martes, 30 de julio de 2013

太平天國, PARTE II

Continuemos la tenebrosa historia de la Rebelión Taiping, que ahora entra en su fase letal. Dado que sucedieron todo de tipo de batallas, marchas, contramarchas, asedios, masacres, interludios tragicómicos y ejecuciones masivas, ha resultado complicado mostrar una línea narrativa que fuera más o menos comprensible. Aquello fue un caos donde intervinieron factores de todo tipo y lo único cierto es que murió gente a millones. No tenemos ni idea de qué fue exactamente lo que llevó a los chinos a matarse entre sí con tanta saña: eso se lo dejamos a los que saben.
 
Este mapa cutre muestra las áreas de gobierno taiping.
Fuente: Webring
 
En 1851, Hong Xiuquan, que se llamaba a sí mismo "Zhen" (significa "El Soberano" y resulta un apelativo muy modesto, no digan que no) y empezaba a reunir un harén de concubinas entre la población femenina de sus feudos, se encontró con el estadounidense Issachar Jacox Roberts. Roberts era uno de esos bienintencionados bárbaros extranjeros protestantes que estaban fascinados con la milenaria cultura china (aunque algunos aspectos de esa cultura, como el poder otorgado a los eunucos, les repugnaban) y que al mismo tiempo estaban molestos con los manchúes por lo que llamaban su "aislacionismo corrupto y xenófobo" (a nadie le gusta que le llamen Diablo Pálido del Otro Lado del Océano y cosas parecidas). Roberts y otros como él deseaban que el movimiento milenarista taiping triunfara: "He aquí la obra de Dios", escribió sobre la movida de Hong. "Alguien se ha sublevado entre los chinos y presenta al verdadero Dios para su adoración, expulsa a sus ídolos con mano firme y a él se están uniendo decenas de miles de personas". Roberts y otros misioneros no parecieron observar que los Qing estaban diciendo exactamente lo mismo de Hong, pero al revés, y no debemos olvidar a esa zorra llamada Realpolitik y que tanto juego da. A los extranjeros que se ocupaban de cuadrar las cuentas tratar con una China manchú y confuciana les resultaba desagradable: ¿no sería mucho mejor que el gobierno del inmenso país pasara a manos de un movimiento cristiano indígena, el cual sería mucho más, cómo decirlo, amigable para con los intereses extranjeros? Todos eran seguidores de Jesús Cristo, ¿verdad? Pero cuando el reverendo Roberts se encontró con Hong se horrorizó por lo que vio: he ahí un puto chino que afirmaba ser el hermano menor de Jesús, ¡y tenía concubinas! Ante tanta blasfemia, Roberts se negó a bautizar a Hong, y el movimiento taiping tuvo su primer revés en el frente de las relaciones públicas.
 
Volveremos a encontrarnos con el pobre reverendo un poco más más tarde.
 
5. 1851: la primera batalla.
Algunos la llaman la Batalla de la Montaña del Cardo y otros la Batalla de Jintian, por el pequeño pueblecito que había cerca de la montaña. Como sea, allí las tropas Qing superiores en número fueron derrotadas por los taiping y entonces a Hong se le fue la olla a Camboya. Tras hacer una ceremonia chunga en la que se proclamó nada más y nada menos que Mesías, empezó a distribuir cargos. De este modo, nombró ocho "reyes", que habían de ser sus comandantes de campo de batalla: el Rey del Norte, el Rey del Sur, el Rey del Oeste y el Rey del Este, a los que se sumó el Rey del Ala (?), un tal Shi Dakai que era un buen fichaje ya que su padre era un terrateniente ex-manchú podrido de dinero, y el del Escudo (el título varía según las traducciones), que cayó en manos de su primo, Hong Rengan. Rengan fue el segundo seguidor de Hong durante la formación de los Adoradores de Dios. Un poco más tarde, llegaron el Rey de la Paz y el Rey de la Bendición. Éstos últimos eran los hermanos mayores de Hong, que se habían subido al carro hacía poco.
 
Después, Hong empezó a tomarse en serio la lucha apocalíptica contra los demonios.
 
Prisioneras taiping esperando la ejecución, 1864.
Fuente: Executed Today
 
Tras la Montaña del Cardo, y ante el acoso de sucesivos destacamentos manchúes, los taiping se convirtieron en un enorme ejército de guerrillas que se movía por los campos y las montañas. Dado que los batallones Qing estaban formados por una mezcla militarmente absurda de campesinos reclutados a punta de pistola y mandos corruptos y cobardes, no es de extrañar que los manchúes perdieran batalla tras batalla y quedaran como unos inútiles de mierda. Cuando alcanzaban un núcleo poblado, los taiping por lo general no encontraban oposición y sus filas, formadas tanto por hombres como mujeres provistos de armas heterodoxas que iban desde fusiles de chispa a azadas, crecían en consecuencia. Cuando tomaron Yongan en 1851 eran sesenta mil. Cuando conquistaron Changsa en 1852 eran ciento veinte mil. A la hora de poner sitio a Wuchang en enero de 1853, eran más de medio millón. Y cuando superaron las líneas defensivas del ejército imperial que rodeaban Nankín (la "capital de China en el Sur") pocos meses después, ya eran dos millones de tarados repartidos por un territorio de millones de kilómetros cuadrados.
 
6. Qué divertido es ser un taiping.
A Hong Xiuquan, El Soberano, Padre Celestial y Rey del Cielo, entre otros títulos rimbombantes, no le gustaban las modas extranjeras como el opio y la homosexualidad. Así que prohibió el consumo de opio y condenó la homosexualidad. También prohibió la prostitución, el adulterio, las apuestas y el consumo de alcohol, bajo pena de muerte por decapitación. En contrapartida, se instauraron el comunismo campesino y otro tipo de jacarandosas diversiones: "Todos los muchachos deben asistir a la iglesia cada día, donde el sargento les enseñará a leer el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, así como el libro de las proclamaciones del Soberano ordenado [sí, el panfleto Recomendaciones para exhortación de la época]. Cada Sabbat los cabos conducirán a los hombres y mujeres a la iglesia, donde ambos se sentarán en filas separadas. Escucharán los sermones, cantarán alabanzas y ofrecerán sacrificios a nuestro Padre Celestial, Rey del Cielo". Sí, señor. El Paraíso en la tierra o poco menos.
 
En marzo de 1853 los taiping conquistaron Nankín. Los números exactos de la matanza subsiguiente de habitantes de la ciudad difieren mucho, aunque parece existir un consenso en torno a los treinta mil cadáveres. Treinta mil ciudadanos, hombres ancianos, mujeres y niños, no soldados, cuyas cifras de mortalidad van aparte. El hermano pequeño de Jesucristo entró en la ciudad subido a un palanquín hecho de oro, y seguido por sus treinta y dos concubinas preferidas provistas de parasoles amarillos, el color chino de la buena suerte. Hong declaró Nankín "Ciudad Celestial" y tras intentar la conquista de Pekín, que fue repelida con horribles pérdidas de vidas por ambos lados, se instaló en el mejor palacio. Como era un revolucionario, aplicó la Muerte por Mil Cortes a los antiguos eunucos de la corte manchú de Nankín y los sustituyó por 2000 (dos mil) mujeres. Eran oficialmente conocidas como las "cuñadas del Rey Celestial" y llevaban la administración del palacio: unas pocas elegidas tenían el honor de, como se decía eufemísticamente, "limpiar la zona en torno al ombligo del Soberano". Especular sobre la naturaleza de las cuñadas se penaba con la muerte; y si las cuñadas se peleaban entre sí, eran decapitadas. Todo muy cristiano, como se ve.
 
Una pintura Qing de una serie de diez paneles que muestra
un momento de la derrota taiping en Pekín, 1855.
Fuente: wikipedia
 
Pero algunos detalles se mantuvieron. Los ciudadanos supervivientes estaban obligados a sobornar a los funcionarios taiping, tal y como había sucedido antes con los funcionarios Qing, para poder hacer cualquier cosa. Si funciona, para qué romperlo.
 
El reverendo Roberts acudió a la corte de Hong en 1855, poco después de la aniquilación de las tropas taiping en el norte en torno a Pekín. Tras atravesar aldeas arrasadas, campos agostados, zanjas llenas de muertos y multitudes hambrientas, llegó a palacio. Allí le obligaron a arrodillarse ante el Rey Celestial, al que describió así: "tenía una apariencia mucho mejor de la que yo recordaba, grande, bien formado, con un buen aspecto y un fino bigote negro". Antes de dejar que se marchara, el Rey Celestial ofreció al misionero baptista tres de sus cuñadas para que pasara un buen rato. Y eso que el tipo no había querido bautizarle
 
Pese a los considerables esfuerzos del Rey del Escudo, Hong Rengan, por mejorar la imagen de la Rebelión Taiping en el extranjero, la cosa estaba mal. No es sólo que el Rey Celestial cada día era más paranoico y obsesivo, sino que hubo un conflicto interno entre los Reyes del Oeste, el Este y el Norte que se saldó con una masacre. El Rey del Ala renegó del movimiento y se convirtió en un señor de la guerra freelance, y la corrupción rampante, los listillos oportunistas y la violencia indiscriminada habían sustituido el auténtico fervor religioso de los primeros tiempos. Aún con todo, Rengan, un hombrecillo que no estaba ido del bolo, siendo así una excepción notoria en el movimiento, tenía gafas y hablaba muy bien el inglés, el francés y el alemán, lo intentó.
 
