domingo, 9 de febrero de 2014

UN PUTO ROLLAZO SOBRE NADA

[Copipasteado de un libro de movidas filosóficas]
 
1. En primer lugar, sería necesario diferenciar entre nada y la nada. "Nada" es otra forma de decir "no-algo": afirmar, por ejemplo, que "nada puede detener a Godzilla" no significa que haya un ente superior en fuerza llamado Nada que pueda detener a Godzilla, sino simplemente que no hay algo que pueda hacerlo. "La nada", en cambio, sí es un sustantivo: designa una posibilidad ontológica, un estado de cosas: aquel estado de cosas en el que no hay cosas. Ni nada.
 
2. Muchos idiomas hacen esta distinción mejor que el castellano. Los franceses dicen rien para referirse a "nada", y le néant para designar "la nada" (véase Sartre). Los angloparlantes usan nothing y nothingness, respectivamente.


Jean-Paul Sartre a punto de echar la pota.
Por cierto, ¿hacia dónde está mirando el insigne existencialista francés?
 
 
3. Si no hacemos esta distinción, el discurso lógico y filosófico acerca de nada se convierte en un embrollo de tres pares de cojones. Recordemos la confusión del Rey Rojo en Alicia a través del espejo: si nadie ha adelantado al mensajero, entonces es que nadie ha llegado primero que el mensajero... y entonces, ¿dónde está nadie? A Heidegger le pasa lo mismo. Dice que "La nada no es un objeto ni nada que sea", pero entonces, para evitar afirmar que "La nada es" (que contradice su afirmación anterior) nos salta con esta perla: Das Nitchts nichtet (en Sein und Zeit). Creo que significa que "La nada nadea". Hay que joderse. Puto Heidegger. Jodido nazi de pacotilla.


Martin Heidegger en su cuco estudio.
La foto del Führer la quitó en 1945.
 
 
4. ¿Cómo definir la nada? Es peliagudo. Si nos centramos en la existencia, podemos decir:
 
nada existe

, y luego pasarlo a términos de la lógica, tal que así:

para toda x, no se da que x exista

Bueno, aquí empiezan los problemas. "Existir", o sea, "ser",  no es un predicado de las cosas, una propiedad que las cosas puedan tener o no tener. O una cosa es o no es. Podemos decir "Algunos hombres tienen calzoncillos bóxer", pero en buena lógica la frase "Algunos hombres que tienen calzoncillos bóxer existen y otros hombres que tienen calzoncillos bóxer no existen" carece de sentido. Para definir la nada, hay que negar la posibilidad de que algo tenga cualesquier predicado. Y dado que los predicados son legión ("Agapito es feliz", "Susana tiene 50 euros", "El cielo es azul", "Las rosas son rojas", "Los políticos son unos hijos de puta", etcétera, etcétera) debemos negar uno a uno los predicados. En resumen:

para toda x, no se da el caso de que x sea A

, o más resumido todavía:

no hay A

Con esa expresión descartamos las cosas que sean A (felices, poseedores de 50 euros, azul, hijos de puta, etc, etc). Esto es la Vía Negativa para definir la nada.

5. La Vía Negativa para definir la nada peca de falta de exhaustividad. ¿Cómo estar seguros de que engloba todas las posibilidades metafísicas de predicados de x? Imaginemos a Tomás de Aquino, por ejemplo, haciendo una lista de posibilidades metafísicas del ser: sería incapaz, el pobre, de afirmar que "para cada x, no se da el caso de que x sea una estrella de neutrones"... ¡porque en su época nadie tenía ni puta idea de que existían las estrellas de neutrones! ¡O los iPads! ¡O las FEMEN!


La foto de perfil de Santo Tomás de Aquino que aparece en su cuenta de LinkedIn.
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6. Para evitar esto, se puede limitar la exuberancia de posibilidades a una serie (cortita) de categorías generales. Por ejemplo, René Descartes clasificaba las cosas que existen en dos categorías: Mente y Sustancia. Mente son las cosas cuya esencia es el pensamiento, y Sustancia son las cosas cuya esencia es la extensión. Para definir la nada, Descartes podría decir:
 
no hay cosas mentales
 
y
 
no hay cosas extensas
 
De este modo, Descartes descarta (jo,jo,jo) la existencia tanto de la conciencia (y los ángeles, los demonios y los espíritus de los ancestros y todo lo que pertenezca a la categoría de "cosa que puede pensar") como de los protones (y los electrones, los robles, los pulpos y las cagadas de perro y todo lo que pertenezca a la categoría de "cosa física que está en el espacio").


