujera a hacer lo que hizo. Que fue lo siguiente: el 4 de abril de 1866 paseaba por un parque de San Petersburgo con una pistola italiana de cinco tiros metida en un bolsillo del gabán. Lo normal en un nihilista. Hete aquí que el zar Alejandro II entró en el parque, dejando su escolta de cosacos y su carruaje en el portón de entrada (estamos hablando de un parque de estilo petrino, con un amplio portón rodeado de estatuas y con profusión de hierro y mármol). Karakozov lo vio y se dio cuenta de que era el zar al ver que todos los transeúntes del parque dejaban de pasear o de conversar normalmente y le hacían reverencias mientras gritaban “¡Viva el zar! ¡Vivan los Romanov!”. Dmitri lo vio clarísimo: sacó la pistola, apuntó y en el momento de apretar el gatillo un aprendiz de sombrerero que estaba como una cuba tropezó con él e hizo que el tiro se desviara. La bala impactó en el sombrero del zar, que en ese momento se había agachado para hacerle mimos a Mildred, su setter irlandés. ¡Ostras, por poco!

En fin: detuvieron en el acto a Karakozov y el zar se acercó a él con el sombrero agujereado en la mano para decirle cuatro cosas. Tiene lugar este diálogo, y les juro que lo he tomado de fuentes fidedignas (Ulam, 1998):
ZAR: ¿Quién eres?
NIHILISTA: Un ruso.
ZAR: ¿Qué pretendes con esto?
NIHILISTA: Nada, nada.

Ánimo: esto ya acaba. Al zumbado Karakozov lo sometieron a un juicio militar, cuando lo más adecuado hubiera sido, quizá, la camisa de fuerza. El zar puso en manos del conde Mijaíl Muraviev (al que llamaban El Verdugo por su supuesta crueldad, aunque más bien era oblomovista y rematadamente torpe) la investigación del intento de zaricidio. La Organización de Ishutin/Judiakov fue desmantelada tras una cómica serie de sinsentidos de una y otra parte. ¿Saben?: a Ishutin lo condenaron al exilio durante veinte años en una provincia siberiana, acompañado, para su desdicha, de su mujer y su suegra. ¡Eso es el karma!

Con respecto al aprendiz de sombrerero, su acción le valió un título nobiliario y el derecho de beber hasta matarse. Esta última recompensa consistía en que el buen hombre podía beber de gorra en cualquier establecimiento de la Rusia imperial gracias a un decreto firmado por el mismísimo zar. Ignoro qué uso hizo este héroe accidental de su título y de su prebenda. Espero que ahora sea feliz en el Cielo ortodoxo.

Y eso es todo. 

Fotografía de Dmitri Karakozov, cortesía de Wikipedia.


 
Nada, nada


Bibliografía: pues quién va a ser, Dostoievski.