7. Traca final.
Como hemos visto, Occidente en principio vio con buenos ojos la Rebelión Taiping: los cristianos apoyaban un movimiento cristiano en China, y los que manejaban el cotarro atisbaban grandes posibilidades de expansión económica. Pero en 1856 estalló la Segunda Guerra del Opio y los occidentales consiguieron generosas concesiones por parte del gobierno Qing, incluyendo lucrativos contactos comerciales en Shangái, ciudad portuaria que se convirtió en una espeluznante mina de oro para los bárbaros extranjeros. Para 1860, el apoyo occidental se trasladó a los otrora inmanejables y horribles funcionarios de la dinastía manchú, y los taiping se convirtieron en el Coco. Por poner un ejemplo del cambio de mentalidad, Karl Marx, que no se perdía una, había pasado de ensalzar a los taipings en 1853 ("La revolución china encendería la mina de la mecha sobrecargada del actual sistema industrial y provocaría la explosión de la crisis tanto tiempo preparada") a llamarles de todo menos bonitos en 1862 ("[Los taiping] son para las masas del pueblo una abominación todavía mayor que los antiguos dirigentes"). Por ello empezaron a proveer a los Qing de armamento moderno, incluyendo ametralladoras y lanchas cañoneras y soltaron a una tropa de mercenarios mayoritariamente procedentes de las Filipinas bajo el mando del general de la Unión Frederick Ward para repartir un poco de estopa. Y lo que es más importante: se encargaron de adoctrinar al obsoleto ejército imperial en los arcanos de la guerra decimonónica.
 
Frederick Townsend Ward.
Además de general del ejército estadounidense, fue
filibustero, buscavidas y comerciante.
Su paso por la Rebelión Taiping sirvió
de inspiración para la película
El último samurái.
Claro que en la peli de Tom Cruise
se cambiaron varias cosas,
empezando por el puto país.
Fuente: Wikipedia
 
Sin embargo, los taipings no se habían enterado del cambio de tornas y en 1862 no se les ocurrió otra cosa que marchar sobre Shangái. Su objetivo era lograr la captura de un puerto y con ello meter la cabeza en el comercio transoceánico, ya que según Rengan eso era lo que esperaban sus presuntos amigos extranjeros. Ni siquiera cuando las tropas anglo-francesas que defendían el perímetro de la concesión comercial comenzaron a pegarles tiros se olieron la tostada. Luego hubo una tormenta de nieve, cosa rarísima en Shangái, y las tropas imperiales salieron a presentarles batalla. Fue una escabechina. La Rebelión Taiping murió en ese momento.
 
Pero los taipings no sabían que ya estaban muertos, y sus enemigos Qing no pensaban tomar prisioneros y llegar a un acuerdo de paz, con lo que la matanza se prolongó dos años más. El Rey Celestial, Hong Xiaquan, murió en mayo de 1864 en su palacio de Nankín. ¿De qué murió? Unos dicen que se suicidó, otros que lo envenenaron, otros que unos demonios lo agarraron y se lo llevaron al infierno. El caso es que poco después, en mayo, ochenta mil soldados imperiales a las órdenes del general inglés Charles Gordon, aka "El Chino",  tomaron Nankín tras un largo asedio y se dedicaron a ejecutar de forma creativa a los taipings que no se habían prendido fuego a sí mismos. Más o menos murieron unas cien mil personas en una orgía de insana locura que algunos comentaristas actuales comparan con la inmolación de los davinianos de Waco pero a lo grande. También mataron a todos los hijos e hijas engendrados por el Rey Celestial, excepto al heredero de catorce años, que logró huir y esconderse en el campo por algún tiempo, disfrazado de campesino.
 
Poco después lo capturaron y lo mataron haciéndolo trocitos.

¿Cuáles fueron los efectos, el legado de la olvidada Rebelión Taiping? Los historiadores todavía discuten sobre ello, pero parece claro que no fue buena para China y los chinos. Tras diez años y pico de rebelión, los campesinos volvieron a ser sojuzgados, pero las guerras y los levantamientos habían debilitado demasiado el poder de los manchúes. En adelante, el Reino Medio se convirtió en un país débil, atravesado por hambrunas (el valle fluvial del Yangtsé quedó tan devastado que no volvió a ser productivo y capaz de soportar vida humana hasta un siglo más tarde) y presa fácil para el intervencionismo extranjero, empezando por Japón. Algunos creen que el juego del mahjong se inventó durante este período. Y Mao debió de tener en mente los acontecimientos de la Rebelión Taiping cuando inició su propia marcha hasta el poder en el siglo XX. Que resultó incluso más terrible para los chinos que el siglo XIX.

Triunfar en un levantamiento campesino es fácil si sabes cómo.
 
 Y eso es todo.
 

domingo, 28 de julio de 2013

太平天國, PARTE I

Se llama Rebelión Taiping; ocurrió en el siglo XIX, en la China de los Qing o manchúes; se le denomina guerra civil, conflicto armado criptoreligioso, revuelta campesina masiva, o a veces el segundo conflicto más horrible de la Historia después de la Segunda Guerra Mundial. Fue una gran matanza. Algunos historiadores contabilizan veinte millones de muertos durante ese conflicto, otros treinta, otros cuarenta. No todo el mundo la conoce: yo no la conocía hasta hace poco. Es una historia terrible. Chapoteemos en la sangre. Va a ser largo.
 
1. La China manchú, los diablos extranjeros y el opio.
Pekín, 1830. La Dinastía Qing gobernaba el inmenso territorio chino desde hacía más de doscientos años. Las élites (llamados los mandarines) eran cultos y refinados: elegían un emperador de pacotilla y se encargaban de dirigir y controlar y asfixiar el país desde el Palacio Imperial gracias a una burocracia monstruosa como la Hidra y un funcionariado hinchado como Gargantúa. Mandaban sobre unos cuatrocientos millones de personas, principalmente campesinos. También había una enorme cantidad de drogadictos locos por consumir opio. Intentemos explicar lo del opio. En aquella época los bárbaros extranjeros (portugueses, holandeses, franceses e ingleses sobre todo) comerciaban con los representantes comerciales de los Qing en la ciudad abierta de Guangzhou; los bárbaros extranjeros estaban interesados en obtener té, seda y porcelana, y al principio pagaban con dinero. Al mismo tiempo, introducían (casi sin pretenderlo) en el país todo tipo de ideas, tecnologías y comportamientos alienígenas que los mandarines reprobaban pero aceptaban porque había pasta por el medio. Por unos años la cosa se mantuvo así.

China en .gif más o menos durante el apogeo de los Qing.
Cantón es Guangzhou, y no aparece Nankín, que está como al lado de Sanghái.
Fuente: Voyages Photos Manu
 
Pero había un problema: al pagar en metálico por el té, la seda y la porcelana (los chinos no eran como otros no europeos y no se conformaban con baratijas de mierda) los bárbaros extranjeros vieron que no hacían negocio (un economista diría que China estaba extrayendo demasiada moneda fuera de Europa, y eso no se puede consentir, ¡demonios!). Entonces a los ingleses se les ocurrió que podían pagar con opio en vez de con dinero. A muchos chinos les pirraba el opio. Los hijos de la Gran Bretaña tenían mucho opio producido en la India, así que no costaría mucho llevar barcos llenos de opio hasta Guangzhou, sobornar a las autoridades portuarias y al funcionario imperial encargado del comercio con los pálidos diablos extranjeros (en teoría el comercio de opio estaba estrictamente prohibido), y dar a las masas obreras de la ciudad y del resto del país una droga estupenda que hace que uno no tenga ganas de nada. Excepto de consumir más opio. Pronto hubo una verdadera epidemia de opiómanos. Muchos chinos se escandalizaron, pero otros chinos se hicieron ricos. Por unos meses la cosa se mantuvo así.
 
