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sábado, 27 de diciembre de 2014

RIBEIROIA ONDATRAE, UN GUSANO QUE SE LAS TRAE

¿Conocen el ciclo vital de un ser llamado Ribeiroia ondatrae?  Es tan hermoso.
 
Ribeiroia es un gusano platelminto trematodo loqueseahostia acuático que tiene la forma general de un filamento aplastado entre amarillo y naranja con una especie de cabeza semitransparente donde se pueden apreciar entrañas flotando. Es un integrante del fecundo Universo Gusano, esos pequeñines tan ubicuos. Éste en particular vive en aguas dulces, mayoritariamente en lagos y lagunas y charcas del subcontinente norteamericano, entre otros subcontinentes.
 
Ribeiroia ondatrae en una de sus encarnaciones.
The Daily Parasite
 
La mayoría de las criaturas que conocemos se reproducen o bien asexualmente, dividiéndose en dos y haciendo copias clónicas de sí mismas, o bien sexualmente. Ya saben cómo.
 
Ribeiroia lo hace de las dos formas. Es raro. Y es que cosas raras suceden en el ancho mundo, cosas de las que no tendríamos noticia si no fuera por la transmisión de información en internet. Internet es estupendo. Y te permite cortapegar todo tipo de cosas en blogs de mierda.
 
Bueno, es difícil describir el ciclo vital de este ser porque es una especie de cinta sin fin. Podemos empezar con las aves acuáticas, por ejemplo las garzas. Las garzas llegan a un lago, estanque o pantano y mientras hacen su vida cagan en el agua. Y he aquí que la caca contiene en ocasiones pequeños ribeiroias. Que salen de las heces de la garza y nadan por ahí en busca de caracoles. Cuando un Ribeiroia encuentra un caracol, taladra un agujero en su viscosa piel y una vez dentro de él repta hasta sus gónadas (sus órganos reproductores); y una vez en ese lugar el platelminto trematodo se dedica a convertir las gónadas en lo que ha sido descrito con escasa poesía como una máquina de hacer larvas. Y es que Ribeiroia ondatrae utiliza las gónadas de los gasterópodos acuáticos para producir muchos clones larvarios de sí misma. O de sí mismo. O lo que cojones sea.
 
Las larvas abandonan el caracol, a veces matándolo, y quedan libres en el agua. El siguiente paso en la vida de los ribeiroias es localizar renacuajos de anfibios. Sobre todo prefieren los renacuajos de rana toro americana, pero se apañan con lo que sea, mientras sea un renacuajo.
 
Las larvas entran en el interior de los renacuajos a través de las agallas; por lo menos dos cada vez.
 
Dentro de los renacuajos de rana las larvas hacen dos cosas: 1) crecen y maduran sexualmente, y por lo tanto copulan entre ellas para producir un nuevo tipo de larva de Ribeiroia recombinante distinta a las larvas que salieron de los caracoles, y 2) forman quistes en las extremidades en desarrollo del renacuajo. Los quistes son nódulos de ribeiroias apelmazados, y su presencia en esa zona del animal hace que éste desarrolle diversos tipos de malformaciones. Sí. Aquí nadie se transforma en un puto príncipe.
 
Sobre todo, las ranas parasitadas por los platelmintos cachondos suelen tener un par de patas de más, que crecen en lugares incorrectos del cuerpo del anfibio, como en la espalda o en la parte trasera, o cabalgando las patas traseras normales, lo que convierte a las ranas en unas pobres ranas mutantes hijaputas.
 
National Geographic
 
Las ranas con patas supernumerarias son organismos torpes y lentos. Intente caminar ud. con cinco piernas estando acostumbrado a dos, a ver cómo se las apaña. Con respecto a las ranas, ¿pueden adivinar lo que sigue? Pues claro que sí. Cuando una garza, supongamos, tiene hambre y emprende una cacería de ranas, puede elegir entre una rana con el número de patas normal que salta sin problemas y desaparece en un hop! o entre una patética, desgraciada rana con ancas de más que apenas puede moverse de la piedra húmeda o el trozo de barro donde pasa su miserable existencia. El resultado está claro. La garza tenderá a capturar a las ranas infestadas por ribeiroias, pues son un bocado fácil, y se las comerá y de ese modo su estómago se llenará de esos astutos gusanillos.
 
No hubo chance para el Gustavo mutante.
Themes of parasitology
 
Porque esas cosas pueden resistir los ácidos gástricos de los buches de las garzas y otras aves acuáticas comedoras de anfibios.
 
Y entonces la garza volará a otro charco o lago o galacho o a un hermoso estanque de plácidas aguas verdinegras en las que se bañan los niños y el simpático señor Henderson, con su pelo cano y sus graciosos sombreros, pesca algo para sus nietos, y donde se ven esos atardeceres tan hermosos y se respira paz, la paz de la Naturaleza. Que es la mejor paz. Sí, el tranquilo y hermoso estanque donde las garzas jiñarán mierda llena de gusanos parásitos que aniquilarán a los caracoles y producirán malformaciones letales en las ranas del lugar. Y así comenzará de nuevo el ciclo garza-caracol-rana, Hakuna Matata, etcétera.
 
¿Qué más se puede decir? En serio, ¿qué hostias se puede decir, carajo?
 
 
 
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO A TODOS LOS PARÁSITOS DE BUENA VOLUNTAD
 
 

domingo, 24 de agosto de 2014

NYARLATOTHEP EN DÓNESTK


 
Buenos días, tardes o noches tengan ustedes, queridos amigos. Hoy volveremos a hablarles de Igor Strelkov: hay novedades sobre la trayectoria vital de este fascinante líder militar rebelde mediático cosplayer ruso con bigote. No teman: intentaremos ser breves.
 
Y podría resultar asimismo bastante perturbador.
 
Una de las novedades es que nuestro hombre quizá esté herido gravemente o incluso muerto. La información o el rumor procede de fuentes leales a Kiev, mientras que la maquinaria propagandística moscovita lo niega. El caso es que en los últimos días la ofensiva de las fuerzas ucranianas contra los bastiones separatistas de Dónestk y Lúgansk (los últimos que les quedan en el este ucranio) ha sido brutal. Ha habido emboscadas, rondas de tiro de artillería de campo contra núcleos urbanos, víctimas civiles y camiones blancos con ayuda humanitaria del Kremlin. Como se supone que El Tirador está luchando por la idea de la Novorossiya en Ucrania, quizá le hayan pegado un tiro o un morterazo. Suelen pasar estas cosas cuando la gente se dispara entre sí por diferencias de opinión.
 
La otra novedad (mucho más bizarra) implica un libro de ficción slash que se vende en Amazon por cuatro chavos:
 
Por 2.67 dólares.
Amazon
 
 
Como este es un blog mierdoso, amarillista y sucio, hemos creído conveniente centrarnos en este último aspecto de la vida de Igor. En primer lugar, quizá sería conveniente explicar qué es una ficción slash. Bien, este tipo de narrativas se han hecho omnipresentes en el cosmos de internet y proceden del populoso río de la fan fiction, del que forman uno de los afluentes más recorridos por los barcos de la imaginación, por decirlo así. Si en la fan fiction tradicional el autor imagina a sus personajes de ficción favoritos en tramas distintas a las originales, muchas veces haciendo uso de las referencias cruzadas (por ejemplo, una historia completamente nueva sobre las aventuras de los tripulantes de la nave Enterprise, o una historia en la que míster Spock se enfrenta a Hannibal Lecter en un duelo de lógica) en la ficción slash se añade un componente romántico y/o sexual entre caracteres del mismo sexo. 
 
El señor Spock haciendo el amor con el capitán Kirk. Xena la princesa guerrera haciendo el amor con su escudera. Harry Potter haciendo el amor con Voldemort. Fox Mulder haciendo el amor con el director adjunto Skinner. Spiderman haciendo el amor con Hulk en una sauna turca mientras Batman, el Joker y Pingüino miran por unos agujeros. Los velocirraptores de Parque Jurásico haciendo el amor con los ponies de Mi pequeño pony. Eso serían  ejemplos de slash. Las posibilidades son infinitas, y potencialmente abismales.