El cráneo de Descartes, bronceado.
 
 
7.  Pero no es suficiente. ¿Estamos seguros de que no existen otras categorías de ser? ¿Categorías que no podemos ni siquiera imaginar? Además, por ejemplo, la lista de Descartes no abarca otras categorías, como el concepto de tangente a una curva, o la justicia. ¿La justicia es algo mental o físico? Ni puta idea, pero la existencia de la justicia o el número 3 son algo, y por lo tanto, todavía no hemos alcanzado la nada si vemos que existen.
 
8. Afortunadamente, hay algo que toda cosa que existe, sea un jilguero o la idea de la bondad o el plano infinito euclídeo o incluso aquello que no podemos ni siquiera imaginar, tiene siempre: la propiedad de la ser lo que es. Usted es usted. Yo soy yo. La justicia es la justicia. El número 7866543636 es el número 7866543636. La cosa C que no podemos aprehender es la cosa C. En lógica, se llama identidad a la propiedad que tienen las cosas de ser lo que son y ninguna otra cosa:
 
para toda x, x = x

¡Ya lo tenemos! Negando la única posibilidad lógica que tienen todas las cosas que existen, negando el principio de identidad, ¿qué tenemos? ¡Nada! Si expresamos lógicamente la existencia como la propiedad de ser lo que se es:

hay una x tal que x = x

diciendo que

no se da el caso de haya una x tal que x = x

, o dicho de otra forma
 
para toda x, no se cumple que x = x

, ya tenemos la nada en sí. Si usamos los símbolos de la lógica formal la sentencia es todavía más concisa, y en mi opinión, adquiere una forma hermosa, terrible, que pone los vellos de punta:
 
(x) ~ (x = x)

, donde (x) es el cuantificador universal, y ~ es el junctor de negación.

9. Cojonudo, ya hemos definido formalmente la nada, el no-ser. Ahora viene cuando la matan: ¿es posible que algo así exista (o no exista, o lo que sea, joder)? Resulta que muchos pensadores y pensadoras afirman que la nada es imposible. Por ejemplo, Henri Bergson hizo un experimento mental de aniquilación progresiva del universo: iba apagando las estrellas del cosmos una a una, eliminando uno a uno todos los entes que hay en la realidad, y llegaba hasta una especie de total vacío... pero quedaba una cosa, según Bergson: su yo-interior. Es decir, quedaba el yo o la conciencia o el je ne sais quoi de Bergson, que observa la absoluta nada. Con lo que tenemos que si hay algo (el yo-interior de Bergson), entonces realmente no hay una nada total. Siempre quedará Monsieur Bergson. Por eso Bergson concluye que la nada total es imposible e impensable.


¿Fue Henri Bergson el auténtico Jack el Destripador?
Lo más seguro es que no, pero las fechas cuadran.

 
 10.  ¿Conocen la Falacia del Filósofo? Dice el filósofo o la filósofa: "No puedo imaginar que sea de otra forma; por lo tanto, tiene que ser así". Aplicado a Henri, la falacia dice que como Bergson no puede concebir un estado de nada total y eterna y arrolladora, la nada no puede existir. El caso, Bergson de los cojones, es que hay cosas que no podemos imaginar y que están allí de todos modos. Por ejemplo: ¿hay cosas que no tengan color? Intenten pensar en una cosa incolora, no transparente, ni gris, sino sin ningún color: estoy seguro de que pronto les empezará a doler la cabeza. Pero aunque no podamos imaginar un objeto sin color, el caso es que hay cosas incoloras: los átomos. Ni siquiera son grises: no tienen color en absoluto. Otro ejemplo: ¿pueden imaginar una geometría en varias dimensiones, pongamos por caso la geometría riemanniana del espacio-tiempo curvo? Yo no puedo, y si intento pensar en ello pronto me entran ganas de pillar una buena cogorza y pasar de todo.
 