Chinos dándole al opio.
Fuente: Alejandro Morandini
 
Entonces llegó el año 1839 después de Cristo o el mes sexto del año 4353 y un tipo llamado Lin Zexu. Se trataba del nuevo funcionario imperial encargado del comercio con los bárbaros. Era un hombre íntegro, respetuoso de la ley e insobornable. Pero a veces son malos tiempos para ser un héroe. De inmediato Zexu dio muestras de su terrorífica honradez yendo a la zona de Guangzhou donde estaban las misiones comerciales europeas (llamada eufemísticamente el Asentamiento Especial) con un grupo de policías, asaltando los almacenes y quemando unos diez mil arcones de opio. Al ver cómo se quemaban toneladas y toneladas de su valioso opio los bárbaros extranjeros se enfadaron mucho. Y si bien los chinos habían inventado la pólvora, la imprenta y los viajes transoceánicos, ahora eran los putos bárbaros quienes tenían las mejores armas. Estalló la Primera Guerra del Opio. Los bárbaros anglo-franceses vencieron con la gorra: emplearon la nueva ametralladora Gatling con inmejorables resultados matando a muchos chinos, y también aniquilaron una flota china y bombardearon salvajemente varias villas desde la costa. En 1842 la Primera Guerra del Opio terminó y en el tratado de paz subsiguiente los chinos declararon legal el comercio del opio y se comprometieron formalmente a dejar de llamar bárbaros a los europeos. Qué ironías tiene la Historia, ¿verdad?
 
No lo llames imperialismo, sino protección del mercado.
Fuente: Biografía e Historia
 
2. Memes religiosos bullendo en el caldero de la bruja.
China era mayoritariamente devota de Confucio o del Tao en lo religioso: los Qing habían sido confucianistas desde el mismo principio de su reinado. También había mogollón de budistas. El cristianismo, en su avatar nestoriano, era conocido en el país desde hacía mucho por influencia de los persas, y en el siglo XVII los jesuitas portugueses intentaron insuflar en el alma de los chinos la llama del catolicismo. Ambas modalidades tuvieron un éxito limitado, y el cristianismo se convirtió en la fe ocasional de chinos rarunos. Del tipo de gente que considera cool convertirse a una religión extraña. El tipo de gente que hoy se haría budista en Calella de Mar, o adorador del poder de los cristales en el CERN.
 
3. Hong Huoxiu, el hermano pequeño de Jesucristo.
Hong era un chino hakka que en 1837 tuvo una fiebres. Mientras estaba en la cama, tuvo un sueño muy extraño, que su familia consideró producto de la enfermedad. Soñó lo siguiente: estaba rodeado de demonios que querían matarlo y llevárselo al infierno. Pero él escapaba y se subía a un lujoso palanquín que se elevaba por los aires, llevándole al cielo. Una vez allí, señores magníficos ataviados con togas espléndidas le abrían en canal, y empezaban a cambiar sus órganos internos por otros órganos internos más puros. En esto, se le acercaba un hombre ataviado con una túnica excepcional donde había bordado un dragón negro, tocado con un sombrero enorme y provisto de una esplendorosa barba del color del oro. Hong comprendía que ese señor de señores era su verdadero padre. Su verdadero padre, mirándole apenado, le cogía de la mano y le explicaba que había demonios por todas partes: hasta allí, en el trigésimo tercer nivel del cielo, había demonios acechando. Hong pedía a gritos una espada para matar a los demonios, pero su padre verdadero le decía (paráfrasis): "También hay demonios en la tierra, hijo mío, y tu deber es acuchillarlos a todos. Vuelve con los tuyos, y recuerda: ahora no te llamas Hong Huoxiu, sino Hong Xiuquan. Con este nombre vencerás en tu misión". Después de esto, Hong se despertó gritando cosas raras sobre demonios, para estupor de su familia.
 
¿Quién era Hong? Un joven precoz, inteligente y algo inestable, hijo de campesinos pobres pero ambiciosos,  que en 1836 estaba en Guangzhou, con la intención de presentarse al examen de funcionario imperial. En la China manchú se elegía a los funcionarios mediante un examen basado casi íntegramente en la doctrina de Confucio. Resulta que mientras caminaba cerca del Asentamiento Especial se le acercó un bárbaro extranjero que de forma misteriosa iba disfrazado de chino. El bárbaro le tendió un folleto escrito en un chino por un chino, titulado Recomendaciones para exhortación de la época. El bárbaro extranjero era posiblemente un misionero norteamericano llamado Edgar Stevens, a quien le gustaba disfrazarse de indígena para diseminar el credo protestante. Y el autor del panfleto, un predicador itinerante llamado Liang Afa, ofrecía una interpretación china de la Biblia, dando nombres chinos a los nombres bíblicos  y otorgando resonancias confucianas a la exhortaciones de los santos. Los misioneros extranjeros consideraban recomendable soslayar las diferencias doctrinales entre las diversas formas de protestantismo (había misioneros baptistas, misioneros anglicanos, misioneros metodistas, misioneros presbiterianos y más) y centrarse en lo básico, ya que en caso contrario el chino medio se hacía la picha un lío. Recomendaciones para exhortación de la época es un texto sincrético, el intento de combinar dos doctrinas religiosas y dos universos culturales a golpe de fe. Un popurrí. Un batiburrillo. Una mezcolanza.
 
Hong, por lo visto, cogió el panfleto que le tendía el misionero americano bárbaro por pura educación. Suspendió el examen. Cuando regresaba abatido a casa, le echó un vistazo al folleto. Pronto se topó con la palabra hong (¡su nombre!), que significa "inundación". Intrigado, siguió leyendo la historia: hablaba de un dios vengativo, llamado Ye-huo-hua, el cual había ordenado la inundación del mundo para castigar los pecados de sus hijos. Ante la nueva coincidencia (huo significa "fuego") Hong Huoxiu sacudió la cabeza y se guardó el folleto. Por unos meses la cosa quedó así.
 
Hasta las fiebres de 1837. Cuando despertó de su pesadilla, adoptó el nombre de Hong Xiuquan ("rey celestial") y declaró que su padre era el señor maravilloso que aparecía en su sueño y no el pobre hombre que le miraba angustiado en la habitación. También dijo que su madre no era su madre y que sus hermanos no eran sus hermanos. En ese momento y en los meses posteriores, Hong fue observado con atención por su familia, amigos y vecinos, no fuera que le diera por coger una espada para matar demonios. Pero Hong se limitó a exigir que le llamaran Rey Celestial y, tras describir por extenso su experiencia onírica/alucinación/revelación tanto en prosa como en recargados versos, siguió con su vida. Intentó aprobar por segunda vez el examen de funcionario imperial, sin éxito; empezó a trabajar como maestro rural, pobre pero digno; se casó; tuvo un hijo.
 
Hong, modo épico.
Fuente: wikipedia
 
Por unos años la cosa quedó así.
 
4. Epidemiología de la creencia.
1843: ha pasado un año desde el fin de la Primera Guerra del Opio y el gobierno de los mandarines sigue dando muestras de debilidad, de descomposición interna, de corrupción rampante, de cobardía ante los putos diablos extranjeros. Hay revueltas, caos en las provincias, inundaciones y hambrunas en las tierras amarillas.
 
Y en 1843 un amigo íntimo de Hong llamado Li Jingfang leyó Recomendaciones para exhortación de la época, que el segundo guardaba en su casa sin haberlo leído por completo. Cuando terminó de leerlo, acudió a ver a Hong muy nervioso y exaltado y le pidió que lo leyera con atención. Entonces Hong leyó el texto de cabo y rabo y terminó comprendiendo toda la verdad. Y la verdad es básicamente que Ye-huo-hua (Yavhé) es el único Dios verdadero; que tuvo un hijo, llamado Jesús Cristo; y que él, Hong Huoxiu, luego Hong Xiuquan aka Rey Celeste, es el hermano chino de Jesús Cristo. Tal y como indicaba su sueño, que no era un sueño, sino un mandamiento divino para combatir a los demonios.
 
Los demonios, como ya habrán adivinado, eran los seguidores de Buda y Confucio. Los demonios eran los Qing.
 
¿Fue un mandamiento de Dios o una alucinación? ¿Era Hong el tentáculo chino de Yavhé en el Oriente? ¿Nacía una nueva religión? ¿Estaba loco como una puta cabra? No lo sabemos. Sabemos que bautizó a su amigo Li Jingfang siguiendo las confusas instrucciones de Recomendaciones para exhortación de la época y luego fabricó dos espadas de hierro de un metro de largo, una para él y otra para Li, que usarían para matar demonios. Se llamaron a sí mismos los Adoradores de Dios y comenzaron a destilar un credo que mezclaba el Apocalipsis de San Juan, Confucio y las alucinaciones de Hong. Por una de esas cosas que tiene la vida, el potaje resultó atractivo a muchos chinos. Poco a poco, otros familiares y amigos suyos empezaron a unirse a su congregación, organización, culto, locura o como queramos denominarlo. En un par de años el virus ideológico había contagiado a muchos campesinos, sobre todo de la etnia hakka, de los alrededores, y la autoridades confucianas comenzaron a recelar. Sobre todo cuando el autodenominado Taiping Tianguo ,太平天國, el "Reino Celestial de la Gran Paz", que ya contaba con unos diez mil efectivos, se trasladó a la montañosa provincia sureña de Guangxi. En Guangxi había muchos hakka y mucho descontento con los manchúes. Allí, en un lugar donde predominaba la población hakka, los manchúes eran vistos poco menos que como opresores extranjeros. Incluso hablaban una lengua diferente, el mandarín, y por lo visto eran corruptos hasta un grado que convierte al PP español en un grupo de alegres boy scouts.  El mal rollo aumentaba día a día. Pronto multitudes de taipings comenzaron a molestar a funcionarios imperiales, cortándoles los copetes, y a montar algaradas en las puertas de los templos. Hong no paraba de predicar, y sus ideas, vistas hoy, no carecen de atractivo: únicamente la armonía y la paz podrían salvar a China; los hombres y las mujeres son iguales; todas las propiedades deben ponerse en común; los pajaritos cantan y el cielo es azul y todo es maravilloso.