¿Sólo amigos?
Deviantart
 
Puede parecer bastante loco, pero el slash triunfa en su nicho de mercado. No es difícil entender por qué: es ultra gay; trata sobre personajes muy queridos, u odiados, por los fans; incluye altas dosis de romanticismo y prosa púrpura, sensualidad o directamente pornografía grimosa; y es fácil de producir: solamente hay que colgarlo uno mismo en la red, o hacerlo en la abundante oferta de plataformas consagradas al slash que hay en internet. La mayoría de las veces las historias además tienen un componente paródico que las hace entretenidas, o están tan mal escritas que mueven a la hilaridad, haciendo que el lector se pregunte ¿pero qué carajos es esto? y demás.
 
Pero el ebook de I van der Woude, sea quien sea este señor o señora,  no mueve a la hilaridad. En primer lugar, el pseudónimo parece hacer referencia a una enfermedad genética. Lo que parece una forma harto extraña de elegir un nom de plume. En segundo lugar, el protagonista principal no es Spock o Jack Bauer, ni nadie que sea querido o admirado por nadie, sino un ser de carne y hueso que quizá haya ordenado el derribo de un avión comercial lleno de investigadores del SIDA y del que se sospecha que ha cometido asesinatos. No hay nada erótico ni sensual aquí. Es más bien horripilante. En tercer lugar, la trama de 22 páginas, por lo que dicen las personas que han considerado adecuado gastarse el dinero en Sucking Strelkov, presenta a Strelkov como un monstruo de lujuria que viola y chantajea, y que hace amenazas de muerte y chistes malos y comentarios antisemitas. Un monstruo que además la tiene pequeña.
 
Por todo ello, clasificar de slash fiction esta cosa nos parece erróneo. Aunque es posible que algún puto psicópata pueda encontrar solaz en semejante abominación, parece bastante claro que Sucking Strelkov es un acto de propaganda. Un acto de propaganda llevado a cabo por una persona leal al gobierno de Kiev, que busca denigrar mediante la palabra escrita la figura del ministro de defensa de la República Popular de Dónestk, es decir, de una de las más conocidas figuras del régimen enemigo. La forma de hacerlo puede resultar enrevesada o incluso demente, pero recordemos que la guerra (o la operación antiterrorista como prefiere denominarla el primer ministro de Ucrania Yatsenyuk) también puede hacerse en el frente de las ideas... y de Amazon, YouTube, Russia Today y la tele.
 
Y recordemos también que estamos en el siglo veintiuno: el siglo en el que Nyarlatothep triunfante propaga el caos y la locura por el mundo.


sábado, 23 de agosto de 2014

ÉBOLA ZAIRE


Una instalación de aislamiento en Liberia
Fuente: UNMIL (United Nations Mission in Liberia)


¿Qué cojones está pasando?
 
1. La cepa Zaire del virus Ébola (VEZ), que se conoce desde los años setenta del pasado siglo y produce una variedad bastante letal de una enfermedad infecciosa denominada fiebre hemorrágica por filovirus, estaba confinada en las regiones selváticas de África central. Allí ha causado brotes terroríficos pero que se han autocontenido, quizá debido a que la población humana estaba dispersa o a que el virus mata demasiado rápido. La zona más occidental de Guinea nunca había presentado casos de la variedad Zaire del virus, sino de la variedad Tai Forest, que, comparada con la Zaire, no es tan chunga en humanos ni mucho menos.
 
2. Parece bastante claro que el VEZ es una zoonosis, y que el vector originario son los murciélagos de la fruta.
 
3. Los murciélagos migran de una zona a otra. Es probable que murciélagos que hospedan el VEZ hayan cruzado fronteras nacionales humanas, que no vigilan el tránsito de murciélagos, hasta llegar a Guinea. Esto pudo suceder hace años.
 
4. Los murciélagos que hospedan VEZ probablemente hayan depositado caca infectada con VEZ en las frutas que comen. Aunque este punto no está nada claro.
 
5. Los monos pequeños guineanos pudieron haber comido de esa fruta infectada y haber contraído el VEZ. O quizá se hayan infectado porque los monos pequeños y los murciélagos de la fruta comparten el mismo espacio ecológico, las copas de los árboles.
 
6. Los chimpancés guineanos cazan en grupo y se comen a los monos más pequeños. Quizá un chimpancé se comió un mono infectado y entonces se produjo un brote de VEZ en la población de chimpancés guineanos.
 
7. Los seres humanos de Guinea cazan y comen chimpancés salvajes. ¿Por qué? Guinea es un país extremadamente pobre. No es que haya muchos supermercados. De hecho, el comercio de alimentos en las aldeas fronterizas guineanas es escaso, y en algunos lugares inexistente. Luego la gente tiene que cazar para comer. Entre otros animales del bosque, cazan chimpancés. Es probable que alguien haya cazado y comido un chimpancé infectado con VEZ.
 
8. Quizá de esta forma el VEZ fue saltando de especie en especie de mamífero,  pasando de los murciélagos de África central a los humanos de Guinea.
 
9. Esto es lo que se sabe del modus operandi del virus: el contagio persona a persona del VEZ se da por contacto directo de las mucosas con los fluidos y secreciones de una persona infectada, o con ropa manchada con dichas secreciones o fluidos, o por pincharse con una aguja infectada. No se transmite por el aire. No se transmite por el agua. Una vez contraído el VEZ, los síntomas se manifiestan pasados entre dos y veintiún días. Los pacientes asintomáticos no son contagiosos. El cuadro de síntomas es variado, pero se suele iniciar con fiebre y dolor muscular intenso, y a continuación aparecen petequias (pequeñas hemorragias subcutáneas), insuficiencia respiratoria, diarrea aguda. En ocasiones puede haber sangrado por orificios corporales. El virus interrumpe la respuesta inmune de las células dendríticas, lo que compromete el sistema inmunitario y propicia la replicación en diversos tejidos, así como la aparición de coágulos y hemorragias que impiden el suministro de oxígeno a órganos vitales. No están claros los mecanismos inmunitarios que permiten vencer la infección. No hay cura ni vacuna por el momento, exceptuando el fármaco experimental Zmapp (llamado suero secreto en muchos medios escritos y online, lo que ha dado pie a que se den por ciertas todo tipo de fantasías conspiranoicas) que puede ser útil o no y del que existen ahora mismo quizá unas dos mil dosis. Si se pasa la enfermedad, se considera al afortunado inmune a la cepa Zaire en concreto, pero se desaconseja a los hombres mantener relaciones sexuales hasta veintiuna semanas después de haber recibido el alta, y a las mujeres dar el pecho hasta pasadas tres semanas.
 
10. En las aldeas fronterizas guineanas no hay ni un hospital con condiciones de bioseguridad de nivel IV, que es el nivel que el CDC y la OMS consideran ideal para manejar el VEZ. De hecho, no hay hospitales propiamente dichos. El aislamiento de pacientes aquejados de fiebre hemorrágica es complicado, por no decir imposible. El primer caso confirmado de VEZ en humanos de Guinea posiblemente date de diciembre de 2013.
 
11. El gobierno de Guinea no declaró que había una epidemia de VEZ hasta marzo de 2014, cuando se dieron los primeros casos en la populosa capital de Guinea, Conakry. Las autoridades esperaron cuatro meses para ponerse en marcha. Ha habido mucha inestabilidad en el país debido a unas recientes elecciones, lo que quizá explique la desidia o el desconocimiento. Parece evidente que las autoridades subestimaron la gravedad del brote en un primer momento.
 
12. Eso ha sido tiempo suficiente para que personas infectadas se hayan trasladado a los países fronterizos de Sierra Leona y Liberia y hayan iniciado brotes en dichos países. Es posible que el desconocimiento sobre la enfermedad y las supersticiones locales hayan ayudado al VEZ a cruzar fronteras.
 