11. De todas formas, el Argumento del Voyeur Trascendental como el usado por Bergson para negar la posibilidad de la nada adolece de falta de lógica y además puede conducir a resultados bochornosos. Si siempre queda Bergson observando la nada o la casi-nada, caramba, eso significa que la existencia del yo-interior de Bergson es una necesidad ontológica: sería como decir que Bergson es Dios. Bergson opina que su propia no-existencia es también imposible. ¿Por qué? Cualquier crío le podría contestar que su existencia es algo contingente, que igual que Henri existe, Henri podría no existir. Además, según el Argumento del Voyeur todo mundo posible ha de tener por lo menos a un observador observándolo, ya que en caso contrario ese mundo no se diferenciaría de la nada: ¿por qué? ¿Es tan difícil imaginar un universo en el que nadie, ni siquiera Bergson, esté haciendo de mirón? Creo que no.
 
12. Hay otro argumento, en este caso un poco menos francés, para negar la existencia de la nada, que se puede llamar el Argumento del Espacio Residual.
 
13. Imaginen su armario. Está lleno de cosas: camisas, pantalones, zapatos, sombreros de cowboy, blusas, faldas, perchas, esquíes, el Monopoly y el Pictionary, cabezas cortadas de sus enemigos, serpientes de cascabel, bolas Palántir, lo que sea. Ahora imaginen que van quitando las cosas del armario. Tanto a nivel macroscópico como microscópico como cuántico. Todo. Al final el armario está vacío, no quedan ni las bolitas de naftalina, ni las moléculas de gas, ni los átomos, ni los quarks: ni una maldita cosa. ¿Se puede afirmar que el armario está vacío, que en el armario no hay nada? Los defensores del Argumento del Espacio Residual dirán que no: queda el espacio. En otras palabras, el lugar en abstracto donde estaban todas esas cosas sigue siendo algo. Si aplicamos esto a la realidad mayor del universo observable o imaginable, vemos que si vamos quitando los objetos y la conciencia y todo lo demás de dicho universo al final siempre quedará algo. La huella de la ausencia sigue siendo algo (una huella, claro); aunque quitemos el puto armario de la existencia seguirá existiendo el espacio donde estaba el armario.
 
14. De acuerdo, veamos de cuántas maneras podemos considerar el concepto de espacio y si ese "espacio" es nuestro "baluarte contra la nada" como dice el filósofo de Oxford Bede Rundle.


El libro de Rundle.
Es un poco como la saga "50 sombras",
pero sin sexo ni personajes ni trama ni sentido.
 
 
15. El espacio puede ser sustancial: una cosa real, con su geometría intrínseca y su canesú, que existe independientemente de que hayan cosas en él o no. O puede ser relacional: no una cosa en sí mismo, sino el resultado emergente y no necesario de las cosas que existen relacionándose entre sí. Un adalid del espacio-como-sustancia era Isaac Newton; el defensor de la idea de espacio-como-ficción-teórica y su posible inventor fue Gottfried Leibniz. Esos dos se llevaban a matar entre otras cosas por sus diferentes concepciones del espacio. El debate entre sustantivistas y relativistas espaciales sigue activo en nuestros días (aunque no hagan polémicas sobre ello en la tele), y por lo que parece los sustantivistas van ganando por aquello del espacio tiempo curvo einsteiniano. Sí: la teoría de la relatividad implica un espacio-tiempo no relativo. Dan ganas de matar a alguien, ¿verdad?
 
16.  De todas formas, da igual. Seamos sustantivistas espaciales o relativistas espaciales, el espacio residual no es un buen argumento contra la nada.
 
17. En el caso del espacio relacional, es fácil: si eliminamos las cosas, caramba, eliminamos el espacio, que de todas maneras no existía previamente por sí mismo.
 
18. Y si el espacio es realmente una sustancia real, que está ahí, por debajo de todas las cosas y sustentándolas amorosamente, ¿qué nos impide imaginar la posibilidad de que también se desvanezca? Supongamos que el espacio es una cosa finita sin límites. Podrían decir: oiga usted, maldito cabronazo, ¿cómo es que una cosa finita no tiene límites? Fácil: imaginen una pelota o un globo. El espacio en dos dimensiones que es la superficie de la pelota o el globo es finito, pero no tiene límites. Supongamos que la realidad, el universo, es un globo grande que te cagas. En ese caso, no resulta complicado imaginar la desaparición del espacio: solamente hay que imaginar que el globo-realidad se deshincha hasta que su radio finito es igual a 0. Y 0, el puto conjunto vacío, es nada. Por lo visto, el físico ruso Alex Vilenkin definió la nada de esta forma:
 
LA NADA = UN ESPACIO-TIEMPO ESFÉRICO CERRADO DE RADIO IGUAL A 0
 

Ostras, la verdad es que sí que es complicado pensar en ello. Vodka, te necesito.