Funcionario Qing con su copete y su riqueza.
A su lado, una concubina.
Detrás, un bárbaro extranjero con pajarita.
Fuente: Cuaderno de Retazos
 
Pero al mismo tiempo Hong empezó a hablar de sí mismo en tercera persona y sus agentes comenzaron a hacer acopio de pólvora (Guangxi estaba llena de minas, y en las minas había muchos mineros sojuzgados por el poder manchú lo bastante cabreados como para robar cargas de dinamita). El Reino Celestial de la Gran Paz se preparaba para la guerra.
 
Continuará...
 
 
 
 

martes, 23 de julio de 2013

EVENTOS LUMINOSOS TRANSITORIOS

Los Eventos Luminosos Pasajeros o descargas súper atmosféricas o relámpagos retardados (más conocidos por sus siglas en inglés, Transient Luminous Events o TLEs) son luces que se ven los cielos cuando hay tormenta y son raras de cojones. Hablemos de ellos.

Aunque había meteorólogos que predijeron ya en los albores del siglo XX que en las regiones superiores de la atmósfera es muy probable que se den fenómenos eléctricos en el transcurso de las tormentas, lo cierto es que la comunidad científica pasaba del tema. Se supone que uno cree en lo que ve, y ningún científico que se preciara de serlo había visto nada más raro que un rayo en bola (que ya es raro). Y así se quedó la cosa, pese a que de vez en cuando pilotos militares que volaban a gran altitud sobre los cumulonimbos negros decían haber visto luces extrañas ahí arriba, destellos enormes con aspecto de medusas rojizas, rayos horizontales azulados y acumulaciones parpadeantes de bolitas luminosas, entre otras fantásticas figuras. Dichos fenómenos se caracterizaban por su rapidez: aparecían y desaparecían en un parpadeo y uno no siempre estaba seguro de haber visto algo en realidad. No les hicieron caso y los informes solían acabar en los cónclaves de los ufólogos, que los interpretaban como objetos voladores no identificados, probablemente las luces de posición de una nave nodriza de Zeta del Retículo.

Hasta que en 1989 unos científicos de la Universidad de Minnesota que estaban probando un nuevo tipo de cámara grabaron accidentalmente un extraño y enorme destello muy por encima de las nubes y se quedaron con cara de ababol.

Espectro Rojo disipándose.
Fuente: Wired Science

Amigos, la atmósfera de la Tierra se divide en varias capas. Según la temperatura, estas capas se llaman, ordenadas según su proximidad a la superficie, troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera. Digamos que la troposfera acaba a unos diez kilómetros de donde está usted sentado leyendo esta mierda, y entonces empieza la estratosfera, que termina a unos cincuenta kilómetros, y después la mesosfera, que alcanza más o menos los cien kilómetros, y ahí está la mesosfera, que en teoría termina allá donde los astronautas de la Estación Espacial Internacional hacen el gilipollas en gravedad cero. Dato: los fenómenos eléctricos por todos conocidos y que se llaman rayos ocurren en la troposfera. Fin del rollo.

Bien, lo que sea que grabaron ocurrió más o menos a la altura de la mesosfera, a unos ochenta kilómetros por encima de sus cabezas, y duró centésimas de segundo. Fue descrito como una gigantesca explosión de luz de la que manaban por la parte inferior estrechas estructuras relampagueantes. Los estudiosos del cielo no tardaron en hacerse con cámaras de alta velocidad, capaces de registrar eventos muy, muy transitorios, y enfocarlos a las alturas. Hay que tener en cuenta que incluso  una cámara capaz de registrar unos mil frames por segundo (fps) se pierde cosas (la cámara que registró el primer TLE tenía esa velocidad, que es unas dieciséis veces superior a la de las cámaras de vídeo convencionales). Actualmente se emplean aparatos que pueden registrar 10000 fps para estudiar los TLE. En fin, tal y como ocurrió con el telescopio, que abrió los ojos a la humanidad a las maravillas y horrores del universo, y con el microscopio, que hizo lo propio con los secretos del universo interior, ahora la técnica revelaba un nuevo bestiario de fenómenos desconocidos.

Tipos de TLEs
Fuente: Wikipedia

La primera luz mesosférica se bautizó como "Espectro", y muy pronto surgieron variantes: tenemos también los "Duendes" y los "Chorros". Y los Chorros se dividen a su vez en "Bujías azules" y "Chorros Gigantes". Parecen unos nombres bastante curiosos para tratarse de asuntos científicos, pero el consenso general coincidía en el hecho de que era necesario dar un nombre al nuevo fenómeno que fuera solamente descriptivo. No podía ser un nombre que aludiera a sus mecanismos causales porque dichos mecanismos causales no se conocían. Eso es ser sincero. Y además términos como Espectro o Duende dan una idea del carácter fugaz y numinoso de estos "flashes ópticos evanescentes", por citar las palabras de los investigadores del Laboratorio de Muy Baja Frecuencia de la Universidad de Stanford que se encargan de estudiarlos (entre otras muchas instituciones académicas de todo el mundo).

(a) Primer Espectro grabado en vídeo (1989); (b) Primer Espectro
grabado en color (1995); (c) Primer Duende grabado en vídeo (1992);
(d) Una de las primeras grabaciones de una Bujía Azul (1995);
(e) Una de las pocas imágenes de un Chorro Gigante (2002).
Fuente: Universidad de Stanford

Los Espectros pueden adoptar varias formas, incluida la de Medusa Alienígena Gigante, son de color rojo, azul o verde pálido, frecuentemente se ven precedidos por un halo rojizo, y abarcan amplias porciones del cielo (entre cincuenta y ciento cincuenta kilómetros). Son los TLEs más frecuentes (se han visto decenas de miles de veces), surgen en la mesosfera y en ocasiones están implicados en la caída a tierra de globos estratosféricos de investigación. Aparte de eso son bonitos e inofensivos espectáculos extravagantes de los cielos. Los Duendes proceden de la palabra inglesa elves y "elves" es el acrónimo en inglés de Emissions of Light and Very Low Frequency Perturbations from Electromagnetic Pulse Sources (no, no me apetece traducirlo). Un Duende típico (se han visto muy pocos, y siempre desde el espacio) tiene el aspecto de un enorme grumo de luz de unos 300-400 kilómetros de anchura, puede que sea de color rojizo, y vive durante más o menos un milisegundo. Y los Chorros (o Jets), al contrario que los Espectros, se proyectan desde la cúspide de las nubes de tormenta y se extienden, adoptando la forma de un cono estrecho, unos cincuenta kilómetros hacia arriba o más. Siempre son de un brillante azul, pero se despliegan de dos maneras: las Bujías Azules son cortas y de vida muy breve; y los Chorros Gigantes son mucho más grandes y gruesos, y pueden aparecer en parejas (aunque sólo se han visto ocho de éstos desde que se descubrió el primero en 2001) y viajar a velocidades superiores a los 50000 metros por segundo. Los meteorólogos sospechan que las Bujías son Chorros Gigantes abortados, y que los átomos de nitrógeno tienen que intervenir ya que cuando se excitan al chocar con electrones arrojan una línea de espectro de ese precioso color azul. Aparte de eso, poco más se sabe sobre los TLEs, y la cháchara sobre electrones, pulsos electromagnéticos y plasma ionizado marea.

Si tienen la suerte de ver un Espectro Rojo pidan un deseo.



lunes, 22 de julio de 2013

EL EXTRAÑO CASO DEL DOCTOR DAMASIO Y MÍSTER GAGE

- Doctor, aquí hay trabajo de sobra para usted.
PHINEAS GAGE A SU MÉDICO
 
Un sistema complejo intentando entenderse a sí mismo: eso hacemos cuando intentamos entender la mente. Usamos la mente para entender la mente: ¿qué absurdos, qué círculos viciosos, qué trampas, qué chorradas grandes como pianos nos acechan en este empeño fútil? La mente es la Última Frontera de la Ciencia; el Misterio Final; lo Absoluto Incognoscible; y una buena excusa para usar mayúsculas pomposas. No son pocos los que han intentado resolver el problema de la mente y la consciencia y toda la pesca, y todos han sido tragados por el abismo de la paja mental. Estos héroes y heroínas se conocían en tiempos pasados con los nombres de filósofos, pensadores o eruditos. Ahora los conocemos como los neuroplastas de los cojones (o neurocientíficos).
 
