martes, 3 de diciembre de 2013

HOMO PUERCO

Esta misma mañana he escuchado en un programa de radio lo siguiente: un genetista de la Universidad de Georgia ha propuesto que los seres humanos son el resultado de la hibridación entre un mono y un cerdo. Lo pongo en cursivas para que destaque como lo que es: una potencialmente revolucionaria nueva interpretación de la evolución de los seres humanos. Porque lo que propone el genetista de la Universidad de Georgia es lo siguiente: hace quizá siete millones de años o a lo mejor antes, o después, un primate desconocido y muy valiente se cepilló a un jabalí primitivo, o quizá fuera al revés, y de esa unión nació un híbrido mono-cerdo o cerdo-mono, híbrido del que venimos nosotros. Lo pongo en negrita para destaque.
 
El hombre-cerdo zombi del Minecraft:
posible cúspide la evolución.
 
 
1. Hay un montón de cosas a debatir aquí, pero empecemos por la más inmediata: ¿es una puta broma? La respuesta es no: realmente existe el genetista de la Universidad de Georgia, su nombre es Eugene McCarthy; y realmente ha propuesto que los seres humanos proceden de un híbrido entre un cerdo y un mono. De hecho, y para ser fieles a la verdad, ya lo propuso en julio de este año, a través de una página web que administra y que se llama macroevolution.net. ¿Y quién es él, a qué dedica el tiempo libre? No es un aficionado ni un loco ni un bromista: es BS (Bachelor of Science, un título de grado que se otorga en países anglosajones para carreras de tres o más años) en Matemáticas por la Universidad de Georgia, y PhD (o sea, que tiene el título de doctor) en Genética por la misma Universidad. Como es natural, es un experto en híbridos, y escribió un libro al respecto (aves híbridas para afinar) que fue publicado por la Oxford University Press. Por lo visto, a su libro sobre hibridación de aves debía seguirle un libro sobre hibridación de mamíferos, pero por lo visto ni la OUP ni ninguna otra editorial científica lo ha publicado. Quizá por eso montó su página web, que rula desde el año 2009.
 
2. Otra cuestión: si la hipótesis del mono-cerdo se propuso en julio, ¿por qué se habla de ello ahora? Pues porque un periódico británico, el Daily Mail, decidió tocar el tema hace tres días. ¿Y por qué? No tengo explicación para esto, pero quizá un titular del estilo LOS SERES HUMANOS VIENEN DEL CERDO POR PARTE DE PADRE llame la atención y consiga que más lectores curiosos se detengan a leer el Daily Mail en vez de hacer cualquier otra cosa.
 
3. Sigamos: ¿cuál ha sido la reacción de la comunidad científica a la hipótesis de McCarthy? Básicamente, de pitorreo infinito.
 
4. Pero, ¿qué es exactamente lo que propone McCarthy? Podemos resumir su argumento (que está muy bien expuesto en su página web) de la siguiente forma:
 
PREMISA 1: La evolución es saltacional: las nuevas especies se originan a partir de la hibridación de otras dos especies (o a consecuencia de una macromutación afortunada según las viejas versiones de ese mecanismo). La mezcla de componentes de ambas especies permite que el híbrido prospere al dotarle de características positivamente seleccionadas.
 
PREMISA 2: Los seres humanos son producto de la hibridación de otras dos especies.
 
PREMISA 3: Una de la especies que dio origen al híbrido humano ancestral es, obviamente, un primate.
 
PREMISA 4: Sin embargo, los seres humanos tienen una serie de características que no comparten con ninguna especie de primate. Hay muchas: los seres humanos tienen la piel desnuda y el resto de los primates no, por ejemplo. O los seres humanos no tienen un hueso en el pene, al contrario que los primates. Los humanos tenemos narices protuberantes y cartilaginosas, riñones multipiramidales y corazones con cuatro válvulas, y hacemos caca en privado y nos acurrucamos: los primates no. Lo cierto es que hay muchas de estas diferencias.
 
PREMISA 5: Las características no-primates de los seres humanos no pueden proceder de la hibridación entre dos especies de primates.
 
PREMISA 6: El ser humano comparte muchas de sus características no primates con otro animal: el gorrino. O cerdo. O puerco. O marrano. Los tocinos también tienen la piel desnuda y riñones multipiramidales y cagan en privado cuando están a su aire; no sé si se acurrucan, pero de todas formas las similitudes dérmicas, faciales, posturales y de comportamiento entre humanos y cerdos son abundantes y quieras que no dan que pensar.
 