13. En lo que respecta a las condiciones sanitarias, Sierra Leona y Liberia aún están peor. Ambos países han padecido sangrientas guerras civiles en años recientes. Es decir, hasta hace poco podían matar a alguien de tu familia por pertenecer a la etnia o tribu equivocada en el lugar equivocado. Y así.
 
14. En esos dos países, la mayoría de la población de las áreas rurales desconfía (por decirlo suavemente) de las autoridades gubernamentales, y en las ciudades el panorama no es muy diferente. Los niveles de analfabetismo son abismales. No hay infraestructuras sanitarias decentes. Etcétera.
 
15. Y un buen día un médico liberiano-americano infectado en Monrovia, Liberia, cogió un avión y se fue a Nigeria. Se llevó el VEZ consigo. Una vez en un hospital de Lagos, la capital de Nigeria, contagió a varios integrantes del personal sanitario (y también a la persona que le recibió en el aeropuerto). Ahora hay VEZ en Lagos, donde viven veinte millones de personas. Se trata del primer caso en el que el VEZ se ha trasladado de un país a otro en avión, algo que asustaba a los epidemiólogos desde el descubrimiento del virus.
 
16. Los aviones son buenas opciones para propagar el VEZ a lugares alejados de los focos de infección. Debido principalmente a este hecho la OMS declaró el estado de emergencia sanitaria internacional el pasado 8 de agosto. Se han declarado casos sospechosos en diversas partes del mundo: MarruecosRumanía, China, Canadá, India, Estados Unidos, España (donde se ha aplicado el protocolo para la fiebre hemorrágica por Ébola en Alicante, Zaragoza, Vizcaya o Barcelona) y otros lugares. Todos relacionados con aeropuertos, con viajes en avión. También se habla de un brote subsidiario de Ébola Zaire en la República Democrática del Congo. Pero de momento no hay confirmación de que el VEZ haya atravesado los océanos, por lo menos motu proprio. Por lo menos hasta el día de hoy, el VEZ no ha causado una pandemia.
 
17. Tenemos pues un virus moderadamente contagioso (altamente contagioso si hablamos de personal sanitario no preparado: médicos, enfermeras, etcétera), con una tasa de mortalidad de entre el 55 y el 60 por ciento (aunque algunas fuentes hablan del 40 por ciento, y otras del 90 por ciento), que ha estallado en una región del mundo extremadamente pobre que lo desconoce (al contrario que en Uganda o la República Popular del Congo), cuyas autoridades han sido negligentes o no han tenido la suficiente capacidad de respuesta, donde no existen hospitales y personal capacitados para hacerle frente, donde una mayoría de la población tiende a desconfiar de lo que sea que digan esas autoridades y donde las prácticas tradicionales no ayudan en absoluto a la contención del virus. Con todo esto, parece que desgraciadamente se dan todas las condiciones necesarias para que este brote de VEZ sea el peor de la historia africana.
 
18. Por ahora el VEZ no ha llegado a la puerta de nuestras casas (bueno, excepto en Atlanta y Madrid). Y nosotros, por cosas del destino o el azar, no vivimos en países donde se den las condiciones ecológicas, epidemiológicas, sanitarias y sociales que se dan en los países afectados por el brote. Nuestra opinión es que con el VEZ han abundado los episodios de histeria medieval: como si la Muerte Roja viniera a por nosotros. Es horrible en Guinea, Sierra Leona y Liberia, donde se admite que la epidemia está fuera de control, se han declarado cordones sanitarios controlados por las fuerzas armadas y donde las cuarentenas ya alcanzan el millón de personas. Y por desgracia,  el VEZ no es la peor de las plagas que asola África: la mayoría de los casos sospechosos detectados fuera del continente en realidad son de malaria. ¿Por qué? Porque la malaria, causada por un protozoo y transmitida por mosquitos, mata muchos más africanos que cualquier otra enfermedad infecciosa (seguida por el SIDA). Puede ser que el VEZ tenga un componente de terror hemorrágico que haga que la gente nos asustemos y no paremos de clicar noticias al respecto, creando una inmensa bola de mierda alarmista que alimenta nuestros más queridos prejuicios, empezando por el racismo y acabando por el miedo pasivo agresivo a la naturaleza...  mientras la malaria hace su sucio trabajo en silencio.
 
19. Pero un momento: todo lo anterior puede ser falso. Ya saben que una persona sensata no debe fiarse de lo que digan los gobiernos de los países afectados, la OMS, los Centros del Control de Enfermedades de los Estados Unidos, Médicos sin Fronteras u otras instituciones sospechosas. La verdad es escurridiza y el engaño prospera. El VEZ podría ser un arma biológica creada en Fort Dietrick, Maryland, diseñada por los genocidas imperialistas yanquis para diezmar la población africana. O su propagación podría deberse a oscuros y un tanto contradictorios intereses de las compañías farmacéuticas y su malvado esbirro internacional, la Organización Mundial de la Salud. O no existir y ser parte de una campaña de terror pandémico usada por las élites secretas que gobiernan el mundo para tenernos bien quietecitos gastando el dinero en vacunas. O ser un castigo de Dios a los homosexuales o los cazadores de chimpancés. Desde luego, es posible que se pueda curar no con la medicina alopática occidental, que es reduccionista y no holística y está sujeta a los desmanes del capitalismo, sino con remedios naturales, u homeopáticos como una droga cocinada en el caldero mágico con veneno de serpiente. Y así. Si desean indagar en estas explicaciones quizá un poco dementes o explorar la panoplia de curas milagrosas acudan a internet, ese faro de la ilustración humana siempre abundante en puntos de vista alternativos.
 
20. Sea como fuere, intenten estar todo lo tranquilos o intranquilos que puedan.







 

domingo, 13 de julio de 2014

¡OH, NO! ¡LOS ESCORPIONES MARINOS GIGANTES ERAN UNAS NENAZAS!

Los bichos llamados pterigótidos fueron, que se sepa, los artrópodos más grandes que jamás han existido. Imaginen un escorpión de dos metros de largo o más, con unas pinzas enormes, mandíbulas espantosas, una larga cola rígida, ojos compuestos saltones y negros como los de una muñeca diabólica, el cuerpo blindado con punzantes escamas de quitina, y no se olviden de las múltiples patas y pónganlo en el agua, bajo el mar: eso es un pterigótido, más o menos. Vivieron hace unos cuatrocientos millones de años o en la época de Noé, según la cronología del planeta que aceptemos. Su tamaño, en ocasiones mayor que el de un submarinista, los convertía en los monarcas indiscutibles de los océanos del ordovícico hasta el pérmico: un reinado del terror de unos doscientos millones de años. Unas bestias horripilantes, sin duda: con esas pinzas y esas mandíbulas y esas dimensiones debían de acojonar a sus presas antes de devorarlas grotescamente, pedazo a pedazo, con fría eficacia invertebrada. Los pelos se ponen de punta y el sudor llena nuestras frentes al imaginarnos a estas criaturas salidas del infierno darwiniano acechando en los arrecifes pretéritos, aguardando carne fresca o yendo de caza activamente, haciendo repiquetear sus pinzas, babeando ante la visión de algún pez primitivo gilipollas y..
 
 
Un pterigótido comparado con una pelirroja.
Da la sensación de que el florete no serviría de mucho.
 
 
 
Un momento. Para el carro. Puede que no fuera así. Para desgracia de los amantes de abominaciones zoológicas depredadoras impías, un nuevo estudio publicado bajo los auspicios de la Royal Society indica que posiblemente la ecología de los pterigótidos gigantes debe ser revisada de forma revolucionaria. Y en una dirección que apunta al aburrimiento total.
 