"El alma está por aquí, donde señalo con el lápiz"
 
Examinemos ahora una de las mejores ventanas (con los cristales sucios) que jamás hemos tenido para mirar el interior del Secreto de la Conciencia, de mano de un pobre tipo al que se le clavó una barra de hierro en la puta cabeza y un neuroplasta portugués con canas en el pelo. Todos los que se interesan en las movidas de la Mente conocen esta historia: es algo así como la Pretty Woman de las ciencias neurológicas. No vamos a descubrir petróleo precisamente, pero ¿acaso no queda genial decir cosas sobre la Mente en un puñetero blog?
 
1. 13 DE SEPTIEMBRE DE 1848, EN LAS CERCANÍAS DE CAVENDISH (VERMONT, ESTADOS UNIDOS).
Ese aciago día, un capataz de la construcción llamado Phineas Gage sufrió un accidente. La versión canónica es que estaba colocando cargas de dinamita en una roca que atravesaba el camino de la pista que estaba ayudando a construir para luego tender vías de ferrocarril: su objetivo era mandar la roca a tomar por culo. En esos tiempos, el procedimiento para volar rocas en pedazos era hacerles un agujero con una broca, llenar el agujero de dinamita, poner una generosa cantidad de arena sobre el explosivo y luego introducir una barra de hierro para compactar la mezcla y concentrar el efecto del chupinazo. Gage usaba una barra maciza de hierro que pesaba unos cinco kilos y tenía más de un metro de largo. Y tres centímetros de anchura. Bien, el día en cuestión algo salió mal, muy mal. Se supone que Gage no atendió como debía al proceso de voladura (quizá porque un compadre le llamó e hizo que se distrajera) y la roca explotó antes de tiempo.
 
La barra de hierro salió disparada: atravesó la mejilla izquierda y la base del cráneo de Phineas Gage, penetró la parte frontal de su cerebro (lo que ahora se llama lóbulo frontal), salió de su cabeza, voló unos treinta metros y acabó clavada en el camino.
 
Phineas Gage se desmayó.
 
Así es: nuestro amigo no la palmó. Una barra le había taladrado la cabeza dejando un túnel en su cerebro, pero no murió (ni perdió el ojo izquierdo: la barra pasó a escasos dos centímetros de allí). Los acontecimientos posteriores nos dan una idea de lo recios que eran los capataces de la construcción de la Norteamérica del siglo XIX. A los cinco minutos ya estaba charlando con sus compañeros desde la carreta en la que le transportaron al hotel en que se alojaba. Según todos los testigos, que incluyen un párroco que se acercó por si era necesaria la extremaunción, Gage parecía perfectamente normal, pese a que se le podían ver los sesos por el agujero que tenía en la frente. Una vez en el hotel, Gage aguardó a su médico, el doctor Harlow, departiendo amigablemente con el señor párroco, algunos compañeros que usaban el incidente de la barra para escaquearse, el dueño del hotel y otro médico, de nombre Williams. Cuando Harlow hizo acto de presencia, ambos médicos estuvieron un rato admirando el agujero en la cabeza de Gage: uno de ellos introdujo el índice de su mano derecha en la frente del herido y el índice de la mano izquierda en la mejilla desgarrada, y comprobó que los índices se tocaban en el interior de la cabeza de Gage. Después se pusieron manos a la obra, cosiendo, reuniendo trozos de hueso y drenando sangre mientras Gage aguantaba el tirón y un empleado de la funeraria pasaba por allí para tomarle las medidas.
 
Vistas de la calavera de Phineas Gage,
y la calavera junta a la barra.
Catálogo fotográfico del Museo Warren de Anatomía, 1870.
Fuente: wikipedia
 
Es cierto que Phineas estuvo a punto de morir, pero no a resultas de su tête à tête con la barra de hierro, sino a causa de la terrible infección que siguió a las variadas y bastante repugnantes cirugías craneales a las que fue sometido por los matasanos. También perdió la vista en el ojo izquierdo pero, caray, podía caminar, contar chistes y trabajar. Un milagro del Señor o poco menos. Una vez recuperado, sus amigos de la obra le regalaron la barra de hierro, que habían conservado en una barraca como si fuera una especie de recuerdo de las putas ferias o algo así. En los anales se conserva el testimonio del párroco, reverendo Freeman, sobre la barra: afirma que, pese a haber sido lavada, "todavía se notaba como grasosa". Ecks.
 
2. "EL EQUILIBRIO ENTRE SUS FACULTADES MENTALES Y SUS INSTINTOS ANIMALES ESTÁ ALTERADO".
Estas palabras del doctor Harlow resumen el aspecto de la trágica historia de Phineas Gage que hace que los neurólogos saliven de alegre expectación todavía hoy. Y es que la personalidad del capataz cambió radicalmente después del accidente. Antes de la maldita barra Phineas había sido un tipo responsable, trabajador, amistoso, paciente, abstemio y sereno: una persona cabal, que se decía entonces. Después, era todo lo contrario: impaciente, irresponsable, borrachín, dado a soltar tacos y exabruptos, aficionado a apostar en las carreras de caballos y las peleas de perros, mal compañero e "incapaz de terminar cualquier cosa que empezaba". La barra que lo había transformado se convirtió en su talismán mientras rebotaba de empleo en empleo. Nunca se separaba de ella. Durante unos meses se ganó la vida en el circo de P. T. Barnum: por diez centavos se levantaba la piel de la herida y dejaba que la gente le mirase el cerebro. Murió en San Francisco, el 20 mayo de 1860, tras una serie de lamentables peripecias. Le enterraron abrazado a la barra de hierro.
 
Daguerrotipo de Phineas Gage, con su barra
Fuente: wikipedia
 
El doctor Harlow había seguido las vicisitudes vitales de Gage en la medida de sus posibilidades y se olía que ahí había un caso médico digno de estudio. A la muerte de Gage se puso en contacto con la familia y tras unos cuantos ruegos logró que exhumaran al capataz y se hizo con la calavera agujereada en 1867. Una vez tuvo ese patético resto mortal en su poder, se dedicó a exponer su teoría frenológica: la barra había destrozado las regiones cerebrales de Gage que albergaban los órganos de la Benevolencia y la Veneración, que él pensaba que estaban en el lóbulo frontal izquierdo cruelmente atravesado. Su razonamiento científico podría resumirse así: "estoy seguro de que en el lóbulo frontal izquierdo reside algo, lo que sea, que determina que alguien sea un buen tipo que no se gasta los cuartos en ginebra. He aquí un cráneo con esa zona agujereada. El hombre cuyo cerebro albergaba este cráneo pasó de ser una bellísima persona a convertirse en un tipo que se gasta los cuartos en ginebra. Luego la zona en cuestión alberga el espíritu de la Benevolencia y la Veneración. Q.E.D.". Los críticos de la frenología se lanzaron sobre Harlow como hienas hambrientas, y los defensores de la frenología la defendieron como topos rabiosos; mientras tanto otros doctores de todo el mundo exponían sus propias teorías y contrateorías y ocurrencias. Unos decían que Gage no debería poder hablar tras el accidente, otros que sí. Algunos decían que la barra había destruido el "orden jerárquico" de impulsos nerviosos en el cerebro de Gage, liberando las instancias más primitivas y animales de la conducta, y otros decían que de eso nada, monada. La cuestión es que el extraño caso de míster Gage servía para apoyar, confirmar o refutar la teoría de la mente  que estuviera de moda en un momento dado. Phineas Gage de Vermont se ha convertido en el tótem de los neuroplastas con el paso de los años, en el nombre mágico que pronuncian a todas horas los hechiceros con escáneres y los profanadores de cerebros, algo que puede dar verosimilitud a cualquier respuesta loca o loquísima a la Gran Pregunta. Pero su pobre calavera no dice nada.
 
Diagrama frenológico: la Benevolencia y la Veneración las tenemos en la frente.
Fuente: wikipedia 
 
 
3. EL PORTUGUÉS TIENE LA PALABRA.
Antonio Damasio es un neuroplasta de origen portugués (actualmente trabaja en Iowa) que en un libro bastante popular y muy bien escrito, titulado El error de Descartes, coge la historia de Phineas Gage y la adapta al modelo neurológico que impera hoy en amplios círculos del esoterismo cerebral. Tal y como indica el título, también es un apasionado ataque (en la medida en que un tratado sobre los misterios del cerebro escrito por un médico puede ser apasionado) al filósofo René Descartes y lo que se ha venido en llamar su dualismo mente-cuerpo. Y también es un intento de mostrar una Teoría Total sobre la Mente y la Consciencia que en última instancia, como todas las demás, no convence a todo mundo, y quién sabe si no será sustituida por otra.

