En ocasiones, la red de redes te
deja sin palabras. ¿Cómo podríamos describir esta página web que he encontrado
por recomendación de un buen amigo? Pues a bote pronto, como una tienda en línea
donde venden putos peluches abrazables basados en enfermedades y
microorganismos varios. Ideales para sorprender a mamá en el día de ayer, por
ejemplo. Para sorprenderla y asustarla. A partir de ahora voy a dudar
seriamente de la salud mental de mi colega… porque esto no es normal.
Analicemos sucintamente el contenido
de la página en español. Bajo un divertido belén de todos los bicharracos de
felpa que comercializan y una sentida bienvenida, los administradores nos
invitan a conocer las muchas variedades de plagas infantilizadas de las que disponen para
nuestro disfrute. Se trata, como dicen, de microbios reales aumentados más o
menos un millón de veces, lo que significa que cada virus o bacteria queda
convertido en un moñaco de unos quince centímetros de longitud, al que han
puesto ojos… supongo que para que resulte más abrazable. ¿Bacterias de la peste
sonrientes y con ojos, como pokémon venidos del infierno? ¿Por qué no, maldita
sea?
Resulta que pueden ser utilizados
en medicina, nos dicen. ¿Cómo? Lo único que se me ocurre es que sean usados
para que un médico especialmente macabro se los muestre a su paciente poniendo
voces, en plan: “Holita, soy el parásito que causa la gonorrea y estoy dentro
de ti. Y si no me matas en seguida te molestaré mucho, mucho y mucho”. Algo
como lo que pasaba en ese episodio de los Simpson con el señor Burns. En fin,
lo cierto es que son jodidamente encantadores y uno se enamora enseguida de
estos microbios de peluche de los huevos.
Hay un montón de microbios, de
los que ofrecen una fotografía del mismo y de la asombrosa caja en forma de
placa de Petri y añaden una especie de verso humorístico de rima consonante y
gusto dudoso. Por ejemplo, en el caso del peluche de la gangrena nos dicen que aparece cuando menos te lo esperas y
resulta ser una cosilla verde y con ojillos amarillentos bastante simpática. Si
hasta parece uno de los diosecillos de El
viaje de Chihiro:
El peluche de la sífilis es como
una serpiente rosa enroscada que da bastante yuyu:
Por su parte, la amebacomecerebros es una especie de pequeño monstruo kaiju de alegres colores y con
filamentos zombi que nos hace mirar con benevolencia un organismo que devora
los tejidos cerebrales de la gente. Y eso es un mérito:
Uno de mis peluches preferidos,
si no el que más, es el del ébola. Parece un mojón o un gusano gordo, pero lo
mejor es su presentación: Desde su
descubrimiento en 1976, el Ébola es la madre de todos los microbios; ¡aprende a
quererlo! ¿Aprender a querer al virus que hace que te salga sangre por
todos los agujeros del cuerpo y que es letal en la mayoría de los casos? ¿Nos
hemos vuelto locos o qué?
Para terminar con los peluches de
enfermedades más cool, vayamos al de uno de los bicharracos que causan la
diarrea. Tenéis que leer el verso con que nos presentan este zurullo con dos
extrañas puntas de hilo rojo en los extremos y por supuesto unos ojillos bastante locuelos en el medio:
es para cagarse. Creo que éste sería un buen regalo que hacerle a vuestros
parientes o amigos más queridos en uno de esos días que se van por la pata
abajo. Seguro que os lo agradecen:
En fin, hay un buen puñado de
peluches más, todos ellos maravillosamente cutres y siniestros a la vez. Os
recomiendo que les echéis un buen vistazo y añadáis a los más monos al carrito.
Y ya tenéis algo que regalar a mamá para el año que viene.
Me cagüen la puta, Carlos, nunca dejarás de sorprenderme. Por cierto, también es curiosa la presentación de la peste negra: "¡descubre su oscuro pasado!".
ResponderEliminarEs asombroso. Internet: un regalo de los dioses. Internet: el lugar donde puedes comprar un kit de taxidermia o un facsímil del cipote que salía en "La naranja mecánica". Oh, Internet, qué hermoso eres.
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