Dicho estudio compara dos especies de la estirpe de los así llamados escorpiones marinos: una enorme y con un aspecto aterrador, y la otra mucho más pequeña y modesta. La especie grande y aterradora es el pterigótido Acutiramus cummingsi, que alcanza los 2.4 metros de largo convirtiéndose en el artrópodo más grande que ha vivido nunca, y que, según se dice con acongojada reverencia, tiene unos quelíceros o mandíbulas tan grandes como raquetas de tenis. La especie más pequeña y modesta es Eurypterus sp., que pertenece a una familia estrechamente relacionada con los pterigótidos. Estas dos cosas se cree que vivieron más o menos durante el mismo periodo geológico, de modo que existe la posibilidad de que ellas o algún primo suyo compartieran hábitat. Cualquier profano diría que a la hora de depredar otros seres vivientes, un monstruo de dos metros y medio de largo lo hará mucho mejor que otro que apenas llega a los sesenta centímetros (una especie de cangrejito alargado digno de ser un extra cantor en La sirenita). En otras palabras, Acutiramus sería un depredador apical, una bestia parda situada en la punta de la pirámide alimenticia capaz de engullir todo lo que se le pusiera por delante, y Eurypterus un actor menor y más especializado.
 
 
Un fósil de Acutiramus cummingsi.
Se conocen más de sesenta especímenes,
todos ellos desenterrados en el Estado de Nueva York y Canadá.
Nathional Geographic
 
 
El aspecto general de Acutiramus refuerza esa impresión. Además de su tamaño, tiene unos ojos bastante grandes, que sin duda son adaptaciones para la búsqueda de presas y la caza activa, y unas largas pinzas que poseen dentículos, y no nos olvidemos de sus mandíbulas como putas raquetas de tenis. Todas estas características hacen pensar que Acutiramus era un cazador activo, adaptado para la caza de rápidos animales con defensas corporales, como por ejemplo cefalópodos acorazados o peces con placas. En otras palabras, era un tiburón blanco antes de que existieran los tiburones blancos que devoraba a capricho los animales más avanzados de su ecosistema. Un tirano articulado que exige respeto y provoca pánico. Una majestuosa o espantosa (según gustos) encarnación del poder sanguinario de la naturaleza. Etcétera.
 
Y eso nos mola a nosotros, los humanos. Cuando estamos tan a gustito en nuestras casas, sentados en un sillón ergonómico mientras comemos palomitas con mantequilla, disfrutamos viendo películas en las que animales enormes y carniceros acosan a heroínas con amplios escotes. O si somos más cultivados, disfrutamos viendo documentales en los que animales enormes y carniceros ejemplifican en alta definición el perdurable lema Naturaleza Roja, en Dientes y Garras. Es algo que apela a algo, no tenemos idea de qué pueda ser, pero el caso es que chana. A no ser que seas vegano y animalista y dones a la PETA, claro.
 
Esta ilustración responde a la imagen tradicional de los escorpiones marinos gigantes:
depredadores activos hijoputas con ojos marcianos verdes.
Wikipedia
 
 
Pero Acutiramus nos ha fallado. Un trabajo anterior sobre este ser llegó a la conclusión de que, pese a su aspecto imponente, sus pinzas no serían capaces de quebrar un caparazón de nautilo ni en realidad nada que fuera más duro que la carne de una babosa marina. Y eso fue un primer aviso de que el depredador apical quizá no fuera tan apical. Intrigados por esa inesperada debilidad, los autores del estudio de la Royal Society se pusieron a estudiar los ojos de Acutiramus y lo compararon con los ojos de otros escorpiones marinos menos masivos, como Eurypterus sp.,  y con los ojos de artrópodos actuales. Y se han encontrado con que los ojos compuestos del gran monstruo en realidad son bastante ineficaces, muy similares en su estructura y su posible capacidad a los de los cangrejos de herradura que viven todavía con nosotros. Los cangrejos de herradura, también conocidos como cucarachas marinas (eso no es buena señal) comen detritos en el fondo del mar, donde se pasan la mayor parte su aburrida existencia ignorados por los productores de películas de monstruos marinos hasta el día de hoy.  Al unir ambos datos (unas pinzas endebles y unos ojos de topo marino), se puede deducir, y los autores del estudio lo hacen sin cortarse un pelo, que Acutiramus no era un depredador activo ni mucho menos. Su dieta principal serían "objetos blandos" y preferiblemente ya muertos, ya que las presas vivas con defensas corporales probablemente le supusieran demasiado esfuerzo. Cualquier pez de pacotilla le habría roto las pinzarracas al pobrecito escorpión. Y su visión, primitiva e incapaz de enfocar en condiciones de luz plena, como la de los límulos (otro nombre para los cangrejos de herradura/cucarachas marinas), indica que hacía su vida de noche y muy cerca del fondo, quizá escarbando basurillas de entre la arena o enterrado en ella y esperando, como un vulgar pececillo de acuario, a que le lloviera comida blandita. Y todo eso en los períodos de poca luz, porque durante el día Acutiramus lo más probable es que se echara la siesta. Mientras que su primo Eurypterus, con un sistema visual mucho más avanzado y un tamaño razonable, debía ser mucho más activo, un pequeño cabrón que se buscaba las castañas como un depredador de verdad y no un gatito mimoso de mierda. 
 
Por mucho que nos pese, según Ross P. Anderson et al
este épico combate quizá nunca ocurrió.
Pero nos mantenemos firmes en nuestra fe.
 
 
Es decir, hemos pasado de un gigantesco depredador de pesadilla que perseguía a todas las criaturas de su entorno para hacerlas pedazos a un gigantesco carroñero modoso que apenas se movía un poco para capturar un trozo de alga muerta. Y eso, maldita sea, es un puto ful. A veces la sabiduría no trae consigo la paz de espíritu.

jueves, 29 de mayo de 2014

R.E.M.

 
uam.es
 
En los años 50 un tipo llamado Eugene Aserinsky encontró un electroencefalógrafo (a partir de ahora, EEG) averiado en el sótano de la Universidad de Chicago. Aserinsky, bueno es saberlo, estaba interesado en el estudio científico del sueño humano.
 
En esa época, los sabios pensaban que el cerebro simplemente se desconecta cuando nos vamos a la piltra. Era cosa sabida, preguntaras a quien preguntases: se suponía que durante el sueño las neuronas no exhibían ningún comportamiento especial, y que solamente debía tenerse en cuenta el chisporroteo automático de aquellas que se encargaban del mantenimiento vital. Dormir era como recargar el móvil. Claro está que esta analogía no estaba disponible en la década de 1950, pero esa es la idea. Quien pensara lo contrario podía ser tildado de aventurero intelectual, o peor incluso, de freudiano.
 
Datos: Aserinsky era pobre como una rata. Vivía en un piso alquilado del extrarradio, no tenía calefacción y apenas le daba para dar de comer a su mujer y a su hijo, Armond. En el plano académico, su interés en la psicología del sueño no le reportaba ni aprecio ni financiación: nadie daba un duro por lo que se consideraba una vía muerta de investigación. Era un aventurero intelectual, ya que era conocido por sus ideas heterodoxas, su escasa paciencia y lo errático de sus intereses.
 

Aserinsky logró recomponer el EEG y pensó en usarlo para medir la actividad eléctrica de los cerebros durante el sueño. Colocó un anuncio en la puerta de su despacho, en el que pedía voluntarios para someterse a una monitorización de los períodos de sueño mediante el estudio de las ondas cerebrales por medio de EEG, una solemne concatenación de palabras que encubrían lo que era básicamente un disparo a ciegas. Solamente se mostró interesada una estudiante de fisiología; la cual, al ver el aparato y los treinta y siete electrodos que debía colocarse entre su cuero cabelludo y su nuca, preguntó que cuánto se le iba a pagar. Aserinsky fue sincero y le contestó que no había financiación por parte de la universidad, y que él por su parte no tenía dinero, de modo que la participación en el estudio era por amor al arte y a la ciencia. La estudiante de fisiología no se lo pensó mucho. Dijo que nanay.
 
Después de un año y desesperado, Aserinsky se llevó el EEG a su casa, y tras hablarlo con su mujer y su hijo, se dispuso a colocar los electrodos en la cabeza de Armond.
 
