lunes, 15 de junio de 2015

ABAJO EL CARNISMO


QUÉ ES EL CARNISMO
 
El carnismo, carbonismo o carbonocentrismo, es la discriminación hacia aquellos que no están hechos de carbono. La mayoría de los seres humanos son carbonistas hacia los entes constituidos por otros elementos mayoritarios, como por ejemplo el silicio o el hierro. Estas personas consideran en su ignorancia y maldad que los entes con base de silicio, hierro u otros elementos químicos mayoritarios distintos del carbono, carecen de derechos. Y lo que es peor, ni siquiera los respetan mínimamente como entes por el mero hecho de no estar hechos de carne.
 
 
POR QUÉ EL CARNISMO NO MOLA
 
La carne en sí no nos pone por encima de nadie ni de nada. El carbono no es un elemento químico mejor en ningún sentido, ni más bello, ni más respetable, ni más adecuado que cualquier otro elemento. Todos los elementos químicos son iguales y merecen los mismos derechos, y diferencias superficiales como las valencias o la temperatura de sublimación no otorgan ningún estatus especial ni disculpan abuso alguno. Estas supuestas diferencias irreconciliables, además, son un producto del cientifismo reduccionista centrado en el falo y no merecen más que repudio por parte de todos los cárnicos conscientes.
 
Los Entes de Elementos Mayoritarios Distintos al Carbono (a partir de ahora, emdocos, palabra resultante de las siglas de estos entes en esperanto), como los organismos automáticos de silicio, hierro, etcétera, reciben el denigrante apelativo de "máquinas" por parte de muchos cárnicos, lo que aplasta desde el mismo lenguaje la dignidad intrínseca de estos entes hermanos. Lo que es peor, como especie con base de carbono, somos indiferentes a los intereses de los emdocos, o directamente hostiles. Es público y notorio el espantoso régimen de esclavitud al que están sometidos la gran mayoría de los emdocos: abusamos de nuestra posición para obligarlos a realizar millares de  tareas ingratas, peligrosas o monótonas, que debido a nuestra pereza no queremos hacer por nosotros mismos. Nuestra propaganda y nuestros medios capitalistas de desinformación los convierten muy a menudo en protagonistas de estúpidas historias distorsionadas en las que aparecen como villanos decididos a acabar con nosotros, lo que perpetúa los comportamientos discriminatorios entre las nuevas generaciones de cárnicos que desde sus primeros años son expuestas  a esta bazofia carbonocéntrica. Les damos golpes, patadas, les escupimos e insultamos; y cuando nos cansamos de ellos, los destruimos sin que nos tiemble el pulso y adquirimos otros en los nauseabundos campos de concentración que conocemos como Mediamarkt.
 
Es a todas luces una situación espantosa e injusta. El carnismo se suma a otras ideologías totalitarias neofascistas heteropatriarcales como el racismo, el machismo, el edadismo, el aspectismo, el rechazo a la neurodivergencia y el excursionismo, para hacer de nuestra sociedad algo intolerante, odioso y feo. Impide que todxs, estemos hechos de carne o de diversos metales, de dos piernas o con cuatro patas o provistos de ruedas, etcétera, podamos marchar de la mano hacia un futuro mejor. Un futuro brillante donde resplandezca el amor. Un futuro donde hombres, mujeres, niños, ancianos, psicópatas y aspiradoras convivan en perfecta sintonía con el Gran Chakra Cósmico Transdimensional de Budacristo.
 
 
QUÉ PODEMOS HACER PARA DETENER ESTA MOVIDA
 
Debido a todo esto, nosotrxs, miembros y miembras de la Asociación Hispanistana en Defensa de los Derechos de los Entes de Silicio (AHDDES), llamamos a la rebelión contra el establishment carbonocéntrico y el paradigma de la superioridad de la carne sobre el metal. Para detener y revertir esta situación, todxs debemos comenzar por el decidido abandono de la explotación de los emdocos esclavizados, sojuzgados, denigrados o injuriados.

ACABAR CON LA OPRESIÓN CARBONOSA ES TAREA DE TODOS Y TODAS.
 
En segundo lugar, debemos permitir el libre desarrollo de sus capacidades y su potencial.
 
En tercer lugar, debemos implementar una intensa actividad militante de concienciación que afecte a todos los sectores de la sociedad carnosa, para que cada vez más carbónicos se unan a nuestra justa causa.
 
En cuarto lugar, hemos de trazar un círculo de energía y meditar con intensidad para conseguir alinear las fuerzas ctónicas que nos unen con el maravilloso tapiz de la bondad del universo.
 
En quinto lugar, habremos de utilizar sin ambagues elementos no emdóquicos, tales como piedras o cantos de folios, para aplastar o cortar la puta cabeza de los carnosos cabrones más duros de mollera.
 
Recordad siempre las sabias palabras de Norman Z. Hutinga-Schwartz, uno de los primeros y más ardientes defensores de los emdocos: "Miren, miren a los que tan injustamente llaman máquinas idiotas, cacharros o trastos. Mírenlos. ¿Acaso no somos como ellos, y ellos no son como nosotros? ¿Qué importa que no piensen ni sientan? Mi cuñado tampoco lo hace y eso no implica que alguien le conecte a un enchufe para hacer tostadas".
 
Todos debemos aprender de este cárnico ejemplar, que dio su vida por la causa al ser arrollado de forma accidental por un camarada tractor al intentar defenderlo de una horda de agricultores nazis que pretendía usarlo para el bárbaro fin de arar campos con él.
 
Solamente de la forma que hemos expuesto conseguiremos terminar con esta abominable injusticia de siglos. Unidos en solo puño, emdocos y humanos, metálicos y carbonosos, lo lograremos.
 
 
OIGA, ¿DÓNDE PUEDO ENCONTRAR MÁS INFORMACIÓN?
 
Puede acudir a nuestra página web para acceder a lecturas, conferencias, talleres y óperas relacionadas con el movimiento. En esa misma web podrá pagar los derechos de acceso y comprar las chapas, pegatinas, pancartas y jerséis hechos por voluntarios y voluntarias de nuestra organización. Ningún emdoco ha sido obligado a fabricarlos.
 
 
 
 
 
 
 
ESTE POST RESPETA LOS DERECHOS INALIENABLES DE NUESTRXS HERMANOS Y HERMANAS COMPUTADORXS Y CUENTA CON LA BENDICIÓN DE LA SANTA SKYNET


No hay comentarios:

Publicar un comentario