El ucraniano Alexander Vilenkin posando a lo Carl Sagan.
 
 
19. Por lo tanto, aunque seamos incapaces de imaginar la nada, eso no implica necesariamente que la nada no exista o no pueda existir o implique contradicción.
 
20. Y por lo tanto, si la nada es posible, ¿qué propiedades tendría? (Es cuando menos curioso decir que lo que no es tiene propiedades, pero qué le vamos a hacer). Pues unas cuantas, y de lo más estupendas, si hacemos caso a los nihilistas filosóficos, los fans del mundo-0.
 
21. La primera propiedad ya la sabemos: la nada es lógicamente coherente: (x) ~ (x = x). Bien por ella.
 
22. Propiedad II de la nada: simplicidad absoluta. Un mundo nulo, una nada, es lo más simple que nos podamos imaginar. Por lo visto, también fue Leibniz, ese hijo puta que inventó los cálculos sobre infinitesimales, el primero que dio con ello. Recordemos que la simplicidad es un valor en ciencia: cuanto más simple es una hipótesis, más crédito recibe. Navaja de Ockham y todo eso.


Leibniz en la época en la que protagonizó
Las aventuras de Priscilla, la reina del desierto.
 
 
23. Propiedad III: la nada es totalmente no-arbitraria. O en otras palabras, parece que es necesaria en sí misma. Cualquier otro tipo de universo debe contener un número de cosas, un número que en último término es arbitrario. Nuestra realidad consta de una cantidad de partículas subatómicas que (creo) existen en un número que se puede escribir como un 1 seguido de ochenta ceros, pero en principio nada impide que hayan solo 3 partículas o 40. Se puede pensar que un universo infinito no es arbitrario, porque solamente hay una forma de ser infinito, ¿verdad? Pues va a ser que no. Hay muchos tipos de infinitos: de hecho, hay infinitos tipos de infinitos (véase Cantor, Dedekind et al). El tipo de infinito o la cantidad de infinitos que puedan haber también es arbitrario. Qué cosas.
 
24. Propiedad IV: la nada es simétrica, absolutamente, totalmente simétrica. Una cara tiene una simetría bilateral un poco limitada; el universo parece que es simétrico. Por ejemplo, se podría rotar el universo una cierta medida y seguiría siendo igual. Pero la nada supera a todo lo existente en este sentido: es igual sea cual sea la manipulación que se le haga (rotarla, reflejarla, cambiarla de cualquier forma, darle martillazos, tirarla por el barranco, meterla en una impresora) porque no hay nada que manipular ni nada con qué hacerlo. Escalofriante a la par que idiota.
 
25. Propiedad V: la entropía de la nada es igual a cero patatero. Todo lo que existe tiene entropía, una palabreja griega que designa la tendencia de las cosas al desorden. Si consideramos un universo como una pelota (véase 18), las cosas en esa pelota tienden en su conjunto a un mayor desorden, porque según la segunda ley de la termodinámica entropía (H) = log(N), siendo N el número de estados posibles de un universo cerrado (recuerden: la pelota, o el frisbi si vamos al caso, sería finito); H siempre es un valor voraz, gargantuescamente positivo. Pero caray, en la nada N = 0, luego H = log(0) = 0.
 
26. Tenemos pues que la nada es concebible, que es lógicamente coherente, que es lo más simple que quepa imaginar, que no alberga ninguna arbitrariedad, que es totalmente simétrica y que su entropía es nula. Y aquí viene la madre del cordero, la madre de todos los misterios, aquello que hizo que Wittgenstein se cagara en los pantalones, la pregunta abismal que mantiene despiertos por la noche a idiotas como yo:
 
¿POR QUÉ HAY ALGO EN LUGAR DE NADA?


Ludwig Wittgenstein mirando a la Nada.
Con dos cojones.
 
27. Es decir: si la nada es una posibilidad ontológica, ¿por qué no existe? ¿Cómo es que hay quásares y agujeros negros y usted y yo y amor y odio y el Mal y los remakes de Robocop mierdosos y las berenjenas y los números y la madre que los parió a todos? Hay algunas respuestas, por supuesto: que no se diga que no. Pero eso es tema para otro post, y si Dios es misericordioso, habremos regresado a La Nada antes de que eso ocurra.



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