Antonio Damasio
 
 El quid del argumento de Damasio es que hay personas, como Gage y otros señores y señoras que ha estudiado en su práctica clínica y en las profundidades ignotas de la literatura médica, que tras sufrir una lesión traumática o una infección o un tumor en una zona del cerebro situada en o cerca de los lóbulos prefrontales adoptan un síndrome llamado (jo jo jo) la matriz Gage. La matriz Gage, además de ser uno de los escasos epónimos de la medicina que no llevan el nombre de un médico sino de un paciente, consiste en un asombroso abanico de síntomas. Que se pueden resumir en: las personas que sufren esa desgracia mantienen su capacidad intelectual intacta (pueden sumar y restar, entender El error de Descartes y hablar con la suegra) pero presentan un importante déficit emocional. Como si fueran ultracuerpos o el señor Spock. La relación de todo esto con Descartes es que, hasta donde he llegado a comprender, Damasio niega que haya algo así como dos sustancias en nosotros, una puramente física y otra puramente mental,  sino que ambas coevolucionaron de forma compleja en el transcurso de los eones y se mantienen unidas por los gráciles puentes que son las emociones y los sentimientos. Las lesiones de los lóbulos prefrontales y las lobotomías y hacer caso a ese gañán de Descartes derriban esos puentes. Las emociones y los sentimientos son los módulos que usa la mente para monitorizar el cuerpo. Y la consciencia humana es el resultado de toda esa interacción maravillosa y extraordinariamente compleja, aunque la verdad es que en este punto me pierdo. Sepan que las emociones y los sentimientos están hoy muy presentes en el discurso neuroplástico, así que por lo general las ideas de Damasio han sido aplaudidas, y aprovechadas por charlatanes de todo tipo que hacen el agosto poniendo el prefijo neuro- a sus frascos de aceite de serpiente.

La invasión de las personas con déficit emocional
 
Pero no. En el libro hay errores metodológicos que lo convierten en ciencia, por lo menos, sospechosa. No pretendemos decir que Damasio sea un listillo vendedor de humo, al contrario: si existe un neurocientífico respetable, es él. Pero todos nos equivocamos.  Como ocurre con todos los intentos de introducir a Phineas Gage, su barra y su curiosa conducta en un marco absolutamente exhaustivo, que lo intenta explicar todo. En primer lugar, Damasio altera sutilmente la anécdota del accidente y la posterior vivencia de Gage para que se amolde a su discurso. Lo que se llama jugar con los hechos. En segundo lugar, el síndrome que postula, la matriz Gage, es un cajón de sastre que no sólo incluye lesiones prefrontales, sino otros tipos de lesiones en otras partes del cerebro, en plan sírvase usted mismo. En tercer lugar, la supuesta matriz Gage es demasiado variada en su sintomatología: algunos pacientes se vuelven irascibles y apostadores compulsivos, otros se hacen tímidos y reservados, otros se quedan mudos, etcétera. Y si los cimientos de la teoría de Damasio sobre la mente tienen estas grietas, ¿qué se puede pensar acerca de sus conclusiones?
 
Phineas Gage sigue siendo un enigma que te cagas, al igual que la mente de todos nosotros. Miren la calavera. ¿No les parece que se está riendo? El último que apague la luz.

domingo, 21 de julio de 2013

HELLO TOXO

Hoy hablaremos largo y tendido de gatos. ¡Los gatos son tan cuquis! Dénse una vuelta por la red de redes y acabarán atiborrados de gatos: fotos de gatos, youtubes de gatos, memes de gatos, frases de gatos, filosofía de gatos, gatos bailando, gatos haciendo caca, gatos besando a perricos, gatos tirando de la cadena del váter, gatos Chewbacca, gatos Spock, gatos haciendo purr, purr, gatos paseando por la teclas de un piano, gatos haciendo kickboxing, gatos, gatos, gatos. Es como si una parte de nuestro cerebro, una parte noña y desnortada, se activara automáticamente ante la mera mención, atisbo o visión de un puto gato, convirtiéndonos en zombis amorosos que sonríen como gilipollas. O por lo menos, eso les pasa a algunos de nosotros. Otras personas prefieren entregar su corazón a los perros, los loros, las pirañas o las boas constrictoras albinas. La capacidad humana para entregar su corazón a otras criaturas no tiene límites y es una de nuestras características más bonitas como especie biológica.
 
¡Ohhhh qué mono el gatito francotirador!

 
Pero la biología a veces es una cabrona muy rara.
 
Porque también hablaremos de Toxoplasma gondii, un pequeño ser (protozoo) que no es tan mono como los gatos (de hecho, parece una ameba), pero que viene al caso porque infecta gatos y puede causar toxoplasmosis en sus amantes dueños de dos patas. La toxoplasmosis es una enfermedad leve por lo general, aunque puede complicarle mucho la vida si usted es un gato, un feto, un toxicómano o una persona con el sistema inmunitario dañado. La principal vía de transmisión del toxoplasma entre gatos y personas son las cacotas y el pis de los gatos, así que se recomienda a las mujeres embarazadas que no se acerquen a los cajoncitos de arena donde los reyes de la casa hacen sus cositas, porque pueden ser verdaderos criaderos de microbios asquerosos. Un dato más: se calcula que entre un tercio y un cincuenta por ciento de la población mundial ha contraído toxoplasmosis en algún momento de su vida: en un elevado porcentaje uno ni siquiera se da cuenta de que tiene el bicho. Unos números impresionantes que convierten a nuestro amigo Toxoplasma en un pequeño y ubicuo hijo de puta. También se han detectado microbios de Toxoplasma en muchos otros mamíferos: monos, murciélagos, ballenas, elefantes, osos hormigueros, cerdos hormigueros, tigres de Bengala, perezosos, roedores de todo tipo y procedencia, koalas y malditos ornitorrincos. Señalen ustedes cualquier cosa con pelo, glándulas mamarias y sangre caliente: probablemente ha tenido el toxo, lo ha tenido o lo va a tener.
 
Y también ataca a las gallinas.
 
¿Qué hace Toxoplasma cuando accede al interior calentito de la sangre mamífera? Por lo general, nada hasta el cerebro y empieza a formar quistes en la amígdala. Una vez allí se dedica a proliferar a base de clonarse como si no hubiera un mañana. Puaj, pensarán ustedes. Esto había empezado bien, con gatitos, y acaba con microbios que viven en los sesos. ¿Es que no hay nada bello en este mundo nihilista? Pero es que eso no es todo.
 
Quistes de T. gondii en el cerebro de una persona
(a la izq. y centro, color champiñón).
Fuente: Facultad de Medicina de Utah
 
 
Ojalá fuera todo.
 
La amígdala (una glándula con forma de almendra) es una parte del cerebro que según los neurocientíficos se encarga de regular el procesamiento de las emociones. Y esto arroja inquietantes resultados. Los roedores, por ejemplo, si tienen una generosa población de Toxoplasma pasándolo pipa en sus amígdalas, empiezan a comportarse de una manera extraña. Concretamente, se sienten atraídos de forma irresistible por el pis de gato. De hecho, es como si se volvieran adictos al pis. Si hay un gato u otro felino merodeando en las cercanías, se vuelven como locos y corren a los lugares donde el gato o felino ha hecho pis. Bueno, todos sabemos con exactitud cuál es la relación ecológica entre roedores y felinos. Los felinos se comen a los roedores. Si analizamos el asunto desde el punto de vista del tercer participante de este drama de la naturaleza (el Toxoplasma), veremos que de alguna forma el bicho logra manipular las querencias de los roedores para hacerles amar el pis de los gatos, sus enemigos eternos, y llevarles hasta el lugar preciso donde unas mandíbulas llenas de dientes afilados en un cuerpo grácil y ronroneante los maten y mastiquen. Dado que los Tres Mandamientos de los Roedores son: 1. Teme a los felinos, 2. Nunca te acerques a un Felino y 3. Si ves a un Felino huye y escóndete en el primer agujero que veas, esto significa que el toxo es capaz de hacerles actuar en contra de su instinto ancestral.
 
Pero, ¿por qué? ¿Por qué hace esto Toxoplasma, la diabólica ameba manipuladora de cerebros? No se sabe con certeza, pero un descubrimiento reciente puede arrojar algo de luz. Y es que el parásito generalmente se reproduce de manera asexual: hace copias de sí mismo por medio de la fisión celular. De cada Toxoplasma con sus aproximadamente ocho mil genes salen otros dos, ambos con esos ocho mil genes, idénticos par de base a par de base. Pero atención: por lo visto, en el intestino de los felinos Toxoplasma se reproduce sexualmente. Y que se sepa, sólo hace eso en el intestino de los felinos. Nadie sabe por qué precisamente ahí y la verdad es que nadie quiere saberlo. Una explicación es que por medio de la reproducción sexual el pequeño protozoo puede elevar sus apuestas en la danza de la selección natural, produciendo hijitos con un genoma distinto al de sus papás y ocasionalmente generando Toxoplasmas con mayores posibilidades de supervivencia que los que son producto de la fría y aburrida clonación. Pero, en serio, ¿POR QUÉ HA DE SER EN EL INTESTINO DE UN GATO?
 