PREMISA 7: Hay genes compartidos entre el genoma humano y el genoma puerco.
 
CONCLUSIÓN: El ser humano es el resultado de la hibridación entre un primate y un animal parecido al cerdo.
 
De todo ello McCarthy aventura la suposición de que en la selva africana una chimpancé tuvo relaciones sexuales con un jabalí, o mejor dicho, que una pequeña población de chimpancés hembras se encamó con jabalíes o elementos porcinos equivalentes; y que de estas uniones sexuales nacieron híbridos que fueron a su vez fértiles; y que estos híbridos, al cruzarse entre sí, dieron origen a una nueva especie; y que esa nueva especie evolucionó (quizá volviendo a hibridarse de vez en cuando con monos o con jabalíes, quién sabe) y acabó convirtiéndose en... nosotros.
 
 
En esta fotografía se aprecia la íntima semejanza
entre Charlton Heston y los puerquitos:
Observen la piel rosada y la nariz cartilaginosa.
 
 
5. ¿Por qué la comunidad científica no se ha tomado en serio la hipótesis del doctor en genética por la Universidad de Georgia McCarthy? Existen varias razones. Podemos empezar por la más evidente: es bastante complicado que de la unión entre un mono y un cerdo (o si nos ponemos a matizar, entre los cromosomas de uno y otro animal) salga algo que pueda no ya respirar, sino gestarse sin provocar un aborto espontáneo. Cerdos y monos son ambos mamíferos placentarios: pero los artiodáctilos (orden al que pertenece el cerdo) y los primates (orden al que pertenece el chimpancé) empezaron a divergir unos de otros hace unos 80 millones de años, según la evidencia fósil y genética de la que disponemos actualmente. Esto significa que monos y cerdos (o los antepasados de ambos) no se cruzaron en ningún momento desde que los dinosaurios todavía dominaban la Tierra hasta que, según McCarthy, un buen día se produjo el encuentro ardiente entre los dos órdenes. La idea de que algo así ocurriera es dudosa, por decirlo finamente.
 
El último ancestro común de artiodáctilos y primates,
señalado con una flecha. Hay mucho cacho, que no.
Fuente: Pharyangula
 
 
Por otro lado, el hecho de que existan tantas semejanzas entre humanos y cerdos es muy curioso, pero quizá no signifique que las características puercas de los humanos provengan necesaria y exclusivamente de los puercos. Desde que la biología evolutiva dio sus primeros pasos, ha sido habitual que semejanzas morfológicas se hayan tomado por relaciones de parentesco: pero aquí se esconde un peligro. Así, el hecho de que el ala de los murciélagos tenga una estructura ósea muy similar a la pata de un gran danés induce a pensar (correctamente) que murciélagos y grandes daneses comparten ascendencia. Pero del hecho de que los gorriones y los murciélagos tengan alas se puede deducir que ambos son pájaros, y esto sería una metida de pata de elefante. Es necesario ser cuidadoso con lo que se compara y acotar muy bien el alcance de la comparación. Y en el caso de una comparación cerdo-hombre, ¿cómo sabemos que la nariz cartilaginosa y los riñones multipiramidales y el acurrucamiento no son simples convergencias, como en el caso de las alas de los gorriones y las alas de los murciélagos?
 
¿Y qué pasa con los genes que comparten cerdos y humanos? Bueno, los humanos y los cerdos también comparten genes con los gusanos planos y con los hongos, pero nadie está dispuesto a sugerir que los cerdos o los humanos son el resultado de un cruce entre un gusano y un champiñón. El hecho es que un gen cualquiera raramente está presente en una única especie o grupo taxonómico superior: los genes puercos del genoma humano, ¿están presentes únicamente en los puercos y en los humanos? Parece ser que la respuesta es no. Por lo tanto, esos genes puercos pueden estar ahí, en nuestro genoma, por otra serie de caminos evolutivos.
 
En resumidas cuentas, por mucho que nos guste (o no) la idea de ser un todopoderoso híbrido de cerdo y mono capaz de construir catedrales y hacer volar artefactos metálicos gigantes, va a ser que no. 
 
O quizá sí, y Eugene McCarthy (que por lo visto la verdad es que no trabaja en la Universidad de Georgia) nos haya hecho ver nuestro cerdo interior, o nos esté tomando el pelo a todos.
 
¿Hacen falta más pruebas?
 
 
 
 
 

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