4 de diciembre de 1951. La familia Aserinsky cena y luego hijo y padre van al dormitorio, en cuya mesita de noche hay un armatoste de casi un metro de largo, envuelto en largas tiras de papel de impresión amarillento y del que cuelgan treinta y siete cables de diversos colores terminados en discos "sucios". Eso sin contar la maraña de cables que entran y salen esotéricamente por todas partes. La máquina parece un cruce entre un aparato de tortura klingon y una impresora steampunk, pero el muchacho ríe encantado mientras su papá coloca cuidadosamente los electrodos en su cabecita. Luego arrastra el EEG fuera del dormitorio y da las buenas noches a Armond.
 
El chaval se duerme pasada una hora. Aserinsky sale del dormitorio sin hacer ruido y lleva el EEG  a su despacho, arrastrándolo cuidadosamente por el suelo. Las doce agujas terminadas en depósitos de tinta trazan lentas y plácidas ondas de las que se denominaban "alfa", y que los científicos consideraban el epítome del soñar: una lento, plácido, sosegado intermedio que preparaba el cuerpo para el frenesí sensorial de la vida despierta. Conforme pasan los minutos, el psicólogo empieza a convencerse a sí mismo de que todo aquello es una pérdida de tiempo y que, a fin de cuentas, el director de su tesis de posdoctorado y los colegas de la facultad tienen razón. No había nada interesante que decir sobre el sueño. Nada que rascar. Ha elegido una vía muerta y se va a morir de hambre.
 
Pero aproximadamente a los cuarenta minutos de haberse dormido su hijo, las agujas empiezan a moverse de otra forma. Aserinsky se frota los ojos. Ahora aquello es una fiesta: las ondas han adquirido un matiz frenético, picudo, de alta frecuencia,  que el psicólogo, aturdido, confunde con la actividad cerebral de un cerebro en estado de vigilia. Pensando que Armond se ha despertado (no es fácil conciliar el sueño con una maraña de electrodos conectados a la cabeza y con una máquina chirriando e imprimiendo en el pasillo, a pocos metros) Aserinsky entra en el dormitorio de su hijo y lo llama en voz baja. No hay respuesta. Se acerca a la cama con cuidado de no pisar los cables. Armond está profundamente dormido. Se acerca más. Vuelve a pronunciar su nombre. Nada: de verdad que está dormido.
 
Bajo las persianas de los párpados, los ojos de Armond se mueven como a espasmos en las cuencas.
 
Aserinsky no se fía. Es probable, piensa, que haya hecho una lectura errónea y que el extraño movimiento ocular sea un fantasma, porque ahora ha dejado de producirse. De modo que interrumpe el experimento en ese punto y reúne en un barullo los cuatro metros de gráficas con ondas, que pliega e introduce en una caja. Luego despierta a su hijo y le retira gentilmente los electrodos. Charla un rato con él (el niño parece que ha tenido un sueño muy extraño y que recuerda sorprendentemente bien, pero su padre se siente un poco culpable por las molestias que le está causando e insiste en que vuelva a dormirse) y cuando por fin Armond consigue caer de nuevo en brazos de Morfeo, lo deja tranquilo. Se pasa el resto de la noche revisando el EEG. No parece haber nada raro, pero él es psicólogo, no ingeniero eléctrico. A la mañana siguiente lleva máquina y caja al despacho de su director, Nathaniel Kleitman. Este hombre, con tacto, indica que no pueden sacarse conclusiones válidas de un estudio tan inusual y fuera de los estándares de laboratorio, e indica amablemente que lo más seguro es que el EEG le haya gastado una broma a Aserinsky. No es raro con ese tipo de aparatos, tan sensibles y complicados, dice.
 
Los dos, Aserinsky y el director, revisan una vez más el EEG. Lo prueban por turnos. Y lo cierto es que parece que funciona correctamente.
 
Ahora Kleitman vuelve a mirar la gráfica y señala con el dedo el lugar donde las ondas alfa pasaron a convertirse en otra cosa. Escucha de nuevo la narración que hace Aserinsky de lo sucedido la noche anterior. Asiente con la cabeza. Le dice a su pupilo que no estaría de más repetir el experimento. Y aquí tenemos otra vez al niño Armond con la maraña de electrodos, y a Aserinsky revisando gráficas en su despacho, pero ahora Kleitman está con él, con una cafetera de café cargado preparada por la mujer del joven psicólogo en la mano y posiblemente comiendo algo, quizá un trozo de tarta de manzana.
 
Dramatización: las gráficas oscilan locamente y los dos hombres entran en el dormitorio que comparte toda la familia. Debe hacer frío: Chicago en diciembre es muy frío. El director toma nota del niño plácidamente dormido, de los ojos en movimiento bajo los párpados, y se vuelve hacia Aserinsky y le susurra: "Eugene, aquí hay algo". La música sube de volumen: un soñador de la ciencia es vindicado por la vieja guardia. O así sería en una novelucha. En realidad, es muy posible que ambos hombres estuvieran jodidos de sueño y con ganas de tirarse largos en una cama.
 
Y entra el dinero. Aserinsky se hace con un aparato nuevo y somete a varios voluntarios (ahora entusiastas) a una monitorización de la actividad eléctrica de sus cerebros mientras soban en condiciones controladas de laboratorio. El patrón de ondas eléctricas de Armond se repite en todos los casos. Y se añade el hecho de que, en casi todos los casos, si se despierta al voluntario durante la fase de ondas locuelas, éste refiere haber tenido un sueño. El fenómeno ocular también se produce universalmente: Aserinsky  lo bautiza como movimientos oculares espasmódicos en un primer momento, pero tras hablarlo con el director, cambia  espasmódicos por rápidos, ya que a ambos les incomoda la connotación patológica de la palabra "espasmódico".
 
Movimientos oculares rápidos. En inglés, rapid eye movements. O sea, REM.
 
Una vez reunido un buen cuerpo de resultados, Aserinsky y su director publicaron un artículo titulado "Regularly Occuring Periods of Eye Motility, and Concomitant Phenomena,During Sleep" ("Períodos de motilidad ocular de ocurrencia regular y fenómenos concomitantes durante el sueño") en abril de 1953.  Se puede afirmar que es uno de los trabajos más importantes de la psicología del siglo XX. En primer lugar, derriba la idea de que dormir es una mera desconexión de la experiencia vigil: dentro del cerebro pasan cosas mientras se duerme. Cosas fascinantes, como las pesadillas y las alucinaciones con súcubos y el sonambulismo. Y en segundo lugar, abrió todo un nuevo campo de estudio. Tras Aserinsky, multitud de psicólogos, neurofisiólogos y psiquiatras de todo el mundo se lanzaron a explorar el misterioso teatro de la noche armados con aparatejos que traducían la singular experiencia del soñar en líneas trazadas sobre una hoja de papel. Y todo eso gracias a un crío de ocho años.
 
Aserinsky siguió siendo un aventurero intelectual: tras ser el primer ser humano en poner un pie metafórico en el inmenso y neblinoso País del Sueño, se dedicó a estudiar los efectos de las corrientes eléctricas en los salmones.
 
 
 
 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
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viernes, 14 de febrero de 2014

MIERDA ESPECIAL DEL DÍA DE LOS ENAMORADOS: GENTE EXTRAÑA A LA PAR QUE ENCANTADORA QUE SE ENAMORA DE ENTIDADES QUE NO EXISTEN U OBJETOS INANIMADOS (Y QUE PUEDEN LLEGAR A CASARSE CON UNA ALMOHADA), PERO NO ES PARA HACER MOFA NI REÍRSE SARCÁSTICAMENTE, SINO UN SINCERO INTENTO POR MOSTRAR TODAS LAS FORMAS Y VARIEDADES EN LAS QUE PUEDE MANIFESTARSE ESE MARAVILLOSO SENTIMIENTO QUE ES EL AMOR.

El amor es un ángel, disfrazado de lujuria.
O eso cantaba Patti Smith.