Sí: para Toxoplasma, el estómago de un gato significa fiesta a tope. Creo que no deberíamos dar detalles sobre qué clase de fiesta es: baste decir que haría vomitar a Calígula e incluye metamorfosis abyectas de cosas con forma de gelatina temblorosa. Intestinos de gato: ahí es donde los protozoos celebran su Día de San Valentín. Con canción de Juan Magán incluida en el pack. Es tan dulce. Piense en ello la próxima vez que un gatito cariñoso se frote contra su pierna.
 
Ahora miremos más de cerca esos ocho mil genes del bicho. Para sorpresa y quizá cierta consternación de los investigadores, el genoma del Toxoplasma contiene dos copias del gen que son coadyuvantes en el proceso de síntesis del neurotransmisor llamado dopamina. ¿Y qué? Pues que la dopamina es un elemento clave en el circuito estimulación-recompensa de los mamíferos. Si ustedes han probado alguna vez la cocaína, por ejemplo, habrán observado que produce lo que se conoce como subidón aquí en España: una sensación placentera de euforia que, en ocasiones, produce ansiedad y la necesidad de consumir más cocaína. Eso es porque la cocaína es un estimulador artificial del circuito cerebral de la dopamina. Lo mismo se puede decir de los ratones en relación con el pis de gato: se vuelven adictos al pis, porque el pis les hace sentir tan, tan bien. Y se hacen adictos al pis porque la maquiavélica criatura que vive en sus cerebros manipula sus niveles de dopamina en su propio beneficio. Y de ese modo acaban tragados por felinos. Y el Toxoplasma puede vivir su preciosa historia de amor en las tripas del gato.
 
Modelo de bolas de la dopamina:
negro es carbono, blanco es hidrógeno, azul es nitrógeno, rojo es oxígeno.
Fuente: wikipedia
 
 
En resumen: en algún momento de su historia evolutiva, el protozoo Toxoplasma gondii se las apañó para incorporar a sus trucos genéticos la capacidad de sintetizar dopamina, quizá robándole los genes a algún oso hormiguero o jaguar amazónico o lo que fuera. Y ahora puede manipular la conducta de otras criaturas mucho más grandes y listas que él para lograr reproducirse sexualmente en un ambiente seguro y romántico. ¡Por el amor de Dios! ¡No existe emoticono capaz de dar a entender el horror cósmico que produce esta maldición primigenia!
 
Todo esto es un poco bizarro, pero ¿qué pasa con las personas? Bueno, algunos expertos usan todo el asunto de la dopamina para explicar un curioso comportamiento de ciertos miembros de la especie Homo sapiens sapiens: el Acaparamiento de Gatos. Hay gente ahí fuera que no puede parar de acumular gatos en sus casas. Existe incluso un Premio Guiness para el Mayor Número de Gatos Acumulados en una Única Vivienda. La vivienda era un bungaló y pertenecía a Donna y Jack Wright, de Ontario, Canadá. Este matrimonio formado por un pintor y una ama de casa llegó a tener 689 (seiscientos ochenta y nueve) gatos en el bungaló. Aquello era de locos. Toda la comida acababa llena de pelos de gato en segundos. Aceptaban gatos de todas partes, incluyendo uno que les enviaron por correo certificado. Donna se pasaba quince horas al día simplemente vaciando cajas de arena, abriendo latas de Delicia de Salmón (unas 180 al día), cambiando los recipientes de agua (la fricción de tantas lenguas gatunas provocaba que el agua se calentara muy deprisa y entonces había que reponerla) y buscando gatos traviesos en el jardín. Las facturas ascendían a unos cien mil dólares anuales. Cada Navidad cada uno de los 689 gatos recibía un regalo especial amorosamente envuelto, y cada uno de los 689 mininos tenía su nombre (intente pensar en 689 nombres diferentes de gato sin  volverse loco) escrito en esa caja. La situación era tan tremenda que en un momento dado una de las paredes del bungaló se cayó porque su base había sido roída por los orines de los gatos. El caso es que tras unos años de maullante infierno los Wright decidieron rebajar el número total de gatos a unos doscientos o así, sobre todo cuando empezaron a encontrar mininos muertos debajo del sofá o dentro del cajón de los tenedores. No obstante, recayeron en varias ocasiones. El caso es que este comportamiento tan inusual puede explicarse así de fácil: el matrimonio Wright tenía el cerebro petado de protozoos de Toxoplasma. Jack llegó a admitir en una entrevista que el olor del pis de gato (que generalmente nos resulta hediondo) no sólo no le molestaba, sino que le gustaba. Esto parece adicción al pis de gato de libro. No sé si alguien ha examinado las amígdalas de los Wright en busca de quistes toxoplásmicos, de modo que esta explicación no deja de ser una mera hipótesis. En verdad, ¿quién sabe? A lo mejor es que simplemente les gustaban mucho los gatos.
 
 
 
Pero hay más.
 
Algunos médicos de urgencias han llamado la atención sobre el siguiente hecho: en muchas de las víctimas de accidentes de moto en los que ha existido un comportamiento temerario (tomar las curvas demasiado cerradas, intentar superar de un salto cinco autobuses escolares puestos uno junto a otro y demás) se ha encontrado una floreciente comunidad de quistes de Toxoplasma en sus cerebros. Por lo visto, a más quistes más ama uno el riesgo y más se la juega. Dicen que es porque les excita el riesgo y disfrutan con el peligro. Pero el amante de los deportes extremos, el que se lo pasa bomba lanzándose en helicóptero a la ladera de un volcán con una tabla de skate, ¿no estará haciéndole el juego a un microbio diminuto cuyo único propósito en esta vida es practicar el kamasutra en las tripas de un gato?
 
El mundo es un lugar muy, muy extraño.
 
Choooo
 
 
 
 
 

domingo, 14 de julio de 2013

LAS 3 MEJORES-PEORES PELÍCULAS DE MONSTRUOS PREHISTÓRICOS DE LA HISTORIA

Y cuando decimos Monstruos Prehistóricos lo cierto es que queremos decir dinosaurios y afines: ¿alguien ha visto una película protagonizada por la bestia llamada Andrewsarchus mongoliensis? Esta cosa era un híbrido de hiena, perro, cerdo y lobo con una cabeza de casi dos metros de largo y unos dientes tan grandes como las agujas de ganchillo de mi abuela, pero sólo la conocen los paleontólogos y algunos friquis de los huesos viejos, y por eso mismo su existencia no ha llegado todavía a los oídos de los servidores del Gran Cthulhu que manejan el negocio del cine. Y sería un estupendo protagonista para esas cosas del canal SyFy que mezclan tornados, tiburones gigantes y dragones de Komodo locos. No, han sido los Terribles Lagartos los animales pretéritos que han alegrado nuestras retinas apareciendo en pantalla, y la mayoría de las veces de una forma tan absurda que llevaría al harakiri a Richard Owen. He aquí, tras un meditado y cuidadoso proceso de visionado y selección, las que creo que son las películas de monstruos prehistóricos más infumables jamás defecadas por los esfínteres artísticos de los gañanes del séptimo arte. ¡Y en dos de las tres sale Doug McLure!
Hola, soy Troy McLure, el hermano amarillo de Doug.
1. MUÑECO REPTILIANO DIABÓLICO: CARNOSAUR (1993).

La ficha técnica de esta escamosa perla, aquí.

