jueves, 9 de mayo de 2013

LAS 6 TEORÍAS MÁS IDIOTAS SOBRE LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSAURIOS

¿Qué ocurrió sesenta y cinco millones de años ante de Jesucristo? Eso fue cuando los malditos dinosaurios y con ellos toda una ralea de reptiles gigantes acojonantes desaparecieron del registro fósil, incluyendo reptiles gigantes marinos y voladores acojonantes. Y con ellos un montón de bichos microscópicos marinos, no tan acojonantes. Y los ammonites. Y los belemnites. Y más. El caso es que varios estudios serios coinciden en apuntar que durante lo que fuera que ocurriera fueron eliminadas de la faz de la Tierra entre el 60 y el 75 % de las especies entonces boyantes, lo que impresiona un poquillo. Se dice que en tierra no sobrevivió nada que pesara más de 25 kilogramos, aunque no he encontrado evidencias de esta última afirmación. Lo único seguro es que en esa fecha ocurrió un acontecimiento o acontecimientos catastróficos que han impedido que un tiranosaurio hambriento nos persiga cuando vamos al pueblo a coger olivas, y cosas así. Casi mejor.
 
Es un gran misterio, pero la ciencia es que no te la acabas y actualmente, si preguntas a alguien que sepa, te dirá que más o menos ya sabemos qué acabó con tantas criaturas grandes y pequeñas en el lejano pasado. El consenso moderno apunta a una tríada de causas: por un lado, los efectos combinados de grandes cambios en el nivel del mar y la apocalíptica actividad volcánica registrada en la zona del Decán y otros lugares unos diez millones de años antes de que termine el período ablandaron a los dinosaurios y demás criaturas. Y la puntilla fue el famoso impacto asteroidal, cosa que parece demostrada desde que se propuso por primera vez a comienzos de la década de 1980 gracias a convincentes pruebas geológicas. Estas malas cartas (caos climático y ecológico debido a la regresión marina, intoxicación planetaria con tufos volcánicos, el choque con un pedrusco suficientemente grande como para desencadenar el efecto invernadero durante cientos de años y quemar todos los bosques del mundo) se consideran explicación justa y suficiente del enigma.
 
Por mucho que corras no te librarás de ésta


Pero, por supuesto, esta teoría tan sosa no nos basta. Lo cierto es que el problema de la extinción de los dinosaurios ha hecho pensar a muchas personas sabias, y la gama de respuestas ha sido de lo más sabia también. A continuación exponemos las seis explicaciones más iluminadas:
 
1. LA CULPA FUE DE LOS EXTRATERRESTRES. En 1972 Jacques Bergier propuso que una raza alienígena embarcada en el sano propósito de incrementar la inteligencia media del cosmos infinito decidió hacer explotar una estrella y regar con su radiación letal la Tierra, eliminando así a los dinosaurios y creando las condiciones necesarias para el surgimiento del Hombre con mayúsculas. Esta teoría es tan idiota que es difícil saber por dónde empezar. Aun en el caso de que unos extraterrestres avanzados sean capaces de provocar supernovas, toda la teoría evolutiva contradice la supuesta emergencia de la inteligencia humana por alguna especie de programa, designio u objetivo. Simplemente, las cosas no funcionan así. Nada asegura que una vez los dinosaurios han sido eliminados de la escena tengamos que aparecer nosotros. O puede que sí. Lo único seguro es que si le mencionas esta idea a cualquier biólogo evolutivo es muy posible que te meta una colleja.

La terrible verdad
2. LA CULPA FUE DE LA SENESCENCIA RACIAL. La idea es que los dinosaurios, como raza de criaturas, llegaron a la cúspide de su evolución y luego envejecieron, del mismo modo que una persona nace, vive una esplendorosa juventud y luego decae durante la vejez hasta la inevitable muerte. Esta interpretación analógica de la evolución de las especies es también muy vieja: data de los estudios de Alcide Dessalines d'Orbigny sobre las ammonites realizados en el siglo XIX. Durante el siglo siguiente muchos paleontólogos achacaron la exhuberancia de cuernos, corazas, golas, cúpulas craneales, pinchos y placas que presentaban muchos dinosaurios a una extravagancia orgánica producto de la decrepitud. Lo cierto es que tal idea es de lo más idiota, ya que no hay ninguna evidencia de que el ciclo evolutivo de una especie tenga nada que ver con el ciclo vital de un organismo, pero le sonaba bien a nuestros abuelos, tan obsesionados ellos con las ideas de decadencia. Podemos aceptar que los dinosaurios se hicieran abueletes, pero ¿qué pasa con los foramníferos, los microorganismos marinos que también se desvanecieron en aquella época?
 
3. LA CULPA FUE DE LAS ORUGAS. Ésta es buena. La hipótesis, por llamarla de alguna manera, se basa en que: a) a finales del Cretácico evolucionaron y prosperaron las plantas con flor; b) lo que conllevó a la aparición de las mariposas; c) lo que significó que había un montón de orugas comedoras de flores; d) dado que no habían los suficientes depredadores para las orugas, realmente habían muchas y se comieron todas las plantas; y e) al no haber plantas, los dinosaurios herbívoros se fueron al garete y con ellos los carnívoros. Vale. No creo que haga falta comentar nada más. A mí me convence. Por mucho que lo he intentado no he encontrado una fuente fidedigna de esta estrafalaria teoría, así que no sé a quién aplaudir.
 
4. LA CULPA FUE DE LAS CATARATAS. La teoría de que los dinosaurios se volvieron cegatos y murieron al no poder encontrar sustento ni, ya que estamos, a su pareja sexual, parece como poco producto de la absenta, pero por lo visto se ha propuesto seriamente debido a un hecho: en presencia de radiación ultravioleta los lagartos adquieren cataratas. De modo que hubo un incremento de radiación ultravioleta y los triceratops empezaron a darse de hostias contra los árboles; muy bien. Una vez más, ¿qué pasa con los microorganismos? Los cocodrilos sobrevivieron tan ricamente a la extinción, y también son reptiles: ¿llevaban Rayban o qué? Etcétera.
 
5. LA CULPA FUE DE LOS SUICIDIOS EN MASA. Sí, amigos: debido a la sobrepoblación y el estrés, los dinosaurios se encaminaron a los precipicios que tenían más a mano y se lanzaron por ellos porque ya no aguantaban más. Existe un fundamento para semejante chorrada: algunas especies de cetáceos parecen optar por inmolarse enbarrancándose en las playas cuando hay factores de estrés ambiental, e incluso esto es discutible. Variaciones de esta descabellada idea apuntan a que el estrés poblacional afectó a los huevos de dinosaurio de alguna manera, o que se produjo una hambruna, o vaya usted a saber.
 
Pero la más mejor de todas las cábalas, ideas, pálpitos y ocurrencias al respecto es ésta:
 
6. OIGA, LOS DINOSAURIOS NUNCA EXISTIERON. SON UN TRUCO DE SATÁN PARA ENGAÑARNOS Y LLEVARNOS AL ATEÍSMO DISOLVENTE. Profundo debate teológico donde los haya.

Pues me hice con unos huesos gordos y los enterré...
Y para otro día dejamos el tema de los dinosaurios vivientes...

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