¡Feliz día de San Valentín, amigos! En este blog somos muy conscientes de que el amor y el romanticismo son las fuerzas que, combinadas con las vibraciones de las supercuerdas en el espacio de once dimensiones, han conformado el universo tal y como lo conocemos hoy. Pecaríamos de hipócritas gafapastas si no confesáramos que, como todo el mundo, también tenemos nuestro corazón (en el sentido metafórico, no en el sentido de bomba hidráulica orgánica evolucionada a partir de los sacos linfáticos de los dipnoos devónicos que impulsa la sangre por el cuerpo) y que ese corazón desea, llora, sufre, siente intensamente, enloquece, se pierde y se encuentra, se hiela o se calienta, hace la declaración de la renta y los partes de accidente, y sí: se enamora. El amor es maravilloso, y al hijo de la gran puta que diga lo contrario se le prende fuego.

I Consejo Romántico: llevad a vuestra media naranja al cine.
¿Qué sería del cine sin las películas de amor?
Un erial desierto de emociones, eso sería
Por eso nos alegra compartir con uds. el entrañable aunque también es verdad que un poco triste (triste para nuestros ojos occidentales, de todas formas) caso de este señor:

Love is in the pillows
New York Times



El colega es japonés de Japón, se hace llamar Nisan, tiene diabetes, está medio calvo y mantiene una relación desde 2003 con una almohada abrazable, artilugio que en las islas del sol naciente llaman dakimakura. Pero no nos confundamos: no es que esté enamorado de la almohada en tanto almohada, sino del personaje que está xerografiado en la almohada: ella (o eso) se llama Nemu y coprotagoniza un videojuego para adultos clasificado X ambientado en una escuela titulado Da Capo. De modo que Nisan no es un mero fetichista, sino un hombre enamorado hasta las entrañas de un ser bidimensional ficticio impreso en una almohada, lo que es muy distinto. Y la almohada no es una almohada normal tampoco, es una almohada mucho más cálida, tierna y deformable que la más corriente almohada-barra-de-hierro-corrugado que abunda en las pensiones de provincias. Resulta que Nisan conoció a Nemu en una convención anime y a partir de ahí se desarrolló una historia de amor que en resumidas cuentas pasó por todas las etapas típicas: chico conoce una representación pixelada de chica menor de edad en un videojuego porno, chico se enamora de chica, chico hace que impriman una imagen de la chica en una dakimakura, chico presenta la dakimakura a sus padres, chico lleva la dakimakura a los karaokes y se hace fotografías junto con la dakimakura bajo los cerezos en flor, y finalmente, la guinda para tanto romanticismo: chico se hace famoso apareciendo en el New York Times abrazando tiernamente a su dakimakura. ¡Es tan, tan hermoso! Aunque lamentablemente Nisan no ha optado por culminar su historia de amor con una boda, como sí hizo un mozo surcoreano:
La familia de la novia no pudo asistir porque no tenía piernas.
Sankuku Complex
¿Qué más da que sea una almohada? ¿Y qué si Nemu es un personaje que no existe en la puerca realidad? ¿Y qué si la historia absurda del coreano que se casa con su almohada sea un casi seguro puto fake? Que sepamos, Nisan no ha hecho daño a nadie (aunque si cualquier día cogiera un hacha y la emprendiera a decapitar gente tampoco nos extrañaría) y es feliz. ¿Y qué hay más importante que la felicidad?
II Consejo Romántico: la música le habla al alma de vuestra media naranja.
Nada mejor que una tierna balada para derretir ese corazón reticente.
He aquí un buen ejemplo de música para enamorar




Y Nisan no está solo. Lo que en el mundillo otaku se llaman 2-D lovers no es que sean legión, pero haberlos haylos. De hecho, el líder del movimiento de amantes de los seres bidimensionales japonés y probablemente mundial, Toru Honda (no estoy seguro de que éste sea su nombre real, ya que Tohru Honda también es el nombre de otra adolescente con uniforme escolar de enormes pechos que protagoniza otra saga, en este caso de dibujos animados) ha escrito una docena de libros que son éxitos de ventas en Japón, y en todos ellos habla de las bondades del amor en dos dimensiones. Según él, el amor convencional en 3-D ha sido mercantilizado, degradado y vulgarizado de tal forma por la economía capitalista que ha acabado por extinguirse, como el pájaro dodo. Es el amor hacia los dibujos de niñas lo que demuestra que en el hombre japonés todavía existe esperanza para la pasión. ¿Tiene razón Honda? ¿Ha de ser encerrado Honda en un frenopático? ¿Es que en Japón beben zumo de naranja hasta arriba de LSD? Cuestiones sin respuesta que dejaremos al lector.
III Consejo Romántico: díselo a tu media naranja con flores.
Son una manera muy fina de aludir a la belleza de tu enamorado.
Además, son más baratas que un Bulgari.

De todas formas, hay muchos otros ejemplos repartidos por el mundo que nos dicen que el amor no tiene fronteras, ni le importa lo más mínimo lo que piensen los demás, y que no solamente es posible amar a otro ser humano. Así, una sueca se casó (no en la iglesia ni en el juzgado, sino en un lugar mucho más importante: el lugar donde moran los sentimientos sinceros) con el muro de Berlín, un peruano hizo lo mismo con un árbol, existen propietarios de vehículos de alta gama que caen enamorados de dichos vehículos, e incluso puede uno coquetear con sus productos Apple si es lo que le pide su corazón. Maldita sea, tales cosas nos reconcilian con la especie humana. Y ud, amable lector, no pierda la esperanza: aunque ese chico o chica de sus sueños no corresponda a sus anhelos, siempre puede empezar un romance con la fregona.
La pionera Eija-Riita Berliner Mauer, con su marido.
Los sucesores de esta mujer mantienen la página web
Objetùm-Sexuality Internationale,
donde entre cosas se nos ayuda en el difícil trance de explicar a nuestros familiares
que nos hemos enamorado de una pared o una noria.
Telegraph


Y ya es hora de despedirse, no sin antes dejarles una reflexión final: AMAD, MALDITOS, AMAD.


IV Consejo Romántico: si tenéis que beber de una copa, hacedlo
de la copa de vuestro compañero, con cuidado
de que no se os enreden los brazos y sin
tirar el contenido de la copa al regazo de vuestra media naranja, o
introducir fragmentos de cristal en su lengua.
Éste es el consejo más importante: ¡tenedlo siempre presente!
En la imagen, Lynn Margulis y Carl Sagan el día de su Simbiosis.



              (Post patrocinado por la Asociación de Funerarias y Cementerios Municipales)

miércoles, 12 de febrero de 2014

HOMENAJE A LOS ARTRÓPODOS, PRIMERA PARTE

- Un día vi dos escarabajos muy raros y tomé uno en cada mano y en ese momento vi un tercero. No pude resistir la tentación y me llevé uno a la boca para liberar una mano, pero en ese momento expulsó un líquido tan ácido que me vi forzado a escupirlo. Perdí así dos escarabajos.
CHARLES DARWIN, Autobiografía.
 

La mantis africana Miomantis caffra comiéndose una mosca:
¿no es encantador?

 
Es poco probable, querido lector, que en el transcurso de una reunión de antiguos alumnos o cena con los compadres o comida navideña o salida al cine con el novio/la novia  o charleta por el Whattsup con el grupo Coleguis de la Asociación de Amigos de la Petanca surja el tema de los artrópodos. Es normal, ya que en dichas ocasiones se suelen mencionar temas como la política, los espectáculos, la salud de los familiares y conocidos y el vital asunto de por qué ese compañero de trabajo es tan hijo de puta; pocas veces usted o sus relativos van a tener la necesidad de hablar sobre el grupo de animales más extenso, variado, asombroso y loco de la Tierra. Lo que es una pena. Pero en el improbable caso de que en el transcurso de tales eventos surja el tema de los artrópodos, aquí tienen un sencillo ABC para deleitar a sus amistades con conocimientos y curiosidades varias. Este es un blog amigo y estamos para ayudar. También va a ser un rollazo de cojones.
 