Dirigida por un tal Adam Smith, habitual colaborador del ínclito Roger Corman de los últimos tiempos, Carnosaur es ante todo el intento psicotrónico de obtener el éxito millonario de Parque Jurásico gastándose la milésima parte del presupuesto de la segunda. O menos. También conocida como la Película Donde Una Mujer Da A Luz A Un Terópodo Extinguido, lo cierto es que vale la pena. Si os gusta ver a dinosaurios dándose de hostias con excavadoras, ésta es sin duda vuestra película.
Carnosaurio de morro chato dispuesto a la matanza.
(¡SPOILER!) El leitmotiv de la película consiste en dinosaurios carnívoros comiendo gente en la época actual. Por ello también incide en la ingeniería genética, como Parque Jurásico, a la hora de pergeñar una excusa para que los dinosaurios vuelvan a la vida, pero en este caso el método no consiste en replicar ADN de dinosaurio de la sangre absorbida por mosquitos del Cretáceo. No, consiste en coger huevos de gallina modificados genéticamente e inyectarles un virus que contiene secuencias genéticas de cocodrilos, iguanas, albatros y posiblemente urogallos y chochas de agua: entonces de los huevos de gallina salen dinosaurios. Lógico. Científico. Y plausible en un futuro cercano.
Alto, me ha parecido oír a una gallina.
La historia en sí es una concatenación demencial de escenas en las que marionetas de goma (ordenadores e infografía como que no) filmadas con poca luz devoran piernas de muñecas Barbie, aunque el drama humano está servido cuando el prota, un vigilante de obra que es al mismo tiempo el mayor experto mundial en guerra biológica del mundo en plena crisis alcohólica, se enamora de una eco-activista estilo Greenpeace  a la que parecen quererse comer todos los dinosaurios de la película y el sheriff también. Lo más mejor es que el antedicho virus también puede infectar humanos, por lo que tenemos el peligro adicional de que los seres humanos se infecten y la cantidad de monstruos de goma sueltos por ahí se multiplique exponencialmente. Pensémoslo: los seres humanos son muy prolíficos, por lo que si sustituimos adorables bebés por tiranosaurios tenemos que en treinta años o así habrá como unos dos mil millones de tiranosaurios dando por el culo. La actriz Diane Ladd fue convencida por los responsables del film no sólo para dar vida a la científica loca (se pasa la mitad de la película examinando pantallas de televisión que muestran gallinas gigantes incubando huevos de dinosaurio: espectacular), sino para protagonizar la primera secuencia de la historia del cine en la que una mujer pare un dinosaurio. Por lo visto, Ladd no apreció en su justa medida este billete a la posteridad, ya que en algunas entrevistas posteriores al estreno vino a decir que si no fuera porque tenía que llevarse comida a la boca en su puta vida se metía en semejante chuminada (claro que con palabras más medidas). En fin, además de la crítica implícita al peligro de jugar a ser Dios manipulando el ADN de las letales gallinas, en Carnosaur podemos advertir un homenaje del director a la escena final de La noche de los muertos vivientes: como en la mítica obra maestra zombi, aquí el protagonista también es abatido (con un puto lanzallamas, para qué andarse con remilgos) por las fuerzas del orden, muy nerviosas ante la posibilidad de que sus madres, esposas y novias se conviertan en mamás de tiranosaurios y velocirraptores gallináceos. Lo malo es que eso no impidió que se rodara una segunda y tercera parte de semejante abominación.
Sí, está a punto de alumbrar un velocirraptor.
Mazel tov.
Eso sí, para preocuparse por la verosimilitud paleontológica de las criaturas los productores contaron con el asesoramiento de Donald F. Glut. Glut no solo sabe mucho de dinosaurios sino que, agárrense los machos, también se hizo rico con la novelización de las películas de Star Wars. Toda una garantía de exactitud anatómica.

2. LA MEJOR-PEOR PELÍCULA DE SIR PETER CUSHING: AT THE EARTH'S CORE (1976).

Ficha técnica y artística, incluyendo quiénes interpretan a los espantosos hombres-cerdo, aquí.
Hombre-cerdo con reminiscencias de Mario Draghi.
Sir Peter Cushing es uno de los mejores actores de todos los tiempos. Punto. Pero el hombre de distinguidos pómulos que se cargó Alderaán, jugó con el cerebro de Frankenstein y se las vio con el puto conde Drácula es humano. A veces la cagaba. Y At the earth's core es de largo su mayor cagada. Pero no por eso hemos de tirar de la cadena, pues esta cutrez contiene suficiente encanto mugriento como para hacer vomitar bilis negra a Jean Luc Godard en el infierno.

(¡SPOILER!) La peli es una aventura estilo Tierra Hueca en la que Cushing interpreta a un señor victoriano que ha construido un taladro tripulado capaz de hacer un agujero en el puto suelo hasta el centro de nuestro planeta. Nunca queda muy claro qué es lo que pretende conseguir sir Peter con el taladro, pero eso no impide que él y el gallardo financiero que ha patrocinado su armatoste (¡Doug McLure!) se monten en el trasto (con una pinta que mezcla el steampunk con el concepto teórico de consolador sadomaso) vestidos con lo último en moda de exploración intraterrestre del siglo XIX (incluyendo chalecos a cuadros y relojes de cadena) y comiencen a taladrar a cascoporro. No tardan en darse cuenta de que dentro de nuestro planeta hay otro planeta, un planeta asaz divertido que contiene: a) vegetación carbonífera con la niebla húmeda concomitante, sobre todo plantas carnívoras que son como cabinas de teléfono verdes con dientes; b) lúgubres cavernas de paredes rojas como la sangre; c) razas de peludos hombres prehistóricos monosilábicos; d) princesas míticas de buen ver (¡Caroline Munro!); e) pterodáctilos blancuzcos con ojos rojos que pueden hipnotizar a la gente (¡los Majars!); f) unos extraños hombres-cerdo y g) rinocerontes de dos patas. ¿Los guionistas se pusieron ciegos de peyote? Quién sabe. Como decía un antiguo encargado que tuve en el supermercado, es lo que hay.

Los Majars: verlos y caer fulminado por el síndrome de Stendhal
ante tanta belleza.
El drama con el que se topan los dos audaces exploradores puede resumirse así: los pterodáctilos de ojos rojos controlan el cotarro subterráneo (y son la excusa para meter esta película en la selección, ya que son lo más parecido a la vida prehistórica real de toda esta maldita chifladura) ayudados en esa labor de opresión por su imponente presencia, sus poderes mentales y los hombres-cerdo. Caroline Munro y los hombres-de-las-cavernas viven sojuzgados por los pterodáctilos y son obligados a extraer algo (no lo sé, vi la película borracho perdido) de las paredes de las cuevas. En fin, un poco como ahora, pero con la Banca internacional y los políticos democráticos en vez de pterodáctilos y hombres-cerdo. Sepan que todo acaba bien (y Caroline y Doug no paran de lanzarse miraditas desde el segundo uno) y que ningún puto rinoceronte gordo con dos patas fue herido durante la realización de este film. Y los hombres-cerdo y los Majars reciben lo que se merecen: acaban fundidos en lava.
¿Pero qué cojones hago aquí?
At the earth's core es una película de la factoría Amicus: digamos que dicha compañía fue el descendiente mutante y degenerado de la mítica Hammer, y eso explica muchas cosas.

3. TENGO DIENTES Y DEBO COMER ALEMANES: THE LAND THAT TIME FORGOT (1975).

Consulten toda la información de esta debacle visual aquí.

(¡SPOILER!) Al contrario que los aberraciones precedentes, The land that time forgot parte de la premisa del Mundo Perdido a la hora de que el espectador se deleite con múltiples escenas de depredación sauria (y que se avergüence por ello en lo más profundo de su alma). Basada en una novela del mejor pulp machirulo del maestro cisheteropatriarcal Edward Rice Burroughs, trata de  un submarino alemán de la Primera Guerra Mundial que alberga no sólo a militares alemanes, sino a británicos, Doug McLure y una joven damisela, y que arriba a una misteriosa extensión de tierra después de atravesar un banco de icebergs de polietileno. No tardan en comprobar que esa landa (que por lo visto se llama Caprona) está hasta los topes de fauna paleo, meso y cenozoica que ha escapado a la extinción quién sabe cómo. Quizá por el efecto aislante de los icebergs.

En esta captura de pantalla aparecen un cavernícola, alemanes y  Doug McLure.
¿Sería capaz de averiguar quién es quién?
Nada más emerger, el submarino es atacado por una especie de plesiosaurio punki que se come a unos cuantos antes de que se lo carguen con un certero disparo de fusil máuser. A partir de aquí la acción, el descubrimiento y las incoherencias no cesan, ya que Caprona es como un diorama de museo tridimensional en el que a medida que se avanza por su río se descubren los sucesivos estadios evolutivos de la vida terrestre. ¡Aprender divirtiéndose, amigos!¡Por toda la cara! Por supuesto, no faltan ni los cavernícolas con mala hostia; ni los pterodáctilos llevando alemanes ensangrentados para dárselos de comer a sus graznantes crías en acantilados; ni alosaurios con dientes físicamente imposibles que caminan exactamente como tipos beodos disfrazados de alosaurios; ni volcanes en erupción; ni protozoos asesinos en el agua. Lástima que los responsables de la película estén más preocupados por mostrarnos la evolución psicológica del romance entre Doug y la damisela que en la naturaleza roja, en dientes y garras, que decía Tennyson. Damisela que, naturalmente, se limita a gritar como una descosida durante toda la película.

¡Cuando los tipos disfrazados dominaban la Tierra!
No obstante, podemos y debemos disfrutar de esta cosa porque tiene un U-boat, alemanes siendo devorados por babeantes bestias prehistóricas y protozoos asesinos de agua dulce. ¿Qué más se le puede pedir a una mierda de película? Estoy seguro de que Burroughs lloraría si la viese, aunque a lo mejor no precisamente de alegría.

El pterodáctilo, el mejor amigo del hombre.
BLOGS RECOMENDADOS: Todo lo que ud. quiere saber sobre películas cutres, y también lo que no, lo encontrará en CINECUTRE: ¡¡¡la Biblia de la cutrez fílmica en idioma castellano!!!

Capturas de pantalla cortesía de BADMOVIES, otra página ideal para los caspófilos del mundo.