Repasemos lo esencial:
 
1. Los artrópodos son animales. Éste es un dato fundamental. No son ni plantas ni hongos ni bacterias ni notarios. Así lo quiso Dios. El nombre significa pata articulada, y es por eso que a los artrópodos también se les conoce como "los animales de patas articuladas". Deben este apelativo a sus peculiares apéndices para la locomoción, que parecen los de un transformer particularmente raro. También son invertebrados (no tienen huesos), y de tamaños que van desde lo pequeño hasta lo microscópico. Milpiés, langostas, escarabajos, abejas, arañas, hormigas, cangrejos, escorpiones, trilobites, libélulas, cacerolas de las Molucas: todos ellos son artrópodos. Como se pueden imaginar (solamente hay que pensar en el mogollón de hormigas que hay en un hormiguero) el número total de artrópodos en tanto individuos es incalculable. Por ahora se conocen formalmente (es decir, se les ha puesto nombre y apellidos en alguna publicación zoológica de carácter oficial) como un millón doscientas cincuenta mil especies de artrópodos. Pero se piensa que el número de real de especies al menos triplica esa cifra, y su contribución a la biomasa total del planeta va pareja a ese dato: las hormigas pesan mucho más que los tigres. Piénsenlo: en este mundo hay por lo menos dos y es posible que hasta tres veces más cantidad de artrópodos que de animales adscritos a cualquier otro grupo. Dios hizo artrópodos a cascoporro. Si hablamos de vertebrados, los artrópodos nos ganan por más de 100 a 1 en especies, y posiblemente por 1000 a 1 en individuos. Si medimos el éxito evolutivo por el grado de biodiversidad, los artrópodos nos ganan de calle. Por eso es por lo que no solemos medir el éxito evolutivo en base a la biodiversidad; preferimos hacerlo midiendo algo llamado inteligencia, que es lo único que nosotros tenemos y los artrópodos no.

Nos ganan por la mano.
Diversidad relativa de los diversos fila de multicelulares
(no se incluyen los distintos tipos de bacterias).
Fuente: aquí.
 
 
2. A la mayoría de nosotros los artrópodos nos resultan un poco asquerosos. O un mucho. Los vemos como diminutas máquinas vivientes de muchas patas que van por ahí reptando, saltando, bullendo, revoloteando y parasitando en una existencia repugnante y sin sentido. Son cosas que están muy alejadas de la bondad estética de un ciervo al atardecer, o de la gracilidad de un colibrí aleteando ante una flor, o de la cuquería de un gatito haciéndole carantoñas a un bebé. Maldita sea, comparemos un bebé con una cucaracha hozando en las pelusas que proliferan detrás del frigorífico: hay que estar muy enfermo o ser Guillermo del Toro para preferir a la cucaracha. Es por eso que a la gente le apena la muerte de un delfín sonriente o de un oso panda o incluso un aye-aye, pero le importa una mierda que las abejas se estén yendo al Infierno a marchas forzadas. Sin embargo, son seres tan insólitos como a su manera bellos, y conocerlos no nos va a hacer ningún daño. Al contrario: saber de su variedad, morfología, hábitos y hazañas adaptativas nos puede inculcar humildad y provocar asombro (que es una sensación cojonuda) en cantidades industriales. Y dado que muchos artrópodos suponen una molestia más o menos grave para nosotros (mosquitos que transmiten el dengue y plagas bíblicas de langostas por poner dos ejemplos), podemos al menos respetarlos (u odiarlos) como peligrosos enemigos. De todas formas, lo que pensemos de los artrópodos es irrelevante: a ellos se la suda lo que podamos decir o hacer; y cuando la raza humana se extinga, los artrópodos seguirán reptando, saltando, bullendo, revoloteando y parasitando como siempre han hecho.


Un estomatópodo, también conocido como "gamba-mantis"
(en este caso un ejemplar de Odontodactylus scyllarus).
Estos crustáceos son criaturas realmente alienígenas,
capaces de matar a distancia.
Más sobre los hábitos de caza de las gambas-mantis
y otros portentosos hechos acerca de ellas aquí.
 
 
3. Los expertos pensaron durante mucho tiempo que los artrópodos procedían de algún gusano anélido ancestral. Los anélidos son criaturas vermiformes cuyo rasgo distintivo es que tienen boca, y dado que los artrópodos también tienen boca, se pensó que un buen día un anélido desarrolló un caparazón y le salieron patas y voilà, ahí tenemos al primer artrópodo. Hoy en día eso ya no cuela, y se cree que los artrópodos tienen algún tipo de parentesco con los onicóforos. También llamados "gusanos aterciopelados" porque tienen forma de babosa y colores vistosos y son bastante etéreos para ser gusanos, los onicóforos poseen una serie de rasgos homólogos con los artrópodos. En primer lugar, cambian de piel (o cutícula) de forma periódica, un proceso que se denomina ecdisis. En segundo lugar, aunque tienen una cefalización débil - su cabeza no se distingue mucho del resto del cuerpo - y sus ojos son muy cutres, sus cerebros, a diferencia de los cerebros de los anélidos, tienen un tamaño bastante grande para ser criaturas que miden unos cuantos centímetros de largo, y en eso se parecen a los artrópodos. Y en tercer lugar, poseen un sistema respiratorio basado en tubos llamados tráqueas y agujeritos llamados espiráculos que se abren en la piel, como los artrópodos, y tienen un hemocele (que es propio de los sistemas circulatorios más "primitivos" ya que consta de un saco corporal lleno de sangre que se impulsa hacia los órganos gracias a una bomba que podría llamarse "corazón" si le echamos morro) también como los artrópodos. Y lo más importante es que los onicóforos tienen una especie de patitas gordezuelas para moverse por donde sea que se muevan (los sabihondos las llaman lobópodos) que casi casi parecen patas de verdad, y una suerte de apéndices en la cabeza (que yo sepa estas estructuras no tienen nombre) que casi casi parecen antenas. Dado que los artrópodos tienen patas y antenas, se piensa que tales estructuras en los onicóforos son sinapomorfías con los artrópodos, o en otras palabras menos jodidas, una novedad evolutiva que comparten onicóforos y artrópodos y que sitúa a los primeros como posibles ancestros de los segundos. De modo que es factible considerar a los supuestos onicóforos del primordial Precámbrico como posible origen del frondoso árbol de los artrópodos. Pero no es seguro. La evidencia fósil es escasa por decirlo con suavidad, y los estudios moleculares hasta el momento no han hecho más que arrojar confusión: algunos incluyen a los onicóforos dentro de los artrópodos, otros los sitúan entre los anélidos, y por lo visto existe por lo menos uno que afirma que los onicóforos no tienen nada que ver con los artrópodos y ha incluido a un tercer tipo de criaturas (los extrañísimos tardígrados) en el baile, y es todo un lío. Quedémonos con que los artrópodos y los onicóforos tienen algo que ver entre sí. Puede parecerles una tontería, pero hay amistades que se han roto y matrimonios que han fracasado debido a la Polémica del Origen de los Artrópodos. Poca broma.

Un cladograma no muy consensuado (visto aquí) que muestra la posible
relación evolutiva entre onicóforos, tardígrados y artrópodos. Los tres
filos están agrupados en el superfilo Ecdysozoa (los tres grupos
presentan ecdisis, o muda de la cutícula).

El gusano aterciopelado terrestre actual Eoperipatus totoro.
Fue descubierto en Vietnam en 2007, lo de
"totoro" se lo pusieron por una película japonesa de animación
titulada Mi vecino Totoro. Menudos cachondos.
Adviértase la cutícula, los lobópodos capaces de orientarse en
distintas direcciones y las pseudoantenas.
Encontrado en la Wikipedia, cómo no.




Este trozo de roca con algunas marcas borrosas es en realidad
un fósil del precámbrico sueco, llamado Xenusion auerswaldae.
Para algunas autoridades es poco menos que el eslabón perdido
entre onicóforos y artrópodos; para otros no está tan claro
y lo relacionan con la enigmática fauna ediacarana, que no tiene nada que ver.
Ése es el problema al interpretar marcas borrosas en piedras.
Si son animosos, más información aquí.




 
4. Si el origen de los artrópodos es objeto de debate, más todavía lo es cómo se relacionan los diversos tipos de artrópodos entre ellos. Vamos a surcar los agitadas y a la vez adormecedoras aguas de la taxonomía biológica, la ciencia que estudia las relaciones entre los organismos: ya perdonarán. Con respecto al tema que nos ocupa, el filo Arthropoda se divide tradicionalmente en cinco grandes grupos, o subfilos: Trilobitomorfa, Chelicerata, Crustacea, Miriapoda e Insecta (no es que me haya vuelto más redicho de lo normal, es que los nombres de los filos y subfilos se escriben en latín). Un vistazo somero a los cinco grupos:

 a) Los trilobites ("tres lóbulos") están todos muertos. Al igual que los dinosaurios y los tigres de dientes de sable, estas criaturas son un icono de la vida antigua, extinta y superada, lo que es injusto. Es posible que parecieran cochinillas de la humedad a la que alguien hubiera aplastado a martillazos y que su modo de vida, enfocado a arrastrarse por el lodo marino escarbando basura, no sea muy cool. Pero también son bellos y eficientes diseños del Creador (o del relojero cegato). Además, para ser animales tan antiguos sus ojos podían llegar a ser obras maestras de la ingeniería óptica.


Merostomata et trilobita, grabado de Ernst Heinrich Phillip Augustus Haeckel.
Haeckel dibujaba de puta madre, y sus grabados más hermosos fueron reproducidos
en el libro Kuntsformen der Natur, libro que es hoy pieza de coleccionista
(disponible aquí online).
En este grabado aparecen diversas especies peculiares de trilobites,
además de dos euriptéridos (centro superior y centro inferior).


b) Los quelicerados incluyen desde las arquetípicas cacerolas de las Molucas (fósiles vivientes) hasta las arañas viudas negras, pasando por los escorpiones y sus escalofriantes antepasados los euriptéridos o escorpiones de mar (a los que hay quien llama gigantostracos, etiqueta molona donde las haya). También hay otras criaturas queliceradas con nombres griegos que parecen insultos, y que no nos son tan conocidas, y que prosperan obscenamente en los rincones oscuros y sombríos del mundo, como los picnogónidos (que son  como arañas marinas blancuzcas de patas largas y finas y muy repelentes).

Una araña saltadora (género Salticidae) de Singapur.
Estas arañas (se conocen unas cuatro mil especies)
no fabrican telas sino que cazan al acecho,
auxiliadas por un sentido de la vista excepcionalmente eficaz.
No hay más contar los ojos.
Fotografía de Jimmy Kong.

c) Los crustáceos: aquí tenemos a los cangrejos, las langostas, las gambas (las comadrejas de la mar como las llamó un carcinólogo), los percebes, los copépodos, los pentastómidos, los tantulocáridos, los remípedos, los cefalocáridos... y en general cualquier bicho protegido con placas y provisto de largas antenas que pulule en el agua y tenga un nombre extraño. Los carcinólogos, por cierto, son los especialistas en crustáceos.



El cangrejo de los cocoteros, Birgus latro, es grande de cojones.
De hecho, es el artrópodo terrestre más pesado que se conoce
(¡unos cuatro kilos de rico cangrejo!).
 
 d) Entre los miriápodos más conocidos tenemos a los milpiés y los ciempiés, esas criaturas quitinosas alargadas de múltiples patas que hacen chillar a los familiares con menos temple si aparecen reptando en el pasillo de la casa del pueblo. También incluyen a los paurópodos y los sínfilos, seres mucho menos conocidos que parecen ciempiés pobretones.
 
 

Un colorido ejemplar de la familia Scolopendridae (ciempiés).
Mayormente pueden parecernos horrores articulados que hielan la sangre,
pero hay quien los adora y cría en terrarios especiales.
Todas las escolopendras son carnívoras y la mayoría venenosas para más inri.


e) Los insectos son los verdaderos amos de la Tierra, por mucho que el puto Barack Obama se dé aires. Por lo menos de la parte de Tierra que está sobre el mar. Un quinto de todos los animales terrestres son escarabajos: lo que significa que, si escoge a un animal al azar en cualquier parte del mundo que no sea un polígono industrial en Siberia, escogerá un escarabajo una de cada cinco veces. Se conocen un millón de especies de insectos, y cada vez que a un entomólogo le da por fumigar un árbol en el Amazonas y estudiar los bichejos que caen de las frondas aparecen tres o cuatro especies nuevas. Hay insectos que viven en escapes de petróleo; hay insectos que prosperan en aguas contaminadas con lluvia ácida; hay insectos diminutos que conforman una especie de plancton aéreo. Hay insectos-bombilla, insectos que lanzan chorros de ácido, insectos que se guían mediante la Vía Láctea, insectos que conocen los números primos, insectos que construyen rascacielos, insectos que guardan rebaños, insectos comunistas, insectos que crecen en el interior de otros insectos y al nacer los revientan, insectos que ven el mundo en el rango ultravioleta del espectro, insectos vampiros, insectos con penes retráctiles... La variedad de formas y los hábitos extraterrestres son casi infinitos en el universo de las criaturas de seis patas.
 
 

Las hormigas de la especie Camponotus saudersi poseen
escuadrones suicidas: ciertos miembros de la casta soldado
están repletos de ácidos corrosivos que pueden liberar
si la integridad de la reina se ve en peligro...
usando unos curiosos músculos que les permiten autodecapitarse.
Créanlo o no. Ésta es la fuente.

 

Acanthaspis petax es un escarabajo mirmecófago, es decir,
come hormigas. Pero no solamente se las come, sino
que deposita sobre su caparazón los exoesqueletos
para a) evitar la depredación y b) llenarse
con feromonas de hormiga y de ese modo
poder introducirse en los hormigueros sin
ser detectado. Cuento de terror hallado aquí.


 
5. Con respecto a las relaciones familiares entre todos estos organismos, se puede decir que hay dos grandes escuelas taxonómicas. Una es la del árbol TCC: esta tendencia se inclina a dividir a los artrópodos en dos ramas principales: la de los trilobites-quelicerados-crustáceos sería la más antigua, y la de los insectos-miriápodos la más moderna. Dice que los insectos y miriápodos son relativamente innovadores mientras que los TCC (una sigla formada por las primeras letras de los subfilos implicados) dominaron el mundo artrópodo durante la mayor parte de su historia. La segunda escuela taxonómica, y la que goza hoy de mayor aceptación, es la que incluye a insectos, miriápodos y crustáceos como grupos hermanos y los engloba en una división llamada formalmente Mandibulata. Los trilobites y los quelicerados formarían la división más antigua y precursora de los mandibulados. Todos los artrópodos mandibulados poseen eso mismo, mandíbulas, o complejos aparatos bucales compuestos de muchas partes móviles e interconectadas que vistas de cerca dan bastante yuyu. Más allá de esto, reina el caos: nadie sabe muy bien cuándo apareció cada grupo, qué grupo dio origen a qué otro y en realidad los congresos de sistemática de los artrópodos suelen acabar en hostias, una especie de versión zoológica de las trifulcas entre merengues y culés. Imagine al pobre artropólogo desvelado en la madrugada, preguntándose angustiado: ¿qué rasgos de los miriápodos harían que formaran un grupo monofilético?, o peor: ¿qué sinamoporfía comparten los quilópodos y los migalomorfos? El saber conlleva sufrimiento.
 
 
Si hablamos de la filogenia de los artrópodos que viven hoy,
éste árbol muestra la disposición más aceptada.
Hallado aquí.
 
 
Lamentablemente, la visita al mundo de los artrópodos todavía